Caravana migrante espera que la fe en Dios ablande el corazón de Trump
La mayoría de los participantes de la caravana avanzan prácticamente a ciegas en el plano informativo. Desconocedores del fuerte discurso del presidente estadounidense contra ellos.
Gracias a la fe en Dios y pese a su dura retórica, los migrantes creen que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, permitirá la entrada de la caravana centroamericana a Estados Unidos, un éxodo que puede favorecerlo electoralmente.
"Estas caminadas de kilómetros y días; todo tiene su precio en la vida. Pero Donald Trump va a entender, estando en la frontera, que nosotros no somos delincuentes. Somos humanos y somos los mejores trabajadores", señaló César a Efe, un hondureño de 24 años participante en este movimiento que comenzó el 13 de octubre en San Pedro Sula.
César anhela estudiar periodismo. Quizás por ello, conoce algo más la actualidad política.
Por ejemplo, sabe que Trump es un "magnate", pero lo considera "humano igual que nosotros", y argumenta que muchos "industriales" estadounidenses necesitan a los migrantes para ampliar su producción.
Pero la mayoría de los participantes de la caravana avanzan prácticamente a ciegas en el plano informativo. Desconocedores del fuerte discurso del presidente estadounidense contra ellos.
Disparando verbalmente contra la caravana, este lunes el republicano alertó vía Twitter que con ella viajaban criminales e incluso "desconocidos de Medio Oriente".
Trump "es un excelente muchacho", opinó a Efe Kember Benjamín, un joven hondureño de 21 años que cree que la gente va a seguir hasta pisar suelo de la primera potencia mundial, pase lo que pase, para seguir su "lucha".
"Dicen que es malo. Yo creo que tiene sus cosas, pero nos dejará pasar", secunda César, un hombre en silla de ruedas de 40 años que sigue la caravana pese a su condición.
Juan Manuel, otro migrante hondureño, abraza una máxima en que coinciden muchos de los participantes en este masivo éxodo, en su mayoría profundamente religiosos.
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"Le digo al presidente que abra su corazón porque nosotros estamos cumpliendo nuestro sueño: buscar trabajo. Aquí en Honduras no hay trabajo ni alimentos, por eso queremos trabajar en Estados Unidos", indicó este chico de 24 años con familia tanto en Honduras como en Estados Unidos, en el que representa su cuarto intento para entrar a ese país.
Para César, que trabajaba en una radio comunitaria, la última palabra en este periplo la tiene Jesucristo: "Puede tener los millones que tenga (Trump), pero no hay nada más grande que el bendito Rey".
Los migrantes ignoran que Trump ha convertido en los últimos días la caravana en uno de sus temas favoritos antes de las elecciones legislativas del 6 de noviembre en Estados Unidos.
Además, aseguró que cumplirá su reciente amenaza de reducir la ayuda a los países del Triángulo Norte de Centroamérica.
Analistas consideran que la migración puede beneficiar al jefe de la Casa Blanca en estos comicios, captando el voto republicano.
"A pesar de lo que mucha gente pueda pensar, le da elementos para construir su discurso del miedo", dijo Eduardo González, experto en migración del Tecnológico de Monterrey en Guadalajara, en declaraciones a Efe.
A este desconocimiento se suma otro factor algo más sospechoso: ¿Cómo se congregaron tantos miles de personas?
Guatemala y Honduras lamentaron la pasada semana los "fines políticos" que consideraron que están detrás de la caravana.
Asimismo, se investiga si el exlegislador hondureño Bartolo Fuentes, detenido en Guatemala, es uno de los organizadores de la caravana, para así deducir responsabilidades.
Pero cuando se cuestiona a los migrantes no responden, o aseguran que se enteraron de la marcha por el boca oreja o a través de internet.
Interrogado sobre si se siente usado políticamente, César responde con un tajante, pero evasivo: "A nosotros nos mantienen sumergidos en una esclavitud en Honduras".
En tanto, esta masiva caravana también ha puesto en jaque una ya de por sí tensa relación diplomática entre México y Estados Unidos.
El actual mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, promete más mano dura y asegura que no se tramitarán solicitudes de refugio si los migrantes no se apegan a la ley.
Pero el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, el próximo presidente, pidió proteger a los migrantes y les ofrecerá visas de trabajo a partir del 1 de diciembre, cuando asuma el cargo.
González explicó hoy que la relación entre Donald Trump y López Obrador, ambos de carácter fuerte, pueden mejorar los lazos establecidos con Peña Nieto.
Pero hay dos factores determinantes. "El flujo de personas del sur al norte y el flujo de armas del norte al sur", remarcó.
Poco sabedores de la marabunta informativa que despierta el movimiento, al que podría sumarse una nueva caravana en los próximos días, este martes los migrantes descansaron en Huixtla (Chiapas) en una jornada en que se les vio distendidos, aseándose en el río, escuchando música en la plaza o jugando al futbolín, antes de poner rumbo a Mapastepec, unos 70 kilómetros de distancia.