Policías "Nicas" capturan a supuestos terroristas
Las capturas se dan en medio de una crisis sociopolítica que ha dejado cientos de muertos en protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
La Policía de Nicaragua presentó hoy a dos nuevos "terroristas", capturados luego de participar en protestas contra el presidente Daniel Ortega.
Ronald Iván Hernández Delgado, de 37 años, y Raúl Ernesto Rojas Bello, de 27, fueron capturados tras participar en protestas ubicadas en los departamentos (provincias) de Rivas y Carazo, en el suroeste de Nicaragua, informó la Policía, a través de medios del Gobierno.
Hernández y Rojas son acusados por la policía de participar en secuestros, asaltos, torturas, amenazas de muerte, lesiones y posesión ilegal de armas de fuego.
Organizaciones humanitarias insisten en que los manifestantes capturados son en realidad "presos políticos", y afirman que hay al menos 558 de ellos en las cárceles de Nicaragua, cuyo Gobierno reconoce más de 200 y llama "terroristas" y "golpistas".
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Las capturas se dan en medio de una crisis sociopolítica que ha dejado cientos de muertos en protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Los organismos humanitarios calculan entre 325 y 528 el número de muertos, mientras que el Gobierno registra 199.
Según lo organismos humanitarios internacionales, el Gobierno de Nicaragua realiza ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los derechos humanos.
Entre los organismos que realizan los señalamientos están la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Amnistía Internacional (AI), las cuales han emitido informes con denuncias similares.
El presidente Ortega niega ser responsable y afirma que está ante un intento de "golpe de Estado".
Las manifestaciones contra Ortega y Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social, y se convirtieron en una exigencia de su renuncia, debido al saldo mortal de las manifestaciones.