Empecé a sentirme "extraña", sentía debilidad... a punto de morir
La doctora dijo que "me parece incorrecto matricular el covid como causa de muerte, si realmente no fue así... estoy segura que eso hubiese dicho mi certificado de defunción..."
Jenny Roselín Sittón Abrego es doctora y publicó en su cuenta de Facebook su experiencia con el COVID-19. Detalla las senciones, revela las interioridades del hospital donde se encontró e hizo un llamado al Gobienro.
Por considerarlo de interés, le publicamos de forma íntegra, el nota que la doctora Sittón subió a su red social,
Han pasado 6 meses desde que fui hospitalizada por Covid 19, y 5 desde que mis padres murieron... sin embargo a pesar de que desearía tener a mis padres vivos, confío absolutamente en que la voluntad de Dios es perfecta y jamás la cuestionaré...
Leí alguna vez, " poca ciencia te aleja de Dios, y mucha te acerca a Él"... así que seguiré con mi pensamiento científico... y ese me hace intuir que definitivamente no todos los muertos contabilizados por Covid, murieron por Covid realmente...y ser médico de profesión me lleva a asegurar esto y definitivamente a agradecer a Dios por su bondad conmigo.
Debo decir que sin importar qué, estoy agradecida con el personal que me atendió y más aún con el personal que atendió a mis amados padres... algunos conocidos previamente y otros a los que solo vi a través de sus uniformes, que me hacían sentir en una nave espacial con astronautas...
Jamás he visto tanto amor en la profesión, sumergido en un mar de miedo... la desesperación por ayudar de algunos y no tener como hacerlo, me transportaba a los momentos en que he necesitado trasladar pacientes graves durante la noche, rodeada del mar y bajo una tormenta o bien dentro de la montaña sin vehículo alguno o medio de comunicación... o sea... solo depositando la confianza en Dios, y mostrando una sonrisa para que el paciente sienta que hay una oportunidad más...
Vi, como el agotamiento se apoderaba de otros, haciéndolos sonámbulos durante la atención... pero JAMÁS olvidaré cuántas veces recordé mis clases de Propedéutica Clínica del Dr. Plinio Valdez, en donde nos decía "toquen al paciente, escúchenlo; el que no mete el dedo mete la pata, los exámenes son de apoyo diagnóstico no para diagnosticar; la historia y el examen clínico dan el 85% del diagnóstico... ningún laboratorio es más certero que su paciente, la clínica impera, siempre pregunten y aprendan a escuchar"... cuando veía como el temor a enfermar de mis colegas los hacía olvidar esto... y realmente no los culpo... los entiendo, una enfermedad nueva y mortal para algunos, sin tratamiento específico, y con carencia de equipos de protección; pero no es que sea correcto.
Estoy segura de que muchas de las muertes están ligadas al temor de enfermar, a no examinar al paciente, a no preguntar, o bien a simplemente a no escucharlo...
No hablaré de mis padres, que bien podría hacerlo... ellos no están ya para garantizar lo que digo... pero puedo hablar de mi experiencia como paciente Covid.
Ser médico, fue el mejor arma que Dios me dio para garantizar mi vida... y no por las influencias, sino por la forma en que pude actuar; esto y el que tome café sin azúcar evitó que yo fuese la primera defunción de mi familia.
La sala de Covid en el Regional, es como estar en un hotel 5 estrellas, con poco personal, de todas las áreas... desde médico hasta aseador... y digamos que con el mobiliario extremadamente básico... Pero con un personal suoer humano; a pesar de ser pocos, de las carencias y del miedo.
La comida siempre llegaba tarde... y recuerdo que un día sólo llegó la cena y porque la pedí. Legué a pensar que estaba en nada por boca.
A menudo cuando recién desayunaba estaban trayendo el almuerzo, así que entre el abdomen distendido por los gases y lo que acaba de comer, dejaba mi almuerzo para más tarde; esto siempre coincidía con la hora en que me tomaban la glicemia; por lo que le mencionaba al personal de enfermería, coloque alado del valor que estoy comiendo o que acabo de comer... pero ahora estoy segura que no lo hicieron, porque pude ver mi expediente.
Una mañana fui visitada por un Dr. Super amable, al que admiro... que me comentó los valores elevados de mi glicemia; a lo que respondí: son post pandriales, van a estar elevadas... y aún así también comenté que muchas de ellas eran tomadas mientras comía, que era lógico esperar valores altos... sin embargo, ante el temor por un Síndrome metabólico y el uso de grandes dosis de corticoides, me ordenaron colocación de insulina.
La primera noche, luego de la aplicación del medicamento, sentí muchísima hambre... pero tenía comida acumulada de los días anteriores, encima de la cajeta que usaba como mesita, así que sacié mi hambre y dormí tranquila.
El día siguiente, me aplicaron insulina poco más de la 6 pm... al rededor de las 7pm, empecé a sentirme "extraña", sentía debilidad, revisé el flujo de oxígeno y mi saturación... aunque marcaba límites normales, no estaba en mi 98% así que toqué el timbre que llama al enfermero. No recuerdo cuanto tiempo pasó, pero poco a poco me fui debilitando más, mi visión se fue haciendo borrosa y me sentía super agotada... recuerdo que respiraba profundo y me costaba procesar mis ideas...
Pero sabía que estaba alejándome de la vida, recordé que en mi cartera tenía sobres de azúcar, y aunque mi cartera estaba sobre la sabana que cubría mis pies, ya no tenía fuerzas para agarrarla; así que con 4 de mis dedos de mi mano derecha empecé a halar la sábana, como rascándola; cuando por fín tenía cerca la cartera, metí mi mano lentamente y saqué un sobrecito de azúcar... sentía que pesaba una tonelada, hice un gran esfuerzo y lo llevé a mi boca... entre la saliva y los dientes logré romper el sobre y sentir lo dulce en mi lengua... creánme... sentí la gloria... hasta el papel me tragué. Luego tomé otro y lo mastiqué, pude votar el papel, todo masticado... el siguiente pude romperlo y comerme sólo la azúcar... asi hice con 8 sobres. Esperé un ratito y al sentirme mejor, gateé a la cama de mi compañera de cuarto, tomé 3 sobres de azúcar que ella tenía y luego busqué la comida que se había colocado ya en la basura, recuerdo que eran 2 vasos con crema, una ya agria, y 2 pancaques.. sin mentir... nunca comí algo que me hiciera tanto bien... esa noche el tinaco de la basura se convirtió en mi super Restaurante...
Tiempo después llegó el enfermero, me dijo: _me llamó Dra, dígame en que le puedo ayudar? Le respondí: _casi encuentras un cadáver, me hipoglicemié.
El mismo me dijo: _ no diga eso, yo la veo bien...
Le dijé:_ pues casi no me ves viva.
Le expliqué lo que había pasado, lo que hice y el mismo me brindó una galleta de trigo y miel y consiguió un jugo de melocotón. Luego de eso me hizo una glicemia capilar que marcó 80...
Me pidió mil disculpas, y me explicó que estaban entubando un paciente y que por eso no había respondido al llamado.
Asustada... le pedí que me colocará una Dextrosa en goteo... y como era de esperar, me dijo que no podía hacerlo, porque eso tenía que ordenarlo el médico y que los médicos estaban con pacientes graves, en ese momento ocupados.
No sé que hizo él, pero amanecí viva y con la convicción de que no permitiría nada más de insulina.
Puedo contarles que la cama estaba a más o menos 4 metros del servicio... y la longitud del tubo de catéter de oxígeno, es mucho menor... ir al baño era una odisea. Me paraba, subía el flujo del oxígeno al máximo, caminaba hasta la puerta del servicio y allí guindaba el catéter nasal, en el termostato; me sentaba en el servicio y a los 2 minutos desaturaba, asi que me paraba y me metía el catéter en la boca y respiraba profundo hasta recuperarme, para retomar la actividad pendiente, esto podía repetirlo por más de 10 veces en una sola ida al baño. Más de una vez me mareé...
Esto es una pequeña parte de lo que experimenté; como médico pude hacer cosas para sobrevivir... pero cuántos médicos hay entre los que hospitalizan? Cuántos pacientes han pasado por situaciones similares? Cuántos quedaron sin oxiígeno en el servicio o se durmieron y el catéter se movió y dejaron de recibir oxigeno; cuántos habrán hecho hipoglicemias y no tenían azúcar en su cartera?..
Definitivamente... es una pena que los expedientes tampoco sean una evidencia de lo que ocurre realmente con cada paciente. Entre tantos pacientes y el cansancio, el tiempo se hace muy corto para escribir todo lo que pasa... pero pasa.
Amo mi profesión, amo lo que involucra y amo ayudar... sé que en algún momento todos vamos a morir, eso es inevitable... pero es nuestra responsabilidad que mientras el paciente respire, viva con la mayor calidad posible, asi sea su último minuto. Y es responsabilidad del gobierno, manejar de la mejor manera los recursos del estado, para que sirvan a la mayoría...
Me parece incorrecto matricular el covid como causa de muerte, si realmente no fue así... estoy segura que eso hubiese dicho mi certificado de defunción...
El matricular al paciente con una causa de muerte incorrecta, sólo porque está contagiado con Covid, dá lugar a tapar irregularidades y libera de responsabilidades a quienes en sus comportamientos, ejercicio de sus funciones y decisiones... pudieron hacer algo mejor por esa vida; incluyendo a las autoridades, gobernantes, personal y a la misma población.