Nacional - 20/12/22 - 12:00 AM

¡Recuerdan a víctimas de la invasión!

 

Por: Redacción / Crítica Impreso -

El Consejo Municipal de Panamá honró y recordó ayer a las víctimas de la invasión de Estados Unidos Panamá, del 20 de diciembre de 1989. El presidente del concejo, Ramón Ashby Chial manifestó que a 33 años de ocurrida esa cruel intervención militar, en la que fallecieron cientos de panameños, no podemos dejar eso en el olvido, porque estos eventos continúan vivos en la memoria de la población.

El concejal recordó que fue su difunto padre, Ramón Ashby Saldarriaga, en su calidad de representante de Calidonia y Concejal del Distrito de Panamá, quien, en medio de la sesión ordinaria celebrada horas antes de estos sucesos, denunció públicamente que había recibido la información de que habían salido para Panamá más de 35 mil soldados del ejército de los Estados Unidos, con el fin de invadir nuestro país.

Además destacó que el primer mártir de la patria fue un gran amigo y compañero: Luis Gustavo Torreglosa, quien era el representante de El Chorrillo y concejal del Distrito de Panamá.

Durante el acto se entregaron pergaminos de la Municipalidad a miembros de la Comisión del 20 de diciembre que preside el Doctor Rolando Murgas Torraza.

Se reconoció la labor de Trinidad Ayola, Presidenta de la Asociación de los familiares de los caídos del 20 de diciembre de 1989 y de la educadora Elizabeth del Carmen Ayola González, por su inclaudicable labor en busca de la verdad y justicia para los caídos de esa invasión.

Se le entregó el pergamino de esta municipalidad a Luis Gustavo Torreglosa, hijo del representante fallecido.

El 20 de diciembre de 1989, EEUU puso en marcha la operación "Causa Justa", bajo el argumento de acabar con la dictadura militar en Panamá capturar al exgeneral Manuel Antonio Noriega y restaurar la democracia, unos 25 mil soldados nos invadieron.

Decenas de civiles murieron en los ataques principalmente en El Chorrillo, donde operaba el cuartel central de Noriega. Otros cuarteles en Colón, Río Hato y otros puntos fueron bombardeados y atacados por las tropas norteamericanas.

Noriega buscó refugio en la Nunciatura el 24 de diciembre de 1989 y el 3 de enero de 1990 se entregó ante el general Marc Cisneros, para entonces, jefe del Ejército Sur.

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