Hombre ha sobrevivido a 14 mordeduras de serpiente y un rayo
“A medida que corría el veneno por las venas sentía un calor que me quemaba”, narra aún con la angustia que experimentaba cuando el aire le empezó a faltar.
Aunque suene una historia de fantasía en Acandí, Chocó, en Colombia, se pasea un milagro andante. Se trata de Euclides Mosquera, un hombre de 53 años que ha desafiado a la muerte, al menos, en 15 ocasiones y puede decir que Dios lo quiere mucho.
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Según indican medios colombianos, desde hace más de una década parece estar persiguiéndolo. La primera vez que la sintió cerca fue por el veneno de una serpiente. Era noviembre de 2010, trabajaba en un cultivo de plátano y justo en el momento en que mandó la mano para correr la maleza sintió la mordedura del reptil, que enredó sus tres metros de largo sobre el brazo.
“A medida que corría el veneno por las venas sentía un calor que me quemaba”, narra aún con la angustia que experimentaba cuando el aire le empezó a faltar.
Pero esto no termina acá, pues el 22 de septiembre de 2012, Luz Marina Díaz, esposa de Mosquera, pensó que perdería para siempre a quien eligió como compañero de vida, al pasar por una situación similiar con otra serpiente venenosa y casi no contarla.
Mosquera dice que ese día, como otros tantos, Dios les hizo el milagro. Lo cargaron en hombros y asegura que en esos momentos se sentía como un muñeco de trapo, sin poder moverse ni decir nada, pero con la mente lúcida. Temía que así pasara los últimos minutos junto a su familia y sin alcanzar a despedirse de sus otros tres hijos.
Pero si esto no fuera poco, la mañana del 19 de febrero de 2019 le dio la oportunidad a Mosquera de burlarse una vez más de la muerte. Después de la lluvia y con sus botas pantaneras llenas de agua, el hombre tomó su machete y retomó el trabajo. Estaba junto a la cerca cuando un relámpago alumbró el cielo y tras escuchar el estruendo en milésimas de segundo, cayó tendido en el suelo.
Al llegar a un hospital, donde le dijeron que el rayo, efectivamente, lo impactó, pero que milagrosamente no le afectó ningún órgano vital. Aunque Mosquera asegura que sí quedó con una secuela.