Sí a la reforma migratoria, pero en paz
¿Un apretón de manos entre la diputada impulsora de la reforma migratoria y el dirigente de la asociación de extranjeros naturalizados bastará para calmar el clima de confrontación entre algunos panameños y las miles de personas de otros países que vivien en este país?
Al menos así lo espera Rafael Rodríguez, quien ayer extendió su mano a Zulay Rodríguez y pidió tanto a panameños como extranjeros bajar el tono mientras se consulta y debate el paquete de reformas.
Luego del gesto, una sonrojada Zulay dijo: "me dejaste sin palabras". Pero solo se quedó "muda" menos de 5 segundos.
Ayer durante un panel durante el programa Radar de TVN, Zulay expresó que esta es la cuarta vez que ha intentado proponer ante sus colegas diputados una reforma migratoria, pero que no ha prosperado por la intervención de "intereses de sectores económicos, y por la mala actitud del pasado gobierno de Juan Carlos Varela".
"Realmente la migración ha sido la caja menuda de todos los gobiernos. El mismo exdirector de migración dijo que la migración les representa 400 millones de dólares, de los cuales el 80% se iba a las partidas del presidente de turno y el 20% era para funcionamiento", expresó Zulay.
Según la diputada, el tono sobre la reforma se ha elevado porque la gente se siente cansada, hastiada y muy enojada porque el gobierno de turno no le ha prestado atención al problema de la inmigración desordenada.
Otra vez, Zulay negó ser xenofóbica, y que lo único que quiere es que haya un control migratorio.
De igual forma, reconoció que su padre (que en una irónica coincidencia, también se llama Rafael Rodríguez), recibió asilo en Venezuela, "pero él era solo uno, no media Venezuela como acá".
En tanto, el dirigente de la Asociación de Residentes Naturalizados (ARENA) de Panamá, Rafael Rodríguez, argumentó que la diputada, durante sus intervenciones públicas sobre el tema, ha usado un tono y un comportamiento que manifiestan un "sentimiento xenofóbico".
El dirigente de ARENA ponderó que Panamá ha sido un país que ha recibido amablemente a los migrantes durante décadas, y que ha extendido su mano a cubanos, nicaragüenses, colombianos y personas de muchas otras nacionalidades.
Expresó que está de acuerdo con que se ponga orden en la inmigración en Panamá, porque hay un descontrol.
"Lo que no estoy de acuerdo es que en todas las situaciones que se presentan en el país, la única respuesta es apuntar a los extranjeros como los principales culpables. Si la economía está en el suelo, los extranjeros son culpables; si la delincuencia ha subido, los extranjeros son culpables...", lamentó.
Para calmar los ánimos, el dirigente pidió que haya una amplia consulta del proyecto de ley y que se incluya a todos los sectores involucrados. Además, pidió a algunos venezolanos que han emitido mensajes denigrantes contra Panamá en redes sociales que eleven en discurso, y a la vez pidió disculpas a los panameños por estos señalamientos.
Fue aquí donde le estrechó la mano a Zulay. "Esto no se trata de un problema de ella conmigo. Queremos una solución, queremos un diálogo y buscar la paz".