Nacional - 08/9/22 - 02:30 PM

La Reina Isabel II paseó en descapotable y bailó en el Club Unión

La monarca visitó Panamá, cinco meses después de hacer ascendido al trono británico en 1953.

 

Por: Redacción / Crítica -

La reina Isabel II de Inglaterra, quien murió hoy a los 96 años, visitó Panamá en 1953, junto a su esposo el duque de Edimburgo, cinco meses después de haber ascendido al trono.
En su visita al país participó en una cena en la provincia de Colón, donde llegó a las 7 de la mañana del 29 de noviembre de 1953, a bordo del transatlántico Gothic también recorrió las calles de la costa atlántica al igual que las de la capital, en un auto descapotable. 
Y, en la capital también bailó con el presidente José Antonio Remón y su esposo, el príncipe Felipe, con la esposa del presidente panameño, durante una actividad que se realizó en el Club Unión 
En este punto, "hubo muchos comentarios populares, pues en esa época se bailaba chachachá, guaracha y boleros, y el pueblo se preguntaba cómo habrían enfrentado la realeza los movimientos de salsa y la alegría caribeña", le dijo a la BBC de Londres, Alberto Luis Tuñón Núñez, un panameño, que recuerda esos momentos. 
La reina solo tenía 25 años cuando fue coronada el 2 de junio de 1953 y había ejercido sus funciones cinco meses cuando estuvo Panamá, tras la muerte de su padre, el Rey Jorge VI, fallecido en 1952.

Sirenas de bienvenida
Eran pasadas las 7 de la mañana del 29 de noviembre de 1953, cuando a bordo del transatlántico Gothic, la reina Isabel II pasaron por las esclusas de Pedro Miguel, en  las costas de Colón, en compañía de su esposo, Felipe de Edimburgo.
Un total de 21 cañonazos le dieron la bienvenida a Su Majestad, al igual que los tripulantes de los barcos que esperaban el paso por el Canal de Panamá, que hicieron sonar las sirenas en medio del paso del trasatlántico.
El recuerdo está presente  en la memoria del historiador colonense, Luis Javier Ceballos, quien en una entrevista con la BBC de Londres, dio los detalles de aquella histórica fecha en el país.
El historiador asegura que la diplomacia panameña intervino y en conjunto con la embajada de Estados Unidos, lograron que la reina Isabel II incluyera en su agenda tiempo para que pasaran como invitados en Panamá.
La noticia de su estadía en el país cubrió las portadas de diarios ingleses.  Estando en Panamá, la reina envió un mensaje de felicitación de Winston Churchill, lo que llamó la atención más de 50 diarios británicos.

Paseo por Colón 
La reina paseó por las calles de Colón en un auto descapotable en compañia de su esposo visitó el Palacio Municipal de la provincia y recibió el saludo de cientos de niños de escuelas primarias que formaron filas en su honor.
De Colón partieron en el crucero rumbo al puerto de Balboa, al otro lado del Canal de Panamá, donde fueron recibidos por el gobernador de la Zona del Canal, John States Seybold, con el que hicieron un recorrido hacia el barrio del Chorrillo, donde estaba el Límite con la Zona.
El momento más emotivo fue cuando el descapotable pasó por delante de la icónica Casa Miller, ubicado en Calidonia, donde vivían en su totalidad por cientos de familias afroantillanas, descendientes de originarios de las islas de la Mancomunidad en el Caribe que llegaron a Panamá para trabajar en la construcción del canal, le dijo el panameño Alberto Luis Tuñón Núñez a la BBC.
"Agitando sus banderas, sin que hubiese un director de coro, las elegantes damas luciendo sombreros de plumas, guantes y abanicos comenzaron a entonar del himno 'Dios salve a la reina' desde sus amplios balcones"..
"Fue impresionante porque la reina no se esperaba ese recibimiento. El jefe de protocolo que los acompañaba mandó al auto que se detuviera y les explicó que el edificio estaba habitado por panameños que habían venido de las Antillas".
"Recuerdo hubo muchos comentarios populares, pues en esa época se bailaba chachachá, guaracha y boleros, y el pueblo se preguntaba cómo habrían enfrentado la realeza los movimientos de salsa y la alegría caribeña", dice Alberto y deja escapar una risita.

Después del baile, llegó la despedida.
Cerca de la medianoche, la reina y el príncipe volvieron al Gothic para zarpar hacia las islas Fiji a la mañana siguiente.

 

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