Opinión - 08/7/19 - 12:00 AM

El Buen Gobierno

 

Por: José Raúl Mulino Q. / Exministro de Seguridad Pública -

Sin temor a equivocarme, siento optimismo en el ambiente luego de que se acabara, en todos los sentidos, el inepto gobierno de Varela. El slogan que sirvió en campaña para identificar la fórmula ganadora del PRD y que hoy utilizo de título para estas reflexiones, le impone al nuevo gobierno una responsabilidad única y sobre la cual será medido cada vez que corresponda. O hace un buen gobierno o no lo será.

No pretendo dar recomendaciones ni soy quien para hacerlo. Siempre he pensado que las mismas, cuando provienen de alguien fuera del equipo, suenan a búsqueda de acomodos que, en mi caso, no aplican. Sin embargo, si considero que ese optimismo existente y efímero debe servir de plataforma para construir a partir de allí para la iniciar la gestión. El país no está para más improvisaciones y menos respecto de los temas sensitivos a los que se tiene que dedicar el nuevo gobierno mientras tenga capital político que invertir. Nada puede ser peor que Varela y sus incapaces.

La Asamblea Nacional se renovó cuantitativamente, el tiempo y sus actuaciones dirán si cualitativamente. Los electores rechazamos la mayoría de los intentos reeleccionistas cosa que da cierto grado de alivio. Quedaron algunos que, ciertamente, no se han vuelto vegetarianos. Las promesas de campaña incluyeron la no existencia de más partidas tipo 080. Ese despilfarro, que quedará impune parece, no lo puede auspiciar el gobierno. Prometió que no se haría. Si unimos esa promesa al hecho de que el gobierno controla, en principio, la mayoría legislativa, el tránsito de las leyes importantes por el hemiciclo debería ser cómodo, respetando por supuesto la necesaria discusión y aportes de los diputados y de la opinión pública en general. No obstante, y ojalá me equivoque, esa aplanadora no parece unificada y se dice que existen tres bancadas en una, lo que puede significar para el gobierno la necesidad de sumar otros diputados a sus propuestas sin que ello implique, ni lo sugiero, dádivas de ninguna índole.

Esperamos con ansias la información prometida de la situación de las finanzas públicas. Considero que el Ministro Alexander es una garantía dada su trayectoria y experiencia. Su informe dirá cuán afectada está la situación y cómo harán para arrancar en medio de una austeridad producto de la debacle. Igual prioridad le veo al tema de la CSS y sus real situación. Ese debate será muy álgido y ya se escuchan tambores de guerra de parte de los gremios que se favorecen del status quo y que no apoyan cambio alguno mientras que han observado, muchos de ellos, por años su paulatino deterioro. La no existencia de los estados financieros de los últimos años delata lo que desde afuera se percibe respecto de algunos de los programas. Es el momento de empezar, ahora que hay capital político que invertir.

Sin duda temas y situaciones no faltarán. La valoración de los mismos y la oportunidad en en el tiempo para iniciar su discusión será de gran importancia. El tratamiento del asunto constitucional y de la ley de Asociación Público Privada (APP) , misma que en el 2010 el PRD y panameñismo no apoyaron precisamente por argumentar falsamente que significaba la privatización disfrazada de la CSS e IDAAN. En mis próximos artículos espero abordar estos temas partiendo del proyecto que se presenta a discusión.

El país espera de buena fe un buen gobierno. Más que una promesa de campaña, es un compromiso de rectificación oportuna de muchas cosas. Hacerlo dependerá únicamente de las decisiones y estrategias de los que son gobierno. Es necesaria la oposición. A su rol me referiré pronto como miembro de un partido importante de la misma. Igualmente el papel de los medios de comunicación, muchos de los cuales abanicaron el desastre de Varela haciendo el ambiente más difícil producto de su absurda parcialidad.

Aspiro a mejores tiempos. Nada puede ser peor que lo que sobrevivimos.

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