Mulino desafía en la ONU: Panamá no es paraíso fiscal ni tiranía
“Es fácil hablar de esta crisis desde la comodidad de una oficina en Manhattan, pero ver de cerca a niños huérfanos en la selva es otra cosa”, afirmó con dureza.
Durante su discurso en la 79° Asamblea General de la ONU, el presidente José Raúl Mulino condenó las acusaciones que incluyen a Panamá en listas internacionales discriminatorias, comparando al país con tiranías y paraísos fiscales.
Mulino fue enfático al afirmar que Panamá ha implementado reformas financieras y firmó tratados de transparencia durante los últimos 30 años, y sin embargo, sigue siendo
El mandatario criticó que los países que promueven estas listas se benefician del Canal de Panamá y participan en licitaciones, pero atacan la reputación financiera del país con dobles estándares.
“No permitiremos más afrentas contra nuestra economía ni socavarán nuestra capacidad de desarrollo”, aseguró. Mulino anunció que Panamá tomará contra empresas de países medidas que apoyen tales listas, y exigió respeto para una nación que ha demostrado ser carbono negativo y un referente en sostenibilidad. ambiente
Mulino destacó que, a pesar de estos ataques, Panamá seguirá contribuyendo al desarrollo global y será miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU el próximo año, reafirmando su compromiso con la paz y la justicia internacional.
Panamá no será ruta para migrantes ilegales.
Mulino también alzó su voz contra el flujo migratorio ilegal que atraviesa Panamá, denunciando que su país "no será ruta para los migrantes ilegales" y pidiendo una acción conjunta de la comunidad internacional para enfrentar la crisis humanitaria y ambiental que enfrenta la nación.
Mulino destacó que más de medio millón de migrantes cruzaron el Darién en 2023, una cifra que representa el 12% de la población total de Panamá.
Comparó esta situación con Estados Unidos e Italia, argumentando que si estos países enfrentaran una proporción similar, las cifras serían inmanejables: "Serían 40 millones de ilegales en Estados Unidos y 7 millones en Italia", señaló.
El presidente subrayó que el país no dispone de los recursos ni las capacidades materiales para abordar este problema por sí solo.
En su intervención, Mulino no se guardó críticas hacia el crimen organizado, al que responsabilizó de lucrar con la desesperación de millas de personas que cruzan la peligrosa selva del Darién. “Es fácil hablar de esta crisis desde la comodidad de una oficina en Manhattan, pero ver de cerca a niños huérfanos en la selva es otra cosa”, afirmó con dureza.
El presidente también denunció el impacto ambiental devastador que la migración ilegal ha dejado en el Darién, una de las selvas neotropicales más grandes del mundo. “Nadie aceptaría medio millón de personas dejando basura y residuos en Yellowstone o el Bosque de Baviera”, comentó, recordando que Panamá, al ser una ruta de conexión mundial, paga un alto costo por un problema que no es suyo.
El mandatario fue claro al pedir más apoyo internacional para frenar el flujo migratorio ilegal y urgió a las naciones a no dejar sola a Panamá en esta lucha. También señaló que la situación en Venezuela ha sido uno de los principales factores que ha generado esta crisis migratoria, haciendo un llamado a que los organismos internacionales actúan de forma enérgica contra los regímenes que socavan la democracia.