Nacional - 24/1/19 - 08:00 PM
Jóvenes envueltos en fervor por Virgen de Fátima agradecen por sus milagros
El ambiente de alegría y regocijo tuvo su momento de apogeo cuando banderas cargadas por peregrinos de varios países cobijaron a la esfingie de la Virgen de Fátima en un circulo de admiración.
Cargados de fe, peticiones y en muchos casos agradecimiento por los milagros concedidos, miles de peregrinos emularon la Procesión de las Velas tal como se realiza en la explanada del Santuario de Fátima en Portugal, en esta ocasión en la ciudad de Panamá con la esfinge original de Cova da Iria.
Los cánticos de alabanza y la emoción embargó hoy a los devotos de la imagen religiosa, que estaba colocada en una base decorada con flores y una insignia de la Jornada de la Mundial de la Juventud (JMJ), que la identificaba como una peregrina más del evento.
En una procesión desde el Parque del Perdón, donde se hacen otros actos de la JMJ, la estatua salió acompañada de los fieles que la siguieron hasta la Iglesia de San Francisco de la Caleta, en un barrio residencial de la capital panameña.
Este acto forma parte de un cronograma especial que realiza la patrona de Portugal, paralelo a la visita del Papa Francisco, que comenzó con una eucarística oficiada por el obispo uruguayo Heriberto Bodeant.
El ambiente de alegría y regocijo tuvo su momento de apogeo cuando banderas cargadas por peregrinos de varios países cobijaron a la esfingie de la Virgen de Fátima en un circulo de admiración.
Aunque la imagen era custodiada por dos agentes de la Policía Nacional panameña, esto no impidió que los peregrinos y fervorosos se acercarán de rodillas para agradecerle su labor de intercesora.
Pedro Solor, de Guatemala, comentó a Acan-Efe que al saber de que la esfinge de Portugal iba a estar en la JMJ decidió ir al encuentro a verla, dado que por ella sano de una enfermedad
"Pasé por un transcurso un poco largo de enfermedad, y sé que mi intercesora fue Fátima. Había hecho un viaje a Portugal , y luego de eso vino el padecimiento; fue ella la que se manifestó para que yo saliera adelante", exclamó.
Separado del grupo con el que vino a la JMJ, Solor resaltó que era muy importante dedicarle una visita a la imagen a la que se le asocia a muchos milagros.
Uno de los que se le asocia es el del papa San Juan Pablo II, quien era muy devoto de la patrona de Portugal, y quiso que la bala, con la que fue herido en un atentado el 13 de mayo de 1981, fuera incrustada en la corona que cubre la cabeza de la estatua como reconocimiento a que ella evitó su muerte milagrosamente.
Otro peregrino fue Sergio, un joven procedente de Nicaragua que expresó a Acan-Efe que la imagen religiosa siempre ha sido una de las advocaciones más maravillosas para su país, y que estar en presencia de la que es la esfinge original es gratificante para su espíritu.
"La virgen santísima nos dice en su mensaje que ningún cristiano o creyente de la fe católica que acude a ella será ignorado ante su llamado", dijo al salir del recinto.
También relató que la fe católica es el idioma que se necesita y que el himno de la JMJ es especial, porque lo nicaragüense son muy marianos.
El culto a Fátima tiene su origen entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, período durante el que tres niños portugueses -Lucía, Jacinta y Francisco- aseguraron que habían sido testigos de varias apariciones de la Virgen.
Los tres menores, que eran pastores, explicaron que la Virgen les hizo varias revelaciones en esos encuentros, que conforman la profecía de Fátima, dividida en tres partes.
Los cánticos de alabanza y la emoción embargó hoy a los devotos de la imagen religiosa, que estaba colocada en una base decorada con flores y una insignia de la Jornada de la Mundial de la Juventud (JMJ), que la identificaba como una peregrina más del evento.
En una procesión desde el Parque del Perdón, donde se hacen otros actos de la JMJ, la estatua salió acompañada de los fieles que la siguieron hasta la Iglesia de San Francisco de la Caleta, en un barrio residencial de la capital panameña.
Este acto forma parte de un cronograma especial que realiza la patrona de Portugal, paralelo a la visita del Papa Francisco, que comenzó con una eucarística oficiada por el obispo uruguayo Heriberto Bodeant.
El ambiente de alegría y regocijo tuvo su momento de apogeo cuando banderas cargadas por peregrinos de varios países cobijaron a la esfingie de la Virgen de Fátima en un circulo de admiración.
Aunque la imagen era custodiada por dos agentes de la Policía Nacional panameña, esto no impidió que los peregrinos y fervorosos se acercarán de rodillas para agradecerle su labor de intercesora.
Pedro Solor, de Guatemala, comentó a Acan-Efe que al saber de que la esfinge de Portugal iba a estar en la JMJ decidió ir al encuentro a verla, dado que por ella sano de una enfermedad
"Pasé por un transcurso un poco largo de enfermedad, y sé que mi intercesora fue Fátima. Había hecho un viaje a Portugal , y luego de eso vino el padecimiento; fue ella la que se manifestó para que yo saliera adelante", exclamó.
Separado del grupo con el que vino a la JMJ, Solor resaltó que era muy importante dedicarle una visita a la imagen a la que se le asocia a muchos milagros.
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Uno de los que se le asocia es el del papa San Juan Pablo II, quien era muy devoto de la patrona de Portugal, y quiso que la bala, con la que fue herido en un atentado el 13 de mayo de 1981, fuera incrustada en la corona que cubre la cabeza de la estatua como reconocimiento a que ella evitó su muerte milagrosamente.
Otro peregrino fue Sergio, un joven procedente de Nicaragua que expresó a Acan-Efe que la imagen religiosa siempre ha sido una de las advocaciones más maravillosas para su país, y que estar en presencia de la que es la esfinge original es gratificante para su espíritu.
"La virgen santísima nos dice en su mensaje que ningún cristiano o creyente de la fe católica que acude a ella será ignorado ante su llamado", dijo al salir del recinto.
También relató que la fe católica es el idioma que se necesita y que el himno de la JMJ es especial, porque lo nicaragüense son muy marianos.
El culto a Fátima tiene su origen entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, período durante el que tres niños portugueses -Lucía, Jacinta y Francisco- aseguraron que habían sido testigos de varias apariciones de la Virgen.
Los tres menores, que eran pastores, explicaron que la Virgen les hizo varias revelaciones en esos encuentros, que conforman la profecía de Fátima, dividida en tres partes.