Nacional - 13/12/23 - 12:00 AM

Temen desmadre ambiental por falta de cierre minero adecuado

La mina ocupa 13,600 hectáreas de concesión rodeada de bosque panameño, un paisaje que contrasta con el gris de la cantera y la arenosa zona del "relave", como se conoce a los desechos del proceso minero compuesto de roca molida, agua y otros minerales.

 

Por: Redacción / Crítica Impreso -

Minera Panamá, filial de la canadiense First Quantum Minerals, asegura que el abrupto cierre del proyecto supone un desastre ambiental.

"No estamos operando. Todo está detenido, pero no nos podemos ir de aquí hasta que esto esté seguro ambientalmente", dice a EFE la superintendente de Biodiversidad de Minera Panamá, la panameña Blanca Araúz, desde la cantera de la mina de cobre a cielo abierto más grande de Centroamérica.

La minera está ahora bajo un plan de "cuido y mantenimiento" con el personal mínimo, después de recibir el 6 de diciembre una notificación por parte del Ministerio de Comercio de Panamá que le insta a "finalizar las operaciones de extracción, procesamiento, beneficio, transporte, exportación y comercialización".

El aviso oficial llegó después de que la Corte Suprema de Justicia anunciara el 28 noviembre que el contrato era "inconstitucional", dejando sin efectos el acuerdo con el Estado panameño.

El Gobierno ha llevado a cabo reuniones para elaborar un plan de cierre de la mina, pero hasta el momento no hay comunicaciones oficiales del Ejecutivo ni de FQM sobre la negociación.

"Estamos en una fase de cuidado y mantenimiento (...) para evitar cualquier catástrofe ambiental porque esto no está cerrado totalmente", explica Araúz.

La mina ocupa 13,600 hectáreas de concesión rodeada de bosque panameño, un paisaje que contrasta con el gris de la cantera y la arenosa zona del "relave", como se conoce a los desechos del proceso minero compuesto de roca molida, agua y otros minerales.

Un cierre sin planificación supondría graves problemas ambientales como la contaminación de las aguas, el derrumbe de infraestructura y la degradación del área debido a la geografía y el clima lluvioso del país, ha alertado la minera.

"Se tiene que lograr una estabilidad física y química de los principales componentes de la mina. Estamos hablando de la presa de relave, el tajo (cantera) y, principalmente, de los rellenos excedentes de roca del tajo", detalla a EFE desde la mina el gerente de Ambiente de Cobre Panamá, el peruano Alejandro Chambi.

Chambi reconoce que no "se ha estudiado todas las consecuencias y la variabilidad que puede tener" un cierre "abrupto" de la mina. Incluso, añade, no hay "un precedente en la historia de la ingeniería de que una empresa del tamaño de Cobre Panamá se vaya sin, obviamente, dejar en claro las responsabilidades de lo que pueda significar".

La minera también ha advertido que el bloqueo terrestre en una vía de entrada a la mina y otro marítimo en el puerto internacional de Punta Rincón, ubicado en el Caribe panameño por el que la empresa recibía combustible, están impidiendo la entrega de equipos e insumos necesarios para mantener la "estabilidad ambiental del sitio".

"Nos tienen bloqueados tanto por el mar como por tierra. Necesitamos combustible y alimentación para el personal que está en esta fase. Somos pocos los que quedamos cuidando y manteniendo la mayor estabilidad posible para que no ocurra ningún problema ambiental", declara Araúz.

Cerrar ese proyecto de manera segura y ordenada, de acuerdo a los estándares internacionales, tardaría entre 10 a 15 años con un costo millonario, según Chambi.

"Estamos hablando del período de cierre ya definitivo que es desmantelar todas las operaciones la planta y el postcierre es la última etapa donde hay un monitoreo, no solamente de la estabilidad física de los componentes sino sobre todo de la estabilidad química y vigilar y dar garantías", agrega el experto.

Una vez clausurada, la carretera dentro de la mina y el puerto internacional de Punta Rincón, que también servía para la exportación de concentrado de cobre donde además hay una gran planta de energía, serían las dos infraestructuras que quedarían.

En tanto, el Comité Panameño de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) informó que avanza en la formación de una mesa técnica para vigilar el proceso de cierre de la gran mina.

El presidente de dicho comité, el ambientalista Ricardo Wong dijo que la mesa está conformada por 101 personas de diferentes ramas profesionales, algunos de manera individual y otros en representación de organizaciones ambientales o sociales, universidades, centros de investigación entre otros, detalló en un comunicado el comité.

Ante la complejidad del proceso de cierre de la mina, la mesa, creada el pasado 22 de noviembre, ha formado grupos de trabajo en temas específicos como biodiversidad, gestión ambiental, recuperación y rehabilitación, legal y derechos humanos. Y desde este martes han comenzado la "labor de organización y discusión".

También se espera la participación de expertos internacionales en las próximas reuniones que puedan "ilustrar" a la mesa en cuanto a procesos del cierre de minas en otros países.

Wong explicó que cerrar esa mina a cielo abierto, la más grande de ese tipo en Centroamérica,"va a ser complicado y va a tomar años, esfuerzo de muchos y mucho dinero para recuperar esa área".

"Va a ser un problema porque el metal queda expuesto y reacciona con el agua convirtiéndola en ácida, que si llega a otras áreas tiene grandes impactos", adivirtó Wong.

Agregó que el área del relave (el conjunto de desechos del proceso minero mezclado principalmente por roca molida, agua y minerales) y el "hueco (cantera)" de la mina "es algo que hay que diseñar, ver cómo lo vamos a controlar para que ese derrame de ácido no sea algo que tengamos que cargar todos el resto de la vida".

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