Trump presume alianza con Israel en un momento delicado para Netanyahu (Video)
Ambos líderes se centraron en proyectar unidad respecto a la reciente decisión de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y trasladar allí la embajada estadounidense.
El presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, destacaron hoy la buena salud de su alianza y su cooperación contra Irán, en una reunión a la que el veterano político israelí acudió acechado por varios escándalos de corrupción que amenazan su cargo.
La Casa Blanca, que suele organizar conferencias de prensa cuando Trump recibe visitas de aliados importantes, se limitó esta vez a programar, a última hora, una breve interacción con periodistas en el Despacho Oval, en un aparente intento de esquivar las preguntas sobre las acusaciones de corrupción contra Netanyahu.
La estrategia tuvo éxito, y ambos líderes pudieron centrarse en proyectar unidad respecto a la reciente decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y trasladar allí la embajada estadounidense, que actualmente están en Tel Aviv.
"Nuestra relación nunca ha sido mejor", aseguró Trump, sentado junto a un sonriente Netanyahu.
Preguntado por los periodistas, Trump dijo que podría viajar a Israel para inaugurar formalmente la embajada de Estados Unidos en Jerusalén, y prometió que esa misión estará construida "muy rápido".
"Estamos pensando en que vaya. Si puedo, iré", afirmó Trump, sin aclarar si viajaría a Jerusalén en mayo o más adelante.
La intención de Washington es inaugurar el 14 de mayo, el día del aniversario de la creación del Estado de Israel, una pequeña delegación de la misión diplomática, compuesta por el propio embajador y cuatro o cinco asesores más, mientras se construye una sede definitiva.
El presidente estadounidense indicó que la semana pasada le presentaron un plan para invertir 1.000 millones de dólares en esa embajada, pero él pidió rebajar esa factura a "250.000 dólares", al menos de forma "temporal".
Netanyahu alabó el anuncio de Trump y comparó su relevancia con la Declaración de Balfour de 1917, en la que el entonces secretario de Exteriores británico prometió a los judíos una patria en Oriente Medio, y con el reconocimiento de Israel por parte del presidente estadounidense Harry Truman en 1948.
"El pueblo judío tiene una gran memoria (...) y esto es algo que nuestro pueblo recordará durante años y años", aseveró.
El reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel llevó a los palestinos a rechazar la mediación de Estados Unidos en un proceso de paz con los israelíes, pero Trump opinó que su decisión ha eliminado uno de los "mayores obstáculos" históricos en la mesa negociadora, dado el reclamo de ambas partes sobre Jerusalén.
"Creo que los palestinos quieren volver a la mesa negociadora, lo quieren mucho. Si no lo hacen, no tendremos paz, y eso también es una posibilidad", dijo Trump.
"Si pudiéramos lograr la paz entre Israel y los palestinos, eso sería algo muy bueno para el mundo, para este país y para todos. Y tenemos una oportunidad de hacerlo", agregó.
El principal encargado del proceso de paz en el Gobierno de Trump es su yerno, Jared Kushner, quien ha perdido peso en la Casa Blanca después de que se le negara el acceso a información de alto secreto y se le acusara de incurrir en conflictos de interés entre su trabajo en el Gobierno y sus negocios.
Netanyahu no hizo referencias al proceso de paz y quiso, en cambio, poner el acento sobre Irán, aunque Trump no mencionó a ese país en sus declaraciones.
El primer ministro israelí insistió en que Irán es "el mayor reto" de Estados Unidos e Israel en Oriente Medio, y en que el acuerdo nuclear de 2015 dejó a ese país "envalentonado y enriquecido".
"Está practicando la agresión en todas partes, incluso en nuestra propia frontera. Hay que detener a Irán", subrayó Netanyahu.
Este martes, Netanyahu dará un discurso en la conferencia anual del principal grupo de presión proisraelí de Estados Unidos, AIPAC, a la que hoy asisten el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y la embajadora de ese país ante la ONU, Nikki Haley.