Obispos: Corrupción, "pandemia" que empobrece y extermina vidas humanas
Los obispos también aprovecharon para reconocer y agradecer a los trabajadores y trabajadoras, hoy 1 de mayo, sus sacrificios, particularmente a aquellos que han perdido sus puestos laborales.
La Conferencia Episcopal Panameña dijo este viernes que la corrupción es el virus mundial que ha exterminado de manera constante vidas humanas y ha empobrecido a grandes sectores de la población negándoles así derechos básicos y fundamentales y la calificaron como una "pandemia".
En el comunicado, los obispos también aprovecharon para reconocer y agradecer a los trabajadores y trabajadoras, hoy 1 de mayo, sus sacrificios, particularmente a aquellos que han perdido sus puestos laborales.
Reconstruir un mejor Panamá
Afirma el Papa Francisco que "la corrupción es quitar al pueblo. La persona corrupta que hace negocios corruptos o que gobierna de forma corrupta, roba al pobre. Las víctimas son los pobres". Ningún sector de la sociedad ha escapado de esta pandemia: ni el gobierno, las Iglesias, las empresas, las organizaciones sociales, los partidos políticos, las personas. Este es el virus mundial que ha exterminado de manera constante vidas humanas y ha empobrecido a grandes sectores de la población negándoles así derechos básicos y fundamentales.
Como pastores de la Iglesia en Panamá hemos escuchado los gritos de desesperación de quienes no encuentran solución a lo más básico: la salud, la alimentación, la vivienda, el agua, o contar con un recurso mínimo para su sustento y sobrevivencia.
Esta es una de las razones que motivó la firma del convenio entre la Conferencia Episcopal Panameña y la Contraloría Nacional -aún a riesgo de ser criticados- para hacer una auditoría social, con el objetivo de propiciar que los ciudadanos y ciudadanas tomen conciencia de la importancia de la vigilancia de los recursos públicos para el bien común; en esta ocasión, la veeduría de la entrega del bono solidario y las bolsas de alimentos, a las familias verdaderamente necesitadas.
Es una oportunidad para la promoción y el compromiso social de gente de buena voluntad, para que eviten la instrumentalización de las necesidades del pueblo, el clientelismo y el oportunismo. Estar vigilantes de las actuaciones de las autoridades es parte del compromiso evangélico, no como “piedra en el zapato”, sino como señal y luz que indiquen el camino correcto.
Cada persona debe ser dignificada cuando se le pretende ayudar, ofreciendo mecanismos que le permitan aportar a mejorar su condición de vida. Esto es válido para los subsidios que ofrece el gobierno, las ayudas de las Iglesias, y las organizaciones no gubernamentales.
Hay urgencia de un cambio radical en el comportamiento de las autoridades, gobernantes, ciudadanos, y todos en Panamá. “Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en ‘los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad’. El auténtico desarrollo humano posee un carácter moral y supone el pleno respeto a la persona humana.
Gratitud por el sacrificio de los trabajadores
Los obispos panameños, en el marco de la festividad de San José Obrero y que coincide con el Día del Trabajo, queremos hacer un reconocimiento y expresar nuestra profunda gratitud a todos los trabajadores, las trabajadoras, y sus familias, particularmente a los miles que han sido cesados o afectados sus ingresos por la pandemia. De manera particular nuestro testimonio agradecido va para el personal de salud, los estamentos de seguridad y otras instituciones públicas y privadas, quienes en medio de esa pandemia del Covid-19 han demostrado su vocación de servicio y entrega al prójimo.