Nacional - 02/1/20 - 12:00 PM
Más nicaragüenses llegan a Panamá huyendo de la crisis de su país
A tierras panameñas siguen llegando a través de la peligrosa selva del Darién, fronteriza con Colombia, centenares de migrantes de países de africanos, asiáticos, caribeños y suramericanos, que tienen con destino final Norteamérica.
Las autoridades de Panamá dijeron este jueves que se ha incrementado la llegada de nicaragüenses al país que huyen de la crisis de Nicaragua y que ven difícil migrar hacia EE.UU. debido a la políticas implementadas por Guatemala y México para impedir ese flujo hacia el norte de América.
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La directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine, explicó que se trata nicaragüenses que han ingresado de forma ilegal "para quedarse" en Panamá, donde actualmente hay unos 60 nacionales de ese país en albergues migratorios con miras a su deportación o expulsión.
Nicaragua atraviesa una grave crisis sociopolítica que, desde el estallido social contra el presidente Daniel Ortega, en abril de 2018, ha dejado más de 300 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a más de 500 y el Gobierno reconoce 199.
Gozaine aseguró que esa subida en la llegada de nicaragüenses a Panamá, que no cifró, se debe al reforzamiento de las fronteras de Guatemala y México como parte de la política que intenta frenar el flujo migratorio irregular hacia Estados Unidos que generó una crisis en el 2019.
A Panamá también siguen llegando a través de la peligrosa selva del Darién, fronteriza con Colombia, centenares de migrantes de países de africanos, asiáticos, caribeños y suramericanos, que tienen con destino final Norteamérica.
Actualmente hay 45 migrantes irregulares en La Peñita, una comunidad indígena de Darién que se vio desbordada a inicios de 2019 con la presencia de cerca de 5.000 migrantes en tránsito, y alrededor de 800 más en Gualaca, en la frontera con Costa Rica, a la espera de cruzar hacia ese país y seguir rumbo al norte.
Gozaine agregó en declaraciones a la cadena TVN que se mantiene la estrategia de que cada día pueden cruzar a Costa Rica 100 de estos migrantes en tránsito, en el marco de la política conocida como "flujo controlado" pactada años atrás por los Gobiernos panameño y costarricense.
Esta política de flujo controlado se instauró tras la crisis migratoria de finales de 2015 e inicios de 2016, cuando miles de cubanos que iban hacia EE.UU. quedaron varados en Panamá y Costa Rica debido a que Nicaragua cerró su frontera.
La directora dijo que este año el Gobierno propondrá al Parlamento la creación de una policía de migración y aduanas, para hacer frente a situaciones como las crisis de migrantes en tránsito.
El Servicio Nacional de Migración cuenta con 1.600 funcionarios, muchos de ellos administrativos, y a lo largo de las fronteras terrestres del país "hay más de 100 trochas" por las que pasan los migrantes irregulares, explicó la directora.
La migración de estas personas "es una tragedia humana" y Panamá quiere atacar a los grupos criminales que se lucran de ella, aseveró Gozaine en relación a las redes de tráfico de personas.
La directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine, explicó que se trata nicaragüenses que han ingresado de forma ilegal "para quedarse" en Panamá, donde actualmente hay unos 60 nacionales de ese país en albergues migratorios con miras a su deportación o expulsión.
Nicaragua atraviesa una grave crisis sociopolítica que, desde el estallido social contra el presidente Daniel Ortega, en abril de 2018, ha dejado más de 300 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a más de 500 y el Gobierno reconoce 199.
Gozaine aseguró que esa subida en la llegada de nicaragüenses a Panamá, que no cifró, se debe al reforzamiento de las fronteras de Guatemala y México como parte de la política que intenta frenar el flujo migratorio irregular hacia Estados Unidos que generó una crisis en el 2019.
A Panamá también siguen llegando a través de la peligrosa selva del Darién, fronteriza con Colombia, centenares de migrantes de países de africanos, asiáticos, caribeños y suramericanos, que tienen con destino final Norteamérica.
Actualmente hay 45 migrantes irregulares en La Peñita, una comunidad indígena de Darién que se vio desbordada a inicios de 2019 con la presencia de cerca de 5.000 migrantes en tránsito, y alrededor de 800 más en Gualaca, en la frontera con Costa Rica, a la espera de cruzar hacia ese país y seguir rumbo al norte.
Gozaine agregó en declaraciones a la cadena TVN que se mantiene la estrategia de que cada día pueden cruzar a Costa Rica 100 de estos migrantes en tránsito, en el marco de la política conocida como "flujo controlado" pactada años atrás por los Gobiernos panameño y costarricense.
Esta política de flujo controlado se instauró tras la crisis migratoria de finales de 2015 e inicios de 2016, cuando miles de cubanos que iban hacia EE.UU. quedaron varados en Panamá y Costa Rica debido a que Nicaragua cerró su frontera.
La directora dijo que este año el Gobierno propondrá al Parlamento la creación de una policía de migración y aduanas, para hacer frente a situaciones como las crisis de migrantes en tránsito.
El Servicio Nacional de Migración cuenta con 1.600 funcionarios, muchos de ellos administrativos, y a lo largo de las fronteras terrestres del país "hay más de 100 trochas" por las que pasan los migrantes irregulares, explicó la directora.
La migración de estas personas "es una tragedia humana" y Panamá quiere atacar a los grupos criminales que se lucran de ella, aseveró Gozaine en relación a las redes de tráfico de personas.