Opinión - 31/3/19 - 05:00 PM

Campaña y santurronería

 

Por: José Raúl Mulino Q. / Exministro de Seguridad Pública -

En época de campaña electoral uno tiene que estar propenso a escuchar de todo,  guste o no.  Los debates han sido aburridos y sus marcos regulatorios no fueron pensados para realmente debatir sino para exponer algunas propuestas.  Los temas han sido varios, unos de prioridad como el agro y otros menos relevantes dentro de una campaña de 60 días.  Los reales y profundos problemas que tienen al país complicado desde hace rato han sido dejados a un lado y los aspirantes no los han enfrentado entre ellos, salvo breves reseñas.   Pero bueno, es tarde ya para esas cosas.
Sin embargo, tanto los debates como las entrevistas han dejado ver a  los  de libre postulación, porque independientes no son, aunque han propuesto buenas medidas, que  han sacado desde mata ratas hasta demagógicas posturas frente a muchos de los temas, muchos de los cuales giran en torno a desacreditar a los partidos políticos, casi que al punto de pretender anularlos, demonizar a todo aquel que milita en ellos y que aspira a un cargo, alzarse con la verdad de que son impolutos y que todos los demás son corruptos, entre otras cosas.  Pero  ninguno  ha dicho como aspira a gobernar de ser ganadores sin contar con una base política estructurada que le permita al menos algo de coherencia en la dura misión que es conducir un país. No deseo tampoco ocultar las falencias de los partidos y su falta de conducción sensata, pero siendo parte de uno los partidos si debo reconocer que su estructura, bien o mal, es la piedra angular de mucho y que la misma no la tiene ningún libre postulado.   Además de que en la democracia los partidos son y serán el componente básico y que siempre es oportuno mejorarlos y depurarlos pero soslayarlos  y pretender anularlos, es iluso. La democracia necesita partidos bien estructurados para optar por el poder, así como puede optar un independiente responsable si el pueblo lo elige. Que una coyuntura no opaque el sentido político.
Igualmente, el tema del subsidio electoral.  Me ha tocado administrar subsidios electorales en dos partidos cuando empezaba el sistema.   Los de ahora son inmensos pero cumplen un cometido.  Siempre han habido críticas.  Si se elimina el subsidio, todos, ¿a quienes les dejamos la política electoral? A quienes tienen recursos propios abundantes, sea que los usen para ellos  o para financiar campañas.  ¿Es eso lo que queremos? Los de libre postulación reniegan ahora de lo que  llaman disparidad en la distribución de los subsidios pero, ¿sabían o no las reglas del juego antes de meterse a la carrera? Comparar un partido político con uno de libre postulación es sacar de contexto la realidad.  Mientras que un partido responde por una campaña nacional a todos los cargos, el libre postulado responde por él y su campaña la cual es incomparable.  Pero, he aquí la santurronería, ¿alguno ha dicho que rechazará el subsidio que por ley les corresponde?  No he oído a  ninguno decirlo ni insinuarlo.  Todos los van a aceptar y utilizar como debe ser.  Criticarlo es demagogia pura y simple.
Lo que se está viendo es que en redes se está tratando de conducir la campaña de algunos creando una atmósfera que apunta más a la manipulación que al verdadero afán de hacer campaña.  Sabido es que las redes pueden procurar resultados para muchas cosas menos para ganar una elección. En redes no se gana una elección y mucho menos con las encuestas en las que, desde hace rato, no se cree. 
Desde Aristóteles hasta Churchill, pasando por Maquiavelo, la política es el arte de lo posible, no de lo imposible. Espero que las frustraciones el 5 de mayo no causen mayores estragos.
Mientras, ¡el reloj sigue su marcha y cada día que pasa es uno menos de todos ellos allá!

EDICIÓN IMPRESA

Portada Diario Crítica