Miles inmortalizan con celulares el "fugaz" recorrido del papa por Panamá
"Esta fotografía es un recuerdo que voy a tener toda la vida", declaró por su parte el guatemalteco Bryan Marroquín, que en una mano portaba una pequeña escalera y en la otra una pancarta artesanal en la que se podía leer "Bienvenido Francisco".
Miles de personas inmortalizaron con sus teléfonos móviles el primer recorrido que Francisco hizo por las calles de la capital panameña a bordo del papamóvil, un trayecto que sorprendió a muchos por la velocidad a la que iba el vehículo y que impidió a otros ver al pontífice con claridad.
"Menos mal que lo he logrado grabar, ha pasado muy rápido, se me eriza la piel de la felicidad", dijo en declaraciones a Acan-Efe el salvadoreño Juan Domingo.
"Ha sido todo muy rápido, podía haber pasado más lento. Juan Pablo II fue más despacio", aseguró Dionisia Pérez, que siguió por la televisión la visita del pontífice polaco en marzo de 1983, que hasta ahora era el único viaje realizado por un papa al país centroamericano, de mayoría católica.
Francisco, de 82 años, llegó a Panamá pasadas las 16:15 hora local (21:15 GMT) para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y, tras ser recibido por las autoridades panameñas en una breve ceremonia, se trasladó en un vehículo cerrado hasta el inicio de la céntrica Vía España, donde se cambió al papamóvil.
Desde allí, recorrió los cerca de 20 kilómetros que separan ese punto de la Nunciatura Apostólica, donde pernoctará hasta el domingo, saludando a las miles de personas que se habían apostado tras las valles y que coreaban casi al unísono una de las proclamas más famosas de la JMJ: "¡Esta es la juventud del papa!".
"He grabado 42 segundos de vídeo, desde que ha empezado a llegar la seguridad del papa hasta que he dejado de ver el papamóvil. Ya lo estoy compartiendo con todos mis amigos que no han podido venir", indicó a Acan-Efe el panameño Evelio Martínez, prácticamente sin levantar la vista de su celular.
"Esta fotografía es un recuerdo que voy a tener toda la vida", declaró por su parte el guatemalteco Bryan Marroquín, que en una mano portaba una pequeña escalera y en la otra una pancarta artesanal en la que se podía leer "Bienvenido Francisco".
El pontífice, rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad, se quitó el solideo en un par de ocasiones durante el recorrido por miedo a que se lo llevara la fuerte brisa que soplaba en la capital panameña y que ayudó a los asistentes a enfrentar las altísimas temperaturas de esta época del año.
"Estoy sin palabras, no puedo ni respirar", expresó el joven Josua Bárcenas, envuelto en una bandera panameña.
"Fueron los segundos más maravillosos de mi vida. No pensé que se me iban a saltar las lágrimas", reconoció Nicole Rodríguez, una menor salvadoreña, que cargaba una colchoneta que había usado para esperar durante horas al santo padre.
Una vez que el papamóvil abandonó la kilométrica Vía España, cientos de personas se dirigieron a la vez a las estaciones del metro -Panamá es el único país de Centroamérica con suburbano-, lo que desató ciertos momentos de caos y aglomeración: "Caminen rápido, salgan", gritaban los más agobiados.
El santo padre debía haberse montado de nuevo en un vehículo cerrado y blindado a la altura de la sede principal de la Policía Nacional, en el barrio de Ancón, pero decidió terminar a bordo del papamóvil el recorrido hasta la Nunciatura, ubicado en el barrio Calyton, una zona que estaba bajo el control de Estados Unidos cuando ese país administraba el canal interoceánico.
Una vez en la misión diplomática de la Santa Sede, el papa fue recibido por cuatro niños disfrazados en homenaje a diversos santos, entre ellos la peruana Santa Rosa de Lima, la primera santa de América, y San Cura Brochero, que comparte nacionalidad argentina con Francisco.
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La agenda del pontífice, para quien esta es su tercera JMJ, comenzará el jueves a primera hora con reuniones con el Gobierno panameño y con el clero centroamericano.
Por la tarde, se dirigirá por primera vez a los al menos 100.000 peregrinos que se han registrado para participar en la JMJ, la primera que se celebra en Centroamérica y en la que está previsto que el papa se refiera a la ola migratoria que convulsiona la región. ACAN-