Nacional - 25/3/23 - 09:15 PM
¿Dónde están las inversiones?
El funcionario elogió a Panamá como un ejemplo de recuperación y reconoció que el desempeño económico del país, a lo largo del tiempo, ha sido impresionante.
Recientemente, como parte de su discurso de inauguración Asamblea General de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Panamá, el Presidente del organismo multilateral, Ilan Goldfajn, señaló que crecimiento económico en América Latina y el Caribe se está desacelerando y la región enfrenta un triple desafío: crecientes demandas sociales, restricciones fiscales con alta deuda y lento crecimiento.
El funcionario elogió a Panamá como un ejemplo de recuperación y reconoció que el desempeño económico del país, a lo largo del tiempo, ha sido impresionante.
Pero la expansión económica panameña no se ha traducido en desarrollo social. De hecho, entre el 2009 y 2019, Panamá duplicó el tamaño de su economía y creó 33% más empleos, pero más de la mitad fueron informales. La pandemia destruyó casi la mitad de los empleos asalariados privados
La pandemia del COVID-19 arrasó con el empleo formal en Panamá y tuvo un efecto paralizante en la capacidad de nuestra economía para generar empleos dignos, al asestar un duro golpe al clima para la inversión privada en sectores que representan la “columna vertebral” de la generación de empleo en el país.
Según información del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), en el 2020, el sector privado perdió unos 364 mil empleos formales, 42% de los más de 873 mil existentes a agosto 2019.
El funcionario elogió a Panamá como un ejemplo de recuperación y reconoció que el desempeño económico del país, a lo largo del tiempo, ha sido impresionante.
Pero la expansión económica panameña no se ha traducido en desarrollo social. De hecho, entre el 2009 y 2019, Panamá duplicó el tamaño de su economía y creó 33% más empleos, pero más de la mitad fueron informales. La pandemia destruyó casi la mitad de los empleos asalariados privados
La pandemia del COVID-19 arrasó con el empleo formal en Panamá y tuvo un efecto paralizante en la capacidad de nuestra economía para generar empleos dignos, al asestar un duro golpe al clima para la inversión privada en sectores que representan la “columna vertebral” de la generación de empleo en el país.
Según información del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), en el 2020, el sector privado perdió unos 364 mil empleos formales, 42% de los más de 873 mil existentes a agosto 2019.
Adicionalmente, a 284 mil trabajadores privados se les suspendieron sus contratos de trabajo. En el primer año de pandemia, 3 de cada 4 empleos formales del sector privado desaparecieron o fueron suspendidos.
México, con 126 millones de habitantes y 55.5 millones de empleos en el 2019, perdió 647 mil empleos formales en el 2020. En otras palabras, Panamá, con 30 veces menos población y 33 veces menos empleos, perdió más de la mitad de los trabajadores privados formales que perdió México.
Sumando empleos formales privados perdidos en el 2020 y trabajadores suspendidos a quienes no se les reactivaron sus contratos o fueron despedidos (43 mil), tenemos que entre el 2020 y 2021 la pandemia arrasó con 407 mil empleos formales de la empresa privada, 47% del total existente antes de la crisis, un impacto “masivo” del cual aún no nos recuperamos.
La economía panameña perdió capacidad para generar empleos dignos
La cifra de empleos formales perdidos equivale un “conteo de los muertos después de la masacre”, pero no refleja el impacto sobre la confianza en el clima para la inversión privada en el país, cuyo deterioro es el combustible que alimenta la explosión de informalidad laboral que amenaza con destruir el Programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), de la Caja del Seguro Social (CSS).
La precarización laboral está focalizada en 6 sectores que generan dos tercios de los empleos privados. Estos sectores son Comercio, Construcción, Logística, Industria, Hoteles/ Restaurantes y Otras Actividades de Servicio, los cuales, como bloque, entre el 2012 y 2022, sólo generaron empleo informal. Estas actividades hoy representan 4 de cada 5 nuevos empleos 9 mil de los 10 mil nuevos trabajadores informales que, según el INEC, todos los meses se incorporan a la economía.
Más aún, en el 2017, MITRADEL tramitó 445 mil nuevos contratos laborales, versus 240 mil en el 2022. Es decir, 205 mil asalariados y cotizantes menos en 5 años. En ese lapso, cifras del INEC revelan que hubo expansión en sectores donde hubo inversiones privadas importantes, como Minería, Energía y Educación, pero el 90% de la contracción laboral ocurrió en 4 sectores: Construcción (50%), Hoteles & Restaurantes (19%), Comercio (14%) e Información & Comunicaciones (7%), reducciones DIRECTAMENTE relacionadas a menores niveles de inversión privada en estos sectores.
En el 2022, MITRADEL procesó 20 mil nuevos contratos laborales por mes, versus 32 mil promediados en el 2019, y se generaron 10,008 nuevos informales mensualmente versus 3,079/mes el año prepandemia.
Sin inversiones no habrá contrataciones
La minería y la energía han acaparado la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) al país y liderizado la formación de capital. Estos sectores son más intensivos en capital que en mano de obra, pero pueden ser generadores de confianza en el país como destino para la IED.
Turismo y Logística son sectores claves para el país, pero tienen altos niveles de informalidad laboral (62.2 y 61.2%, respectivamente), síntoma de la poca confianza en el clima para la inversión privada en esos sectores.
De poco sirve hablar del potencial turístico, industrial o logístico de Panamá si no somos capaces de atraer las inversiones necesarias para hacerlo realidad. Sin inversiones no habrá contrataciones.
México, con 126 millones de habitantes y 55.5 millones de empleos en el 2019, perdió 647 mil empleos formales en el 2020. En otras palabras, Panamá, con 30 veces menos población y 33 veces menos empleos, perdió más de la mitad de los trabajadores privados formales que perdió México.
Sumando empleos formales privados perdidos en el 2020 y trabajadores suspendidos a quienes no se les reactivaron sus contratos o fueron despedidos (43 mil), tenemos que entre el 2020 y 2021 la pandemia arrasó con 407 mil empleos formales de la empresa privada, 47% del total existente antes de la crisis, un impacto “masivo” del cual aún no nos recuperamos.
La economía panameña perdió capacidad para generar empleos dignos
La cifra de empleos formales perdidos equivale un “conteo de los muertos después de la masacre”, pero no refleja el impacto sobre la confianza en el clima para la inversión privada en el país, cuyo deterioro es el combustible que alimenta la explosión de informalidad laboral que amenaza con destruir el Programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), de la Caja del Seguro Social (CSS).
La precarización laboral está focalizada en 6 sectores que generan dos tercios de los empleos privados. Estos sectores son Comercio, Construcción, Logística, Industria, Hoteles/ Restaurantes y Otras Actividades de Servicio, los cuales, como bloque, entre el 2012 y 2022, sólo generaron empleo informal. Estas actividades hoy representan 4 de cada 5 nuevos empleos 9 mil de los 10 mil nuevos trabajadores informales que, según el INEC, todos los meses se incorporan a la economía.
Más aún, en el 2017, MITRADEL tramitó 445 mil nuevos contratos laborales, versus 240 mil en el 2022. Es decir, 205 mil asalariados y cotizantes menos en 5 años. En ese lapso, cifras del INEC revelan que hubo expansión en sectores donde hubo inversiones privadas importantes, como Minería, Energía y Educación, pero el 90% de la contracción laboral ocurrió en 4 sectores: Construcción (50%), Hoteles & Restaurantes (19%), Comercio (14%) e Información & Comunicaciones (7%), reducciones DIRECTAMENTE relacionadas a menores niveles de inversión privada en estos sectores.
En el 2022, MITRADEL procesó 20 mil nuevos contratos laborales por mes, versus 32 mil promediados en el 2019, y se generaron 10,008 nuevos informales mensualmente versus 3,079/mes el año prepandemia.
Sin inversiones no habrá contrataciones
La minería y la energía han acaparado la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) al país y liderizado la formación de capital. Estos sectores son más intensivos en capital que en mano de obra, pero pueden ser generadores de confianza en el país como destino para la IED.
Turismo y Logística son sectores claves para el país, pero tienen altos niveles de informalidad laboral (62.2 y 61.2%, respectivamente), síntoma de la poca confianza en el clima para la inversión privada en esos sectores.
De poco sirve hablar del potencial turístico, industrial o logístico de Panamá si no somos capaces de atraer las inversiones necesarias para hacerlo realidad. Sin inversiones no habrá contrataciones.