Nacional - 22/8/19 - 12:00 AM

EL CASO DE LA CAJA DE AHORROS: TODO UNA VIL MENTIRA

Irónicamente, son los actos ordenados por la procuradora Kenia Porcell y ejecutados por sus fiscales los que le han causado y causarán una millonaria lesión patrimonial a la Caja de Ahorros y al Estado.

 

Por: Ricardo Chanis / Abogado -

El caso de la Caja de Ahorros está basado en puras mentiras de la procuradora Kenia Porcell y de los fiscales que asignó al caso.
A continuación, una pequeña muestra de las tantas mentiras de este caso:
 
Mentira 1: Que los fondos dados por el banco en préstamo eran fondos públicos.
Falso, pues los fondos dados por el banco en préstamo eran fondos privados.
Así lo confirmó el contralor Federico Humbert en sus respuestas a tres oficios que le remitió la fiscalía, cuyo propósito fallido era probar su primera teoría del caso.
Tal mentira igual se desprende de la propia ley que reorganizó íntegramente a la Caja de Ahorros en el año 2000 para que el banco pudiese competir en iguales condiciones con los bancos no oficiales del país.
Como también del hecho que la Contraloría no ejerce control alguno sobre tales fondos, a pesar de que la Constitución la obliga a ejercer control previo o posterior sobre los actos de manejo de fondos públicos.
 
Mentira 2: Que el préstamo incumplió con normas aplicables al crédito y al banco.
Falso, pues el préstamo cumplió con todas las normas aplicables al tipo de crédito de que se trató y al banco.
Así lo confirmó el banco bajo la gerencia de Mario Rojas mediante una auditoría forense que realizó en respuesta a un oficio de la fiscalía, cuyo propósito fallido era probar su segunda teoría del caso.
Dicha auditoría incluso desmintió que el desembolso se haya hecho a tres sociedades distintas al deudor, pues certificó que el desembolso se hizo a una cuenta bancaria a nombre del deudor.
Tampoco existe dentro del proceso opinión que contraríe lo anterior de parte de la Superintendencia de Bancos como entidad responsable de forma exclusiva por la supervisión de todos los bancos del país.
 
Mentira 3: Que el préstamo se debió iniciar con un formulario de solicitud de crédito.
Falso, pues un préstamo también se puede iniciar con una entrevista al cliente, como fue el caso.
Así se desprende de la Sección 7-b del manual de créditos del banco que dice textualmente:
“7. SOLICITUDES DE CRÉDITO. / […] / b. Al momento de entrevistar a un cliente y/o recibir la solicitud de crédito, el Analista de Crédito identificará todas las facilidades directas e indirectas que represente el solicitante como persona natural o persona jurídica o como GRUPO, de acuerdo a lo señalado. / […]”.
Además, de que la manera más apropiada de iniciar un crédito complejo como este es con una entrevista y no con una solicitud de crédito que requiere menos información del cliente.
 
Mentira 4: Que el tipo de crédito bajo investigación no era de un tipo permitido al banco.
Falso, pues este tipo de crédito está permitido expresamente en el manual de créditos del banco.
Así se desprende de la Sección A del manual de créditos del banco que dice textualmente:
“A. […] La Caja de Ahorros […] / Podrá realizar las siguientes operaciones con el crédito: […] /
2. Otorgar toda clase de créditos, sujetos a las políticas y reglamentos de créditos que apruebe la Junta Directiva, conforme a lo establecido en la presente ley. / […] /.
6. Financiar proyectos que comprendan la […] construcción de […] complejos comerciales […] / […] /.
13. Efectuar en general cualquier operación permitida al negocio de la banca, de conformidad con la legislación vigente, los reglamentos de la institución o demás prácticas bancarias”.
 
Mentira 5: Que los certificados de no objeción (CNOs) no constituyen una fuente segura de pago.
Falso, pues los certificados de no objeción sí constituyen una fuente segura de pago.
Tan es así que el Banco Nacional, bajo la gerencia de Rolando De León, dijo lo siguiente en un comunicado al país sobre un préstamo puente que se le otorgó a Odebrecht por $120 millones en el año 2016 y que contó con CNOs del Metro de Panamá como fuente de pago:
“[…]Cada CNO […] constituye una obligación autónoma, incondicional e irrevocable de pago por parte de MPSA [o Metro de Panamá, S.A.] a favor del respectivo cesionario [el Banco Nacional], […]” / […]. “La transacción realizada no representó riesgo económico alguno para el Banco, toda vez que el pago de los créditos adquiridos estaba debidamente garantizado [con cada CNO] […]”.
Así se pronunció el gerente del Banco Nacional incluso a pesar de que Marcelo Odebrecht estaba preso en Brasil cuando se otorgó el crédito y de que el banco no requirió del deudor garantía adicional a los CNOs.
Sobre este punto la fiscalía incluso tuvo la desfachatez de decir la siguiente tamaña mentira:
“Los famosos certificados de no objeción, a través, de la experiencia que hemos obtenido […], hemos podido percatarnos lo que es, un cheque posfechado, el certificado de no objeción es un cheque posfechado, es un cheque a futuro, es una esperanza a lo lejos, […]”.
Como estas mentiras hay muchas más, pero estas retratan de cuerpo entero lo que han sido la procuradora Kenia Porcell y los distintos fiscales asignados al caso: unos viles mentirosos.
Irónicamente, son los actos ordenados por la procuradora Kenia Porcell y ejecutados por sus fiscales los que le han causado y causarán una millonaria lesión patrimonial a la Caja de Ahorros y al Estado.
A la Caja de Ahorros por el daño causado a su competitividad frente a los demás bancos del país y al Estado por los costos asociados al proceso y las demandas que se interpondrán en su contra.
Por ello, hago el llamado a un alto pues mientras más se dilate el irreversible desenlace de este caso, más cuantiosos serán los daños que sufrirán la Caja de Ahorros y el Estado a causa de tantas mentiras.
Y como siempre, quienes pagarán personalmente por esta patraña serán quienes actuaron dentro del proceso desde un cargo público y no quienes lo armaron o vitorearon desde la sombra o clandestinidad.
 
 

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