Arzobispo: el hogar es nuestra iglesia doméstica
El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa dedicó la celebración del Jueves Santo desde el Seminario Mayor San José, a los más de 6,000 panameños fallecidos durante la pandemia del Covid-19.
Ante los seminaristas, Ulloa destacó que Jesús también nos regaló en Jueves Santo, el sacerdocio. Escogió entre los hombres a unos cuantos para que sirvan de camareros. Ustedes los seminaristas están estudiando para ser camareros de Cristo", añadió.
También expresó que la eucaristía es la más sorprendente invención de Dios. Es el propio creador quien alimenta a sus criaturas, con su propia carne. Dios con ropaje de pan. La Iglesia no podría prescindir de la Eucaristía; sería su muerte".
Señaló que si bien es cierto que la pandemia nos ha encerrado en nuestras casas, hoy más que nunca tenemos presente que somos parte de una comunidad de creyentes que celebra la fe. "Este año, aunque con aforo restringido, podemos reunirnos de nuevo y celebrar juntos".
Recordó que Jesús antes de su pasión, celebró la cena pascual con sus discípulos; "era el momento de pasar de este mundo al padre, de realizar su éxodo, su marcha liberadora, en esa cena instituyó el gesto sacramental, memorial de su misterio pascual: la Eucaristía, se dobla con su cuerpo y sangre al mundo para sellar la nueva alianza".
Monseñor Ulloa, también resaltó que uno no pertenece a la iglesia para realizarse a sí mismo, uno no pertenece a la iglesia para cultivar una espiritualidad y sentirnos superior a los demás, uno está en la iglesia para el servicio del mundo, realizando las tareas cotidianas en las que uno apenas puede expresar su propia personalidad.
"Lo importante no es lo que uno hace, sino el amor que pone en ello", expresó Ulloa.
Manifestó que por eso hoy es el día del año más oportuno, para reflexionar sobre la misa, sobre su naturaleza y sobre su importancia y entender que pensar en la Eucaristía, tenemos que pensar en locura de Dios por nosotros y una locura de Dios que se manifiesta en cercanía, entrega y desvivirse por cada uno de nosotros.
Destacó que el impacto más fuerte de esta pandemia ha sido que nos impide estar cerca, porque las personas que se quieren no aguantan la lejanía del otro... "ahora puedes entender porque el sufrimiento, sufrimos por la ausencia de los demás, y sufrimos porque deseamos estar juntos cara a cara.
Y Jesús comprendió muy bien eso y por eso siempre quiso estar cerca de nosotros a través de la Eucaristía.
Ulloa mencionó el niño que ama a su padre, el novio a la novia que están lejos del hogar no le basta hablar, un niño quiere tener a su padre en casa, no lejos.
"Está la experiencia que todos en estos momentos hemos vivido, incluso hoy con el progreso y posibilidades de las terminales telefónicos con las cuales ahora no sólo por hablar, sino vernos, no nos basta", añadió el prelado.
Queremos el cara a cara de a quien queremos, y por eso podemos definir la eucaristía, es el invento de Dios para estar cara a cara, cercano, en signo sacramental pero real en la Eucaristía, expresó Ulloa.
Mencionó que en ocasiones el primer puesto en la misa lo ocupa el que se pasa la misa chateando con el móvil, el que llega a misa vestido de cualquier cosa, porque dice que aquello es su casa y se viste en la iglesia, el que entra en la iglesia y sin hacer siquiera una genuflexión se siente en el banco con las piernas cruzadas como si fuera a ver la celebración.
Indicó que estas personas entran en el templo como si fueran los amos, mientras tanto el Señor se entrega como siervo de todos.
Pero si de verdad quieren ocupar el último puesto en el banquete de la misa, adoren al Señor, póstrate y hay que situarse por debajo de él, instó.
Resaltó que hoy más que nunca a un año de la pandemia espera que podamos comprender que se han cerrado los templos, pero se han abiertos miles de templos en la iglesia doméstica que es nuestro hogar y que por eso cada uno de nosotros tiene que ser un micrófono de Dios.
Monseñor Ulloa invitó a toda la iglesia doméstica, respetar las medidas sanitarias y desde los hogares realizar el rito del lavatorio de los pies que realizó Jesús y que tiene un simbolismo profundo.
"En este momento para respetar las medidas sanitarias hemos de hacer este gesto de forma diferente siendo el año de la familia y de San José, yo te invito para que ahí en tu burbuja hagas el signo de Jesús: lavar los pies a los integrantes de tu familia, exaltando así el servicio y la misericordia de Cristo", dijo Ulloa.