Movimiento de Alimentación Saludable lamenta ‘poco importa’ oficial
El Movimiento de Alimentación Saludable manifestó su descontento con el Gobierno por la poca atención que se presta a los temas de alimentación, nutrición y salud. Igualmente, ve con mucha preocupación que los políticos no hayan puesto sobre la mesa del debate el tema de los alimentos y la comida, y pareciera que estos temas no tienen importancia para ellos y que ahora solamente les interesa buscar votos y coger el poder.
Para es el movimiento es inconcebible que en su último discurso a la Nación, el presidente Laurentino Cortizo no dijera una sola palabra sobre alimentación saludable y su énfasis fue en comprar medicamentos, construir centros de salud, adquirir vacunas y otro número de cosas importantes, pero no mencionó la alimentación saludable, que es la verdadera base para prevenir enfermedades y promover salud en la población.
A juicio del grupo, el gobierno debe hacer más esfuerzos para construir huertos en áreas urbanas y escuelas; fiscalizar más los kioscos escolares y evitar la venta de sodas y comidas chatarras, tal como exige las leyes y decretos del MINSA y el MEDUCA.
También debe ayudar más en la producción de alimentos libres de agroquímicos, y revertir la tendencia de ser uno de los países que consume más plaguicidas en la región; debe aumentar el impuesto a las sodas y demás bebidas azucaradas a por lo menos 30%, en vez del 5%, tal como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud, y utilizar los dineros provenientes del impuesto para campañas educativas.
Otra de las recomendaciones es promover más el consumo de frutas y vegetales nacionales, al tiempo que las bolsas subsidiadas del Plan Solidario deben incluir más alimentos frescos y menos productos procesados (y mucho menos importados).
Según el movimieto, las cifras de salud pública en Panamá no mienten y cada día son peores los índices de enfermedades crónicas causadas por la mala alimentación, llámese hipertensión, diabetes, obesidad y cánceres.
Piden al Gobierno mayor compromiso en la aprobación de leyes y normas para reducir el consumo de sodio, eliminar las grasas “trans”, crear menús saludables para niños en restaurantes, y proponer un etiquetado nutricional más fácil de comprender; fiscalizar y vigilar para minimizar el consumo de comida chatarra en escuelas.