Nada se parece tanto a la vida como el ajedrez (Parte I)
Si eres una persona con muchas experiencias vividas, y con conocimiento de ajedrez (no precisamente de alto nivel) entenderás que esta frase guarda más razón de lo que parece. Pero ¿Cómo es que en un tablero de 64 casillas y 32 piezas puede haber tanto significado?, ¿Acaso es el ajedrez un deporte asociado a algún tipo de filosofía?. Ahora te explico a qué refiere esta frase.
En el ajedrez como en la vida, los errores suelen costar mucho, las victorias animan y los empates, en su mayoría, causan cierta incertidumbre. Contrario a lo que la gente cree, el ajedrez es un juego de ideas no de teoría, la teoría forma una parte muy importante del juego, pero está sujeta a una idea, y las ideas constantemente se renuevan y es por eso que las aperturas cambian y varían según los planes de un jugador.
Las ideas y la teoría están acompañadas de conceptos fundamentales para jugar bien, conceptos que en la vida son tan necesarios, para cumplir con lo básico y adyacente del juego. Conceptos para atacar, defender, prevenir o simplemente ganar pequeñas ventajas posicionales que se acumulan y dan a luz a la victoria.
¿Pero cómo podemos interpretar tales enseñanzas de este hermoso deporte?, ¿Cómo podemos aplicarlas a nuestra vida diaria?, ¿Cómo encontrar ese secreto intrínseco que nos ayude encontrar nuestra mejor elección de vida?, ¿Y cómo podemos ayudar a los demás con tan bonito descubrimiento?. Acompáñame en este serie de columnas que cada lunes publicaré para que juntos aprendamos de lo que el ajedrez nos enseña...