Protestas masivas ante el temor de que Duterte reviva horrores de la ley marcial
Con motivo del 46º aniversario de la proclamación de la ley marcial, grupos de la sociedad civil convocaron protestas en varias ciudades de Filipinas bajo el lema "Nunca más".
Alarmados por las "actitudes tiránicas" de Rodrigo Duterte, miles de filipinos tomaron hoy las calles para recordar los fantasmas de la dictadura de Ferdinand Marcos, etapa en la que se cometieron flagrantes abusos de los derechos humanos bajo la ley marcial (1971-1982).
Con motivo del 46º aniversario de la proclamación de la ley marcial, grupos de la sociedad civil convocaron protestas en varias ciudades de Filipinas bajo el lema "Nunca más", ante el temor de muchos de que Duterte extienda a todo el país esa medida de excepción, ya vigente en la isla de Mindanao.
Con los grupos estudiantiles a la cabeza de las protestas, se convocaron marchas desde las principales universidades de Manila para luego congregarse en el céntrico Parque Rizal; mientras se celebraban en paralelo manifestaciones en otras ciudades del país.
"Queremos construir una memoria colectiva sobre las brutalidades y atrocidades que se cometieron bajo la ley marcial para que no se repitan", señaló a Efe Bluei Fausto, líder estudiantil de la organización Anakbayan en la Universidad de Santo Tomas, en Manila.
Para Fausto -convencida de que la ley marcial en Mindanao es sólo un "ensayo" de Duterte antes de extenderla a todo el país- es importante que las nuevas generaciones "conozcan la historia y defiendan la democracia" aunque no vivieran de primera mano los abusos de la dictadura conyugal de Ferdinand e Imelda Marcos (1965-1986).
La líder estudiantil contradijo unas recientes declaraciones de Imee Marcos, hija del dictador y gobernadora de la región de Ilocos Norte, en las que afirmó que Filipinas ya ha pasado página y que a los millenials no les importa lo qué ocurrió en el país hace más de treinta años.
"Esa declaración carece de un análisis concreto y objetivo sobre lo que nos importa a los millenials. Nosotros no olvidamos", subrayó mientras sus compañeros portaban una pancarta con un rostro que mezclaba rasgos de Marcos y Duterte y que acabó en llamas en señal de repulsa.
En otras pancartas se comparaba a Duterte con Hitler o se le acusaba directamente, en inglés y tagalo, de "dictador" y "fascista".
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Los carteles también recordaban el saldo ominoso de la ley marcial en la era Marcos: al menos 3.240 asesinatos por motivos políticos, 70.000 disidentes encarcelados y 34.000 torturados, según Amnistía Internacional.
A la manifestación también acudieron filipinos que sufrieron en carne propia los abusos de Marcos, con una pegatina en la que se leía "Soy un superviviente de la ley marcial", como es el caso de Rafael Mariano, que todavía hoy lidera el Movimiento Campesino KMP.
"Fue una época dura. No nos podíamos juntar un grupo de gente ni expresar nuestras ideas con libertad, además de la persecución de la policía política a los opositores", rememoró Mariano, quien, como hoy, luchó en las calles por sus ideales democráticos.
También en la actualidad hay víctimas de la ley marcial en Mindanao, al sur del país, donde la medida rige por "amenaza terrorista" desde mayo de 2017, cuando grupos islamistas radicales tomaron la ciudad de Marawi.
Aunque la batalla contra milicias del Grupo Maute y Abu Sayyaf terminó con éxito en octubre de ese año, Duterte amplió la ley marcial todo 2018 y muchos sospechan que se prolongará más tiempo a la luz de los recientes atentados terroristas en la zona.
"Hay una presencia militar muy fuerte por todo Mindanao, acoso a activistas, especialmente entre líderes campesinos e indígenas, e incluso torturas y desapariciones" denunció Geming Alonso, representante en la región de la ONG "Save our Schools".
Bajo la ley marcial, más de 28.400 personas han tenido que huir de sus hogares en Mindanao, de los que alrededor de 11.000 son indígenas lumad, víctimas de una "persecución sin tregua" del 75º Batallón de Infantería, incluido el acoso sexual contra mujeres, que han acampado en las tierras ancestrales de esta minoría, lamentó.
Las manifestaciones se desarrollaron sin altercados, aunque la alcaldía de Manila ordenó la suspensión de las clases en todos los niveles de enseñanza por razones seguridad y la Policía ha reforzado su presencia en la calle con más de 4.000 agentes.
Incluso el portavoz de la Policía Nacional, Benigno Durana, animó la víspera a los estudiantes a no manifestarse por seguridad ya que miembros de la guerrilla comunista del Nuevo Ejército del Pueblo se iban a infiltrar en las protestas para "sembrar el caos e instigar violencia", aseveró citando informes de inteligencia.
La Policía y el Ejército han avalado las recientes alegaciones de Duterte en las que acusaba a los comunistas, partidos de la oposición y militares disidentes de urdir una conspiración para expulsarlo del poder, algo que para muchos es un invento del mandatario para justificar la ley marcial.