Indios toman las calles de Brasilia y concluyen protestas contra Bolsonaro
Los indígenas hicieron una parada frente a la sede del Congreso nacional y otra frente al Ministerio de Justicia
Un millar de indios tomó este viernes la principal avenida de Brasilia para protestar contra las políticas del Gobierno de Jair Bolsonaro, en una manifestación pacífica que puso fin a un campamento instalado durante tres días en la capital de Brasil.
La marcha representó el fin de las actividades del campamento Terra Libre, que se celebra desde 2004 cada mes de abril y reúne en Brasilia a miles de indígenas de las más diversas tribus del país.
La manifestación de clausura de este encuentro se desarrolló en forma pacífica en la Explanada de los Ministerios, una céntrica avenida de la capital en la que se ubican todos los edificios del poder público.
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Usando tocados con plumas y en su mayoría con los cuerpos pintados, los indios realizaron durante la marcha varios rituales dedicados a la naturaleza y a sus tierras, para las que pidieron "paz" y "respeto", aunque sin reducir el tono combativo de sus consignas.
"Sangre indígena, ni una gota más", decía una gran pancarta en alusión a las recurrentes muertes de indios en conflictos entre las tribus originarias y grandes agricultores que, en su gran mayoría, se originan en disputas por tierras.
A lo largo de la manifestación, los indígenas hicieron una parada frente a la sede del Congreso nacional y otra frente al Ministerio de Justicia, donde se bañaron y danzaron de la mano en los amplios estanques que rodean el edificio.
En ese ministerio, una pequeña comisión de indígenas fue recibida por autoridades del despacho que ahora dirige el exjuez Sergio Moro, a las que plantearon su malestar con algunas decisiones tomadas por el Gobierno del ultraderechista Bolsonaro.
Una de las principales exigencias de los pueblos originarios es que la Fundación Nacional del Indio (Funai) vuelva a funcionar en el ámbito del Ministerio de Justicia, del que fue retirada para pasar a manos del nuevo despacho de la Familia, la Mujer y los Derechos Humanos, que está a cargo de la pastora evangelista Damares Alves.
Asimismo, demandaron que la Funai recupere la potestad que tenía sobre la demarcación de nuevas tierras indígenas, que ha pasado al Ministerio de Agricultura, cuya titular, Tereza Cristina Correa, mantiene estrechos vínculos con los grandes empresarios del campo.
Durante la manifestación, también se renovó el rechazo de la mayoría de las etnias a la propuesta de Bolsonaro de que los indios permitan que empresas privadas exploten minerales en sus tierras, a cambio de una contraprestación económica.
"La naturaleza no se negocia", declaró Dinamam Tuxá, coordinador de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (Apib), que desde 2004 organiza el campamento Tierra Libre.
Aunque el Gobierno temía por eventuales conflictos en la marcha y desplegó a cientos de policías a lo largo de su recorrido, la manifestación se realizó en forma absolutamente pacífica y sin que se registrara ningún tipo de incidente.