Nacional - 05/10/19 - 02:45 PM
Una veintena de especies autóctonas son exhibidas en un mariposario de Panamá
Esto ha provocado que algunos ganaderos hayan dejado de lado el negocio tradicional de trata de animales como vacas para invertir en mariposas.
En el Parque Natural Metropolitano, un área verde protegida a pocos kilómetros de la capital panameña, hay un espacio dedicado a la conservación y exhibición de hasta 400 mariposas de 20 especies autóctonas de Panamá, un país que alberga el 10 % de la población mundial de lepidópteros.
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Panamá "cuenta entre 9.000 y 16.000 especies de mariposas diurnas y nocturnas, un 10 % de la población global", dijo este sábado en una entrevista con Efe el director del Mariposario del Parque Natural Metropolitano, Samuel Valdés.
Por ello, este proyecto del mariposario se caracteriza por su enfoque económico, social y ambiental, teniendo como objetivo sensibilizar respecto a la importancia que tienen las mariposas para la salud de los ecosistemas.
"Intentamos acercar la naturaleza a una ciudad tan cosmopolita como es Ciudad de Panamá", cuyos habitantes "viven alejados del medio ambiente. Este es un espacio pro educación y recreación para todo interesado en el ciclo de vida de las mariposas", añadió Valdés.
Pero también es una apuesta clave hacia el ecoturismo: "En unos 75.000 kilómetros cuadrados, la relación de diversidad y superficie de Panamá es muy alta", dijo Valdés.
En Panamá "tenemos más especie por metro cuadrado que otros países como Colombia, Ecuador o Perú, que a pesar de que tienen más tipos de mariposas, su superficie de territorio es 10 veces más que Panamá. Nuestra biodiversidad está compactada", añadió, mientras una mariposa Morpho azul plateado, considerada como un símbolo nacional, le revoloteaba cerca.
El mariposario, inaugurado en 2017, trae cada 15 días crisálidas - capullo en que está encerrado el insecto durante su etapa de desarrollo- criadas en la zona de Penonomé, al oeste de Panamá, puesto que el periodo de vida de las mariposas es demasiado corto: como mucho, unos dos meses.
De esta forma, el espacio siempre está alimentado con mariposas en sus distintas fases: desde que ponen sus huevos en una planta específica, sale la oruga, comienza la fase de crisálida, y por último, se convierte en una mariposa en busca de energía solar y comida como maracuyá o piña tropical.
El proyecto también tiene un carácter ambientalista a nivel nacional: educan y forman a campesinos para la cría de mariposas que posteriormente se venden a entre 50 centavos y 1 dólar por crisálida, dependiendo del ciclo de vida del insecto.
Un hecho que ha provocado que algunos ganaderos hayan dejado de lado el negocio tradicional de trata de animales como vacas para invertir en mariposas.
"Hemos iniciado un programa de capacitación a personas que viven del campo, para que tengan una economía más balanceada y no dependan necesariamente de actividades agrícolas, como en ese caso que es la producción de mariposas, la cual se ofrece como alternativa sostenible con huella ecológica", explicó el director.
Algunos de ellos se han motivado en este negocio sostenible: "conozco un campesino que vendió sus vacas y potros, y se ha involucrado en la cría de mariposas. Actualmente, el 50 % de los ingresos familiares vienen de la producción de estos insectos", concluyó Valdés.