La forma y el fondo: ¿Qué es lo más importante?
Se especula mucho, pero no se presentan evidencias, hallazgos o pruebas que indiquen que hubo corrupción o actos dolosos para inclinar la decisión de los jueces.
El fallo que liberó al expresidente Ricardo Martinelli de los cuatro cargos penales por el caso pinchazos ha dividido al país.
La tesis de la defensa se impuso.
Los querellantes y la víctima están insatisfechos porque esperaban un condena contra el exmandatario por la interceptación ilegal de sus conversaciones e información confidencial.
¿Qué falló entonces?
Todo parece indicar que se impuso la forma y no el fondo.
El país reconoce que hubo pinchazos y seguimientos ilegales, sin autorización judicial, durante la administración Martinelli.
Sin embargo, hubo dudas importantes sobre la validez del caso, la forma irregular como se obtuvieron las pruebas, la custodia de las grabaciones y la contratación del testigo estrella, con un alto salario en Estados Unidos.
Se especula mucho, pero no se presentan evidencias, hallazgos o pruebas que indiquen que hubo corrupción o actos dolosos para inclinar la decisión de los jueces.
Alegar que es más importante el fondo que el respeto al debido proceso es lo más estúpido y absurdo que he escuchado, sobre todo si las afirmaciones vienen de abogados con experiencia y amplio criterio.
Nadie puede negar que el juicio a Ricardo Martinelli también fue político, tuvo un alto ingrediente de linchamiento mediático y de venganza.
A los fiscales, representantes de los intereses del Estado, les corresponde hacer las cosas bien.
Si a un acusado, sea Martinelli o Pablo Pueblo, se le violan sus derechos o se fuerzan las pruebas en su contra y eso se demuestra en el juicio, el caso no tendrá un final feliz para los demandantes.
Demonizar a los jueces es otro gran pecado de este sistema, que todos sabemos que necesitan cambios, pero también reconocemos que te pueden declarar inocente o culpable.
Martinelli y sus abogados aceptaron la reglas del proceso y ganaron.
Creer que lo más importante es condenar a un acusado o señalado, aunque la investigación estuviera turbia es terrible.
Exigir justicia, violando las reglas de la justicia es grave y es peor.