Nacional - 05/4/23 - 12:00 AM

Nicaragua expulsa a sacerdote panameño

 

Por: Redacción / Crítica Impreso -

El sacerdote panameño Donaciano Alarcón Valdés fue expulsado de Nicaragua tras celebrar la eucaristía por el inicio de la Semana Santa y se encuentra en Honduras, informó el arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa.

Alarcón "forma parte de esta comunidad (claretiana), sus superiores estarán estudiando si conviene que se quede (en Honduras) o lo pueden ir asignando a cualquier otro país de Centroamérica.

Donaciano, de 49 años, ha cumplido labor en la iglesia San Vicente de Paúl de Arco Iris; la parroquia Jesús Pan de Vida, en Cativá y la parroquia San Antonio Maria Claret, en Guatemala.

Donaciano Alarcón aclaró que en ningún momento fue golpeado por los agentes policiales en Nicaragua y que contrario a ello, fueron amables y respetuosos... me ofrecieron hasta comida, contó el cura.

El padre Donaciano, quien tenía año y medio de prestar servicios pastorales en la diócesis de Estelí, Nicaragua, dijo que fue interceptado por agentes policiales que lo esperaban al salir de la misa crismal celebrada en la catedral de Estelí.

Cuando el cura se dirigía a un almuerzo en compañía de otras personas, en la carretera lo interceptó una patrulla. “Me llevaron a la frontera, me dijeron ´usted no puede entrar más aquí´, yo les pregunté por mi pasaporte y me dijeron ´ahora se lo damos, espérelo en el otro lado´(en Honduras)”, recordó el sacerdote.

El sacerdote aclaró que su expulsión no fue por realizar una procesión el Domingo de Ramos afuera del en las afueras del templo, sino más bien por mencionar en las oraciones a Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí.

“Corrijo, no fue por una procesión, puede ser que en algún momento yo haya sido un poco imprudente en las misas, que haya pedido por Monseñor Rolando Álvarez que es mi obispo. Eso de la procesión es mentira, porque yo no hice procesión el domingo en ningún lugar”, dijo el religioso. De igual manera aclaró que al momento de su expulsión, portaba zapatos.

“Eso es mentira que yo estaba descalzo, porque yo venía de la misa, yo estaba elegante porque a los panameños nos gusta andar elegante, sobre todo a los colosenses. Yo andaba guapetón, nada de que estaba descalzo, ni nada de eso”, dijo en tono de bromas el sacerdote.

“Me acusaron de que yo había organizado al pueblo contra el gobierno”, afirmó.

Las relaciones del Gobierno de Daniel Ortega y la Iglesia católica viven ahora momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, como el caso de la condena a más de 26 años del obispo Rolando Álvarez por "traición a la patria", o la prohibición de actividades religiosas, entre ellas las procesiones como el viacrucis.

El presidente Ortega ha llamado "mafia" a sacerdotes, obispos, cardenales y al papa Francisco, quien ha tildado de "dictadura grosera" al gobierno sandinista y ha señalado "un desequilibrio de la persona que dirige" el país centroamericano.

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