¡Eso es todo para los Justo & Bueno!
A mediados de septiembre, los nuevos accionistas vieron información contable que demostró que la situación de la empresa era mucho peor, y se hacía "inviable" un recién aprobado plan de reorganización.
Inversiones Encanto, sociedad propietaria de los "Justo & Bueno" reconoció que es imposible salvar en Panamá a esta cadena de tiendas con presencia en casi todo el territorio, y cerrará todas y cada una de sus sucursales, dejando una deuda superior a los $50 millones ($47 a proveedores, $3 millones a arrendadores de locales y una suma indeterminada en concepto de cuota obrero patronal).
En un comunicado, Inversiones Encanto explicó que el último intento de salvar a la empresa, -según ellos golpeada por la pandemia de Covid-19- fue en marzo de 2022, cuando se inició un proceso de reorganización conciliada con el Centro de Conciliación y Arbitraje de Panamá (CECAP). A esto siguieron reuniones con acreedores, a quienes se les manifestó que se pretendía rescatar la empresa.
El 10 de agosto se aprobó el plan de reorganización y continuidad, con aprobación de la mayoría de los acreedores. Con esto se invirtieron $9 millones bajo un fideicomiso para salvar a Justo & Bueno.
Sin embargo, a mediados de septiembre, los nuevos accionistas accedieron a cuentas y documentación contable que demostró que la situación de la empresa era mucho peor de lo que se había planteado inicialmente, lo que hacía "inviable" el recién aprobado plan de reorganización.
A esto se le sumó -en palabras de Inversiones Encanto- una "perspectiva económica desfavorable, con altos niveles de inflación a nivel internacional y un ambiente de tasa de interés hacia el alza".
Ahora la sociedad afirma que no tiene ninguna probabilidad de recuperar los $9 millones invertidos para mantener a flote la empresa, pagar a los acreedores y mantener los empleos.
Informaron que iniciarán un proceso para devolver las llaves a los arrendadores, y pidieron a los proveedores de equipos dentro de los locales que gestionen su recuperación.
Las tiendas abrieron en Panamá en el 2016, estableciendo más de 100 de locales con 700 puestos de trabajo.
El inversionista que estaba tratando de rescatar Justo & Bueno en Panamá sería Jorge Plaza, un petrolero venezolano radicado en Costa Rica. El Centro de Conciliación y Arbitraje había asignado a Aurelio Barría la tarea de salvar a la cadena.