Gobierno de Nicaragua toma el control de Masaya tras intenso bombardeo
El Gobierno tomó el control de Masaya, tras un intenso bombardeo, de más de 7 horas, con énfasis en la comunidad indígena de Monimbó.
La Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) confirmó la muerte de al menos tres personas durante el ataque: un policía, un menor de 15 años, y una mujer que estaba en la acera de su casa.
La ANPDH cree que el número de víctimas podría ser mayor, pero todavía no es posible ingresar a la ciudad porque permanece cercada por las "fuerzas combinadas" del Gobierno, integrada por policías, antimotines, parapolicías, paramilitares y grupos afines al presidente Daniel Ortega fuertemente armados.
Monimbó, cuya población únicamente se defendió con morteros caseros, era una de las comunidades que mayor resistencia había opuesto a Ortega desde el estallido social de abril, que ha cobrado más de 351 vidas.
Monimbó liberado de terroristas! aquí a una muestra de los útiles escolares (armas letales) que usaban los golpistas para secuestrar a Masaya. #AquiNicaraguaLibre pic.twitter.com/W2A5rleype
— El Buitre (@CombatientePaz) 17 de julio de 2018
"Masaya no te derrotaron ni caíste, cobardes armados que se sienten orgullosos de asesinar inocentes te asediaron por dos meses, solo fue una batalla porque la guerra y la libertad la ganará Nicaragua. Gracias por ser el corazón de Nicaragua", dijo en sus redes sociales un habitante monimboseño tras el ataque.
De manera simultánea los simpatizantes de Ortega celebraron el ataque y agradecieron a la Policía nicaragüense.
El ataque ocurrió un día después de que el jefe de la "Operación Limpieza" en Masaya, Ramón Avellán, afirmó que cumplirían las órdenes de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, "al costo que sea".
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"La orden nuestro presidente y la visepresidenta es limpiar Masaya y cualquier tranque a nivel macional, al costo que sea". O sea, cumplir las órdenes de los asesinos Ortega y Murillo, y enviar a paramilitares y policías a masacrar a la sociedad civil que se les oponga #Nicaragua pic.twitter.com/Ld82xtCftl
— Cristian Crespo F. (@cristiancrespoj) 17 de julio de 2018
Avellán cumplió su palabra a pesar de los llamados de las organizaciones humanitarias locales, de la Unión Europea, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), del nuncio apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag, del cardenal Leopoldo Brenes, entre otros, para que detuviera el ataque.
Continúa la represión en Masaya, el pueblo valiente nos envía pruebas contundentes de quiénes son los verdaderos terroristas, las fuerzas del estado criminal de Ortega-Murillo están firmando su condena ante los ojos del mundo.#SOSMasaya #SOSMonimbo pic.twitter.com/hDxRWSQfWM
— Vicente Castellón (@VcenteCastellon) 17 de julio de 2018
"El pueblo de Monimbó y Masaya han sido masacrado", dijo un miembro del Movimiento 19 de Abril Masaya, en mensaje de audio.
Masaya, y en especial Monimbó, fue clave en derrocar a la dictadura de Anastasio Somoza Debayle el 19 de julio de 1979, y Ortega atacó a este pueblo indígena "por temor a que le ocurriera lo mismo en la misma fecha", afirmó la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez.
La CIDH y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de Nicaragua por "asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país", lo cual ha negado.
Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de los años de 1980, también con Ortega siendo presidente.
Las protestas contra Ortega se iniciaron el 18 de abril, por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.