Generar empleos dignos tiene que ser la obsesión nacional
Ronald Reagan solía decir que “el mejor programa social del mundo es un empleo”. Paradójicamente, la economía panameña es la que más crece en América Latina, pero sólo genera informales y funcionarios. Los empleos formales los genera el Gobierno, con plata prestada. Esto no es sostenible.
Invertir en Panamá dejó de ser buen negocio
El Estado no puede ser el único generador de empleos formales sostenibles, máxime financiados con préstamos. Los empleos tienen que venir del sector privado. Para que haya empleos dignos, TIENE QUE HABER INVERSIÓN PRIVADA, de lo contrario, seguiremos generando informales.
Esto presupone que haya CONFIANZA. El rol del Estado es facilitar y crear las condiciones para que exista esa confianza. El Gobierno ha estado interviniendo en el mercado laboral, a través de subsidios y contrataciones en la planilla estatal, “enmascarando” artificialmente la pérdida de capacidad de la economía para generar empleos de calidad. DEBEMOS SACAR AL GOBIERNO DE LA ECONOMÍA.
La evidencia de la intervención estatal y la incertidumbre que ésta ocasiona es contundente. De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), entre el 2013 y 2023 se crearon 266,264 empleos, pero hoy tenemos 25,705 asalariados privados menos que hace 10 años, al tiempo que agregamos 77,234 funcionarios y 235,480 nuevos informales a la economía.
Es decir, cada trabajador formal del sector privado que perdió su empleo en esa década fue reemplazado en la economía por 3 funcionarios y 9 informales, resultado del grave deterioro de la confianza en el clima para la inversión privada en sectores clave.
Este patrón se mantuvo con la pandemia. Entre 2019 y 2023 se crearon 17,974 empleos, sin embargo, se perdieron 19,812 empleos asalariados privados, pero se agregaron 36,482 funcionarios y 49,039 nuevos informales.
En los últimos 4 años aumentaron dramáticamente los jubilados y pensionados
Somos una economía de informales y funcionarios, financiada con plata prestada. A esto se añade que, según el INEC, en los últimos 4 años pasamos de tener 170,464 jubilados y pensionados (2019) a 275,241 (2023). En otras palabras, en el contexto de la gravísima crisis financiera del Programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), pasamos de generar 2,913 nuevos jubilados y pensionados por año entre el 2009 y 2019, a 26,194 entre el 2019 y 2023 (9 veces más).
Menos gente interesada en trabajar
Proporcionalmente hablando, hoy hay menos gente interesada en trabajar. En agosto del 2023, 62.4% de la Población en edad productiva (mayor de 15 años) tenía o estaba buscando empleo, 4 puntos por debajo del nivel de agosto 2019 (66.5%), lo cual representa unas 50 mil personas.
Adicionalmente, hubo un aumento del 21% en la Población No Económicamente Activa (PNEA) en los últimos 4 años (+221,531 personas). 80% de este incremento se debió al ya mencionado aumento en el número jubilados/pensionados (+104,777) y al mayor número de estudiantes en edad productiva (+72,849).
El sector privado está generando menos vacantes
En el 2023, MITRADEL tramitó 21,906 nuevos contratos laborales por mes, 30% menos que los 31,541 mensuales procesados por la entidad en el mismo período del 2019. En el 2023 la economía generó 115,621 vacantes menos que en el año prepandemia, lo cual en sí plantea un reto para la población joven, dado el aumento en el número de estudiantes en edad productiva que estarán comenzando a buscar trabajo.
Urge transmitir confianza de que invertir en Panamá es buen negocio
La crisis laboral panameña no es de empleo, sino de confianza. Sin confianza no habrá inversión privada, y sin inversión privada, seguiremos generando informales. En este contexto, la pérdida del Grado de Inversión de la deuda soberana panameña parece inminente. De hecho, hoy los bonos de Panamá se cotizan en el mercado por debajo de los de países como Costa Rica, Guyana, Guatemala y República Dominicana, que no tienen Grado de Inversión.
Los retos del próximo Gobierno
El nuevo Gobierno heredará esta situación y debe enfrentar el impacto laboral del cierre de la mina, que superará los 40 mil empleos, particularmente indirectos e inducidos, con el agravante de que en el 2024 no se recibirán los $375 millones de la mina, el Canal estará aportando $800 millones menos al Fisco.
El primer paso para generar confianza es inyectar liquidez a la economía, cancelando la deuda que el Estado mantiene con sus proveedores y contratistas, la cual supera los $1,700 millones.
Generar confianza y generar empleos dignos no ocurrirá con un Gobierno “mala paga”.