Arzobispo de Panamá cuestiona a charlatanes de TV y redes
El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa -en una homilía ayer en la Catedral- cuestionó que las pantallas de televisión y redes sociales están invadidas de "cataratas de opiniones de los expertos en todo; muchas veces maestros de nada, que emiten sus juicios sumarísimos que van desde el precio del tomate hasta a la próxima llegada del hombre a Venus".
En unos de sus sermones más fuertes, Ulloa exclamó que ante esos expertos en todo, es como parafrasear al cantante Benny Moré : “elige el tema tú, que opino yo”... pero lo más seguro que no los veremos realizando acciones concretas; "son los que tienen la receta, pero son incapaces de ponerse hacer el pastel".
El prelado recordó que antes se tenía sumo cuidado en elegir a quién colocamos frente a un micrófono, pero ahora el "mundo se ha convertido en un patio limoso, donde a nadie le tiembla el pulso para hacerle un traje verbal de desprestigio a cualquier persona que tuvo la valentía de dejar de hablar y ponerse a hacer algo diferente por el bien de otro".
Monseñor también miró hacia la iglesia: en los ambientes parroquiales o los grupos religiosos "se convierten en sacristías oscuras donde acampan a sus anchas los inquisidores profesionales, que parecen sentados cómodamente en una plaza de toros y van clavando las banderillas encima del pobre que se atrevió a ser torero".
Según Ulloa, con personas así, no hace falta que “los enemigos de la Iglesia” la ataquen, porque entre "nosotros mismos nos mordemos''. Para quienes tienen la osadía de intentar algo nuevo o diferente para dinamizar la vida pastoral; que se preparen, porque se encontrarán con el muro inquebrantable de: “Aquí siempre se ha hecho así”. Esta es la terrible frase que usan los funcionarios de la fe para disecar al Espíritu Santo, que intente impulsar a un pobre ilusionado que pretenda comenzar algún camino pastoral nuevo, añadió el arzobispo.
De acuerdo al guía de la Iglesia Católica local, somos expertos en muchas palabras, pero más faltos de orientación como "perro perdido en procesión, en medio de los fuegos artificiales".
José Domingo Ulloa lanzó varias preguntas a los fieles: ¿qué es más importante, celebrar las exterioridades religiosas o vivir internamente el mensaje del evangelio? La respuesta es lo segundo.
¿Hay personas que no tienen lo más mínimo para vivir dignamente? La culpa es de la coyuntura económica internacional... ¿Hay situaciones de violencia extrema y de injusticia? La culpa es del gobierno que no legisla ni pone suficientes policías... ¿Mi comunidad cristiana está dividida, estancada o no hay compromiso de la gente? La culpa es del Papa, o del obispo, o del sacerdote... Somos buenos para apuntar el dedo acusador a otro ¿Y mi culpa? ¿No tendré mi cuota de responsabilidad en tantas situaciones negativas que ya me parecen normales que ni me incomodan, a las que me he acostumbrado? ¿No tendré necesidad de examinarme y hacer conciencia de mi grado de responsabilidad?
Ulloa también resaltó que no solo nos salva no solo lo que oímos, sabemos y decimos, sino también lo que hacemos. Las palabras se las lleva el viento del olvido. La fe verdadera se hace realidad cuando perdonas, cuando abrazas, cuando mueres en la cruz de los sufrimientos diarios cuando escuchamos el clamor de los pobres, si somos misericordiosos, si somos constructores de la paz, si practicamos las obras de misericordia.
Yo puedo ir a misa todos los domingos, escuchar la palabra y comulgar sin que nada en mí se transforme. Sigo siendo el mismo tránsfuga que maltrata a su pareja, que violenta a sus hijos, que roba la empresa en la que trabaja y que le echa el carro encima a los peatones, exclamó el prelado.