Campaña Política
Ha iniciado la campaña para renovar gobierno el 5 de mayo. Sin duda una ocasión esperada, y mucho, luego de lo que han sido estos años de un Varela inepto, hipócrita y perseguidor. La realidad es tan cruenta que su candidato rehuye al partido, sus colores, su trayectoria y a él. Cierto que se quedó solo, muy solo, y esto está comenzando.
Estrenaremos nuevas reglas, así como sanciones diversas ante el rompimiento o desconocimiento de las mismas. En muchos aspectos se fueron de lo sublime a lo ridículo, situación que obligará pasadas las elecciones a hacer una revisión integral del Código Electoral, ya no reformas como ha sido la práctica. Pero esas son las reglas y hay que seguirlas.
Noto una campaña atípica. El gobierno no quiere ser gobierno y la oposición no quiere ser oposición, me refiero a los candidatos de partidos que son los que tienen opción de ganar si vemos las cifras hoy. Los demás correrán, como suele suceder en todas las carreras. Digo esto porque el sentimiento anti Varela es inmenso, sin embargo el mismo, Varela, está pasando agachado, anodino, en el discurso, cuando es junto a sus ineptos el responsable directo de un quinquenio perdido como ya reconocen voces autorizadas locales. Esa realidad política parece no apreciarse. Quizás peque de radical, pero la desconexión y la falta de entusiasmo siento que se origina en el no haber discurso político, el que haga vibrar sin abandonar el señalamiento del camino como corresponde a cada líder que aspira a gobernar. No compro eso de que el pueblo lo que quiere es oír propuestas. Proponer es una cosa muy necesaria en campaña, pero de allí a lanzar los " sermones de la montaña", usando el pasaje evangélico como ejemplo, es otra cosa. Este gobierno no merece ser tratado con complacencia política y si hay un momento de recordarlo es este, en campaña.
Mi partido Cambio Democrático tiene una oportunidad muy preciada. Ha pagado un altísimo costo por la venganza desenfrenada so pretexto de hacer justicia en medio de la más burda judicialización de la política que hayamos visto. Tiraron a acabarnos y no paran aún en el esfuerzo con el auxilio disminuido de sus restantes alcahuetes mediáticos a los que quiero ver el 2 de julio a quien van a dedicarle sus portadas, lineas editoriales y programas domingueros. A Ricardo Martinelli en sus casos se le reemplazaron los códigos por el código de la venganza, del desconocimiento del derecho y, lastimosamente, estamos como el gobierno, sin defender nuestro pasado que es cruento y repleto de manipulaciones y que debió ser, en este momento, estandarte político y genuino compromiso de cambio respecto de los errores cometidos. Por lo menos esa es mi visión de campaña. Proponer, si, pero sin abandonar el discurso político motivador y candente. ¡Nadie más lo puede hacer! ¿El PRD? Nadie les ha dicho que cogoberbaron 42 meses con Varela so pretexto de gobernabilidad? ¿Que gozaron de prebendas y tuvieron y tienen instituciones completas, con altos salarios, para saciar su clientelismo de siempre? ¿Que en los cuestionamientos de sonados casos como el de Odebrecht sus implicados pasaron agachados y el Ministerio Público de Varela volteó a a ver para otro lado, como de costumbre? ¡Esa historia debió ser parte del discurso político de la campaña! La persecución en política tiene un valor incalculable. La historia está repleta de ejemplos vibrantes.
Sin embargo, sigo atento, al pie del cañón, comprometido, con la esperanza de ganar para gobernar con integridad, coherencia y mano firme, solucionando temas vitales y buscando la transformación real del Estado sin la cual no hay éxito posible. Soy un convencido de que, como he dicho hasta el cansancio, el sistema actual no sirve, colapsó hace rato. No dejemos que algo tan importante lo enarbole el abanderado del varelismo o los otros encantadores de serpientes que rondan el escenario.
Mientras, ¡el reloj sigue su marcha y cada día que pasa es uno menos de todos ellos allá!