Nacional - 14/6/21 - 12:00 AM

Chofer de funeraria era el "Dr. de las Vacunas"

 

Por: Redacción / Crítica Impreso -

Matías Pérez Escudero, de 40 años, pasó de ser conductor en una funeraria al "Dr. Vacuna Abrahams". Ayer se le imputaron cargos por estafa, delitos contra fe pública y ejercicio ilegal de la profesión, por inmunizar contra el Covid-19 al menos a 32 personas a quienes presuntamente le inyectó agua con sal u otra sustancia.

Pérez Escudero es el sujeto de la "camisa rosada", captado en el centro clandestino para aplicar "vacunas" contra el Covid-19 que operaba en el edificio Suite Coco del Mar.

El sujeto aprehendido el viernes se hacía pasar como médico, pero es un personaje que ya tiene antecedentes de estafa, en un caso que se deslindó en septiembre del 2014, en el Juzgado Tercero Municipal del Ramo Penal.

Matías se cubrió el rostro con un jacket negro al llegar a la sede del Sistema Penal Acusatorio a la audiencia ante el juez de garantías, Adán Hernández.

El caso se presenta ahora como una "estafa", porque se alega que en vez de vacunas contra el Covid-19, inyectaban solución salina por las que cobraba $200 y en ese afán enyardó a dos grupos de personas: 15 coordinados por Celine Esses y 17 por la gerente del Laboratorio Vidatec, Denisse Vega.

Una persona que ha tratado a Matías lo describe como una especie de personaje que es como el "chee wees"...un Tres Patines que está en todos lados. La fuente no descarta que el sujeto sea un intermediario en el "negocio" y que los autores intelectuales sean otros.

El propio Matías pidió al juez que le diera casa por cárcel o lo mandara a El Renacer, porque teme que lo maten si lo mandan a La Joya u otra cárcel, aparte de que sufre problemas cardiacos.

Pérez Escudero intentó ayer mismo a través de su abogado y funcionario de la DGI, Saúl Alexis Díaz, llegar a un acuerdo con la Fiscalía, pero no se concretó, porque la fiscal Ruth Morcillo le dijo al Juez Hernández que la investigación estaba muy incipiente y había mucho por acreditar e investigar en este caso.

Matías se presentaba como el "Dr. Abrahams" y el otro sujeto que lo acompañaba se hacía llamar Aron. Pero en la trama también aparece una enfermera, cuya casa fue allanada hace poco.

Sobre la sustancia que se inyectaba hay dos posibilidades que sea solución salina o que fueran algunos residuos de vacunas originales que iban sobrando en cada frasquito e iban llenando luego otro envase para lograr las seis dosis por vial.

El caso se origina cuando en un grupo de contactos de Whatsapp entre miembros de la comunidad hebrea e recibe un mensaje de alguien identificándose como Pfizer Vac ofreciendo dosis contra el coronavirus. Celine Esses se interesa llama al número que resultó ser de Matías, quien advierte que se necesitan como mínimo 6 personas. La fecha de vacunación falla en dos días, pero el 1 de junio llegan las dosis e inyectan en el edificio Pacific Point Villa.

Ese día, según contó una fuente, una pariente de Celine se atendía con el Dr. Mario Vega, padre de Denisse Vega, y también se interesan por la vacunación de Matías y se coordina el proceso para inocular a personal allegada a la gerente del Laboratorio Vidatec y es cuando llega Flor Mizrachi al edificio de Coco del Mar.

A Matías se le descubre la identidad, porque en uno de los edificios tuvo que mostrar su cédula y se le anotó el nombre y número de cédula.

Durante la audiencia de ayer, Matías Pérez se cubrió el rostro con un jacket negro y dijo que laboraba como chofer en la funeraria El Mesías de Portobelo, pero fuentes de ese establecimiento aclararon que éste llegaba por el negocio, pero no trabajaba para ellos.

En la entrevista que se le tomó a la Coordinadora General del Programa Ampliado de Inmunizaciones, Miss Itzel Hewitt, le exhibieron los números de los lotes de los frascos de las vacunas registradas en las tarjetas de vacunación entregadas por Matías Pérez Escudero y “ninguno de los aparecen corresponden a los lotes adquiridos por el Estado panameño.

Uno de los abogados que representa a los afectados reveló que en algunos casos se entregaban supuestas tarjetas de vacunación y otros se omitía. A la gente cuando las inyectaban no las hacían esperar para verificar si había alguna reacción, sino que eran despachadas de inmediato por el "Dr. Abrahams".

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