Ciudad fantasma por el Covid-19
Panamá vivió ayer el día más silencioso de su era como república. La cuarentena casi total del domingo apagó el excesivo parque vehicular. Solo el pasar esporádico de los trenes del Metro con sus vagones desiertos, rompían la monotonía.
Era como una ciudad dormida o fantasma calcinada por el Sol.
Fue el recogimiento más efectivo que se recuerde para inicio de la Semana Santa en un Domingo de Ramos, donde ni siquiera hubo cruces confeccionadas con palmas.
La gente agobiada y bombardeada por el Covid-19, no atinaba ni a escuchar música.
Los barrios del gueto donde el reggae rompe los tímpanos cada fin de semana, estaban en tiempo de silencio
De vez en cuando la quietud era rota por una ambulancia o un patrulla con su sirena...recurso innecesario ante la ausencia de tráfico...era como para no perder la costumbre.
Así son ahora los días del coronavirus... un evangelista gritó desde su balcón: ¡y vendrán tiempos peores!