Sentencian a telepredicador a 1.075 años de cárcel por abuso sexual y fraude
El tribunal de Estambul que lo ha sentenciado lo ha considerado también culpable de asalto armado, secuestro, creación de una organización criminal e intento de espionaje, informa la agencia Anadolu.
El telepredicador turco Adnan Oktar, líder de una secta islamista y conocido por su programa televisivo en el que aparecía rodeados de apuestos chicos y chicas, ha sido sentenciado a 1.075 años de cárcel por varios delitos de abuso sexual y fraude.
El tribunal de Estambul que lo ha sentenciado lo ha considerado también culpable de asalto armado, secuestro, creación de una organización criminal e intento de espionaje, informa la agencia Anadolu.
El telepredicador, de 64 años, que permanece en prisión desde 2018, es conocido por sus numerosos escritos que promueven el creacionismo contra la teoría de la evolución de Charles Darwin.
En su programa televisivo, Oktar aparecía siempre acompañado de chicos y chicas jóvenes, que realizaban bailes provocativos y a los que el predicador llama "gatitos".
#InsolitasCri El animal, de naturalmente silencioso, no ladra ni aúlla sobre el sepulcro, simplemente se recuesta y permanece allí la mayor parte del día. https://t.co/yqTSMKTiWC — Diario Critica.Pa (@criticaenlinea) January 7, 2021
En el mismo juicio también han sido condenado 236 colaboradores de Oktar, todos sospechosos de tener vínculos con el culto del excéntrico telepredicador.
Uno de los acusados ha sido condenado a 211 años de prisión y otro a 186 años, por varios delitos de abuso sexual y fraude.
Los demás han sido condenados a 12 años de prisión por pertenecer y financiar a una organización criminal.
Oktar, que se dio a conocer al publicar una serie de libros bajo el pseudónimo "Harun Yhya", en los que habla sobre la creación y criticaba la teoría de la evolución, fue detenido ya en la década de los 1980 y recluido en un manicomio.
En 1999 fue arrestado de nuevo pero, tras dos años de juicio, se retiraron los cargos en su contra y quedó en libertad. EFE