Expresidente salvadoreño desvío y lavó más $300 millones del presupuesto estatal
Con esta confesión se espera que los jueces impongan una sentencia de 10 años de prisión a Saca, pena acordada con Fiscalía y menor a la condena máxima de 30 años que estable la legislación salvadoreña por peculado y lavado de dinero.
El expresidente de El Salvador Elías Antonio Saca confesó hoy ante un tribunal que durante su mandato (2004-2009) emitió un reglamento para facilitar el desvío y lavado de más de 300 millones de dólares del presupuesto estatal.
"Dicha normativa me permitía asegurar la aparente legalidad en el manejo de los fondos públicos, aprovechar su uso y apropiármelos en beneficio personal y de otras personas", dijo ante los jueces del Tribunal Segundo de Sentencia.
El expresidente salvadoreño, que pactó con la Fiscalía su confesión a cambio de recibir una condena mínima, aseguró ante los jueces que para respaldar el desvío de los fondos emitió el reglamento, para que la información relacionada fuera considerada como secreto de Estado.
Detalló que el dinero fue transferido durante sus 5 años de gestión a 13 cuentas particulares de su exsecretario privado Elmer Charlaix y otros dos empleados de la Presidencia, y que buena parte se retiro en efectivo.
Añadió que para lavar el dinero pactó "sin licitación y de manera ilegal" con 3 agencias de publicidad el pago mensual de unos 100.000 dólares, y que las empresas se quedaban con el 20 por ciento y el 80 por ciento era trasladado a empresas de radiodifusión en las que poseía entre el 50 y 90 por ciento de las acciones.
El exmandatario, que llegó al poder bajo la bandera de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), apuntó que para que este dinero llegara a su patrimonio personal y "cubrir el origen ilícito" dichas sociedades, le pagaban un salario mensual de entre 4.000 y 60.000 dólares.
Acotó que entre 2005 y 2006 se propuso "extraer mayores cantidades de dinero y que no fuera rastreado", por lo que mediante "testaferros" fundó varias sociedades para que "fingieran" prestar servicios de publicidad al Gobierno".
Saca, quien antes de convertirse en empresario y presidente se dedicó al periodismo deportivo, confesó que estas empresas compraron diversos inmuebles en el país.
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Declaró, sin la presencia de los otros 6 imputados en la sala de audiencias, que el partido político Arena recibió "varios millones de dólares" para "actividades que no tenían ninguna relación con la Presidencia".
Explicó que también pagó a ministros, viceministros y presidentes de entidades autónomas de su Gobierno cantidades de entre 5.000 y 10.000 dólares mensuales y en efectivo como "sobresueldos".
Además pagó a Jorge Hernández, acusado en un proceso paralelo y expresentador de noticias de la principal cadena de televisión, un salario "ilegal" de 10.000 dólares mensuales para recibir una "cobertura amplia y favorable".
Con esta confesión se espera que los jueces impongan una sentencia de 10 años de prisión a Saca, pena acordada con Fiscalía y menor a la condena máxima de 30 años que estable la legislación salvadoreña por peculado y lavado de dinero.
También los exsecretarios Privado, de Comunicaciones y de Juventud Elmer Charlaix, Julio Rank y César Funes, respectivamente, aceptaron el proceso "abreviado", junto a los exempleados de la Presidencia Francisco Rodríguez Arteaga y Jorge Alberto Herrera, que se espera que confiesen este jueves.
Saca es el primer expresidente de la democracia salvadoreña en enfrentar un juicio por delitos de corrupción, dado que su predecesor en el Ejecutivo, Francisco Flores, fue enviado a esta etapa en 2015, pero falleció antes de que se instalara.