Reflexiones sobre la situación con Minera Panamá
Al margen de la justificación legal, el reciente anuncio del Gobierno de cerrar las operaciones comerciales de Minera Panamá despierta inquietudes que deben abordarse, tratándose de la mayor Inversión Extranjera Directa (IED) en la historia del país y las exportaciones de cobre, de las cuales depende nuestro Grado de Inversión.
En el inmediato plazo, basado en lo que se ha publicado por los medios de comunicación, surgen 5 preguntas:
1. ¿Cómo se van a garantizar los 40 mil empleos directos e indirectos con la empresa cerrada y sin ingresos?
2. ¿Cómo se mantendrá nuestro Grado de Inversión, que DEPENDE de los ingresos y aportes de la actividad minera, según las calificadoras de riesgo (Fitch, Moody 's, Standard & Poor' s), si la empresa no opera, vende ni tributa?
3. ¿Cuáles son las fuentes alternas de financiamiento para apuntalar la sostenibilidad del Programa IVM, cuyas reservas se agotan en el 2024?
Según el más reciente informe de Moody’s (26.10.2022), el Gobierno necesitará aportar el equivalente al 1% del PIB, lo cual, haciendo el ejercicio con el PIB del 2022, equivale a unos $680 millones anuales, 5 veces más que los $140 millones que hoy aporta. Aún con los $190 millones adicionales que aportaría el nuevo contrato con Minera Panamá, habría un déficit de $350 millones anuales.
4. ¿Cuál será el impacto 40 mil nuevos desempleados en una economía que hoy genera 39% menos empleos formales (75% de ellos temporales) y 3 veces más informales que en el 2019 (10 mil nuevos informales por mes) y donde, según el Índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP), correspondiente a noviembre 2022, el 98% de los panameños afirma no tener empleo o ve poco probable conseguirlo en los próximos 12 meses?
5. ¿Cuáles serían las repercusiones de entrar en un litigio y arbitraje internacional con el mayor inversionista extranjero en la historia del país, cuya resolución tardaría años, en momentos cuando URGE TRANSMITIR CONFIANZA y atraer IED al país?
La coyuntura también da pie para algunas reflexiones: La crisis laboral que enfrenta Panamá, no es de empleo sino de CONFIANZA. La incertidumbre laboral que reflejan los resultados del ICCP guarda relación con que los sectores que históricamente han generado la mayoría de los empleos perdieron su atractivo como potencial de negocio y no están atrayendo inversiones.
Hoy hay 59,252 trabajadores formales privados menos y 249,633 informales más que en el 2012. 90% de los empleos formales perdidos se dieron en Construcción y Comercio, mientras que el 71% de los nuevos empleos informales que se agregaron fueron trabajadores de la Construcción, Comercio, Industria, Logística y Turismo.
TODOS los nuevos empleos en estos 5 sectores en conjunto (2012-2022) fueron informales. Estas actividades representan el 57% de la fuerza laboral privada y emplean a 2 de cada 3 trabajadores con 12 o menos años de escolaridad en Panamá.
Esto es indicio del DETERIORO DE LA CONFIANZA PARA LA INVERSIÓN PRIVADA EN ESOS SECTORES y el impacto de la pandemia sobre el empleo asalariado.
Que los 5 sectores que aportan la mayoría de los empleos en el país hayan perdido su atractivo para la inversión privada, es un reto con profundas implicaciones socioeconómicas para una economía donde, en el 2020, 3 de cada 4 trabajadores asalariados del sector privado perdieron sus trabajos o fueron suspendidos y 4 de cada 5 de quienes perdieron sus empleos tenían 11 o menos años de escolaridad.
La minería y la energía acaparan el interés de la Inversión Extranjera Directa (IED) hacia Panamá y lideran la formación de capital. Estos sectores son más intensivos en capital que en mano de obra, pero pueden ser generadores de confianza en Panamá como destino para las inversiones (hacia todos los sectores), dado el respaldo de las calificadoras de riesgo y banca de inversión internacional.
De hecho, la evaluación que hizo Morgan Stanley sobre Panamá (16.3.2022) la tituló: “Una historia de Cobre”, donde alabó su desempeño económico, sustentado en:
1. Mejoras fiscales, debido a la Ley de Responsabilidad Fiscal, sumada al incremento en las contribuciones del Canal de Panamá y los mayores aportes al fisco por parte de Minera Panamá.
2. Recuperación económica superior a las expectativas, impulsada por su sector externo.
3. Sólida balanza comercial, producto del impacto de las exportaciones de cobre, que representan el 79% de las exportaciones del país.
Tengo plena confianza en que se encontrarán vías que permitirán superar este “impasse” y la incertidumbre generada de manera constructiva, por el bien del país.