Opinión - 11/4/22 - 10:30 AM

La peste de las pseudociencias

En conclusión, nadie está exento de sufrir en algún momento, afectaciones a salud mental, pero resulta de suprema importancia el acudir a profesionales idóneos y consultar respecto a su preparación académica y especialidad.

 

Por: Gabriela Arosemena Montenegro / Psicóloga / Twitter: @Gabby_Aro -

Cuando hablamos de pseudociencias o pseudoterapias en el campo de la psicología, nos referimos a un conjunto de prácticas destinadas a tratar temas relacionados con la salud mental pero que carecen de sustento científico, es decir, no pasan por el método científico lo cual las convierten en procedimientos potencialmente peligrosos y cuyos resultados pueden ser aún más dañinos que el padecimiento en sí.

Para muchos puede sonar más atractivo acudir a un “coach de vida” por ejemplo, que decir “estoy asistiendo a terapia con un psicólogo”; esto obedece a que, hoy día el estigma y la discriminación que rodea a todo lo relacionado con la salud mental persiste de tal modo, que este tipo de enfoques alternos y cuya eficacia es altamente cuestionable, ofrecen en un lenguaje más “bonito”, una solución irreal a problemas de la psiquis con un alto grado de complejidad y cuyas raíces son tan profundas que requieren de un abordaje por un profesional idóneo en la materia.

La prevalencia de los padecimientos de salud mental en Panamá y a nivel mundial van en crescendo, la deplorable situación económica, factores sociales, culturales y biológicos entre otros, nutren a una sociedad propensa a desarrollar algún tipo de trastorno psicológico, lo anterior, aunado a la pobre sino nula ejecución y desarrollo de políticas públicas en materia de salud mental resultan en el caldo de cultivo perfecto para empoderar individuos quienes pretenden, luego de tomado un curso o estudios superficiales, decirle a una persona con depresión que pensando positivo se podrá aliviar de su dolencia. Esto no sólo constituye un vejamen al individuo con el padecimiento sino una gravísima falta a la ética, el atender situaciones para las cuales no se cuenta con la preparación académica correspondiente.

Las pseudoterapias tienden a ofrecer un lenguaje más blando y fluido: “sonríe, la vida es bella” “no estés triste piensa positivo” muchas veces aludiendo a fenómenos abstractos como vibras, energías, los movimientos estelares entre otras cosas o también quienes la ejercen, pretenden “curar” a partir de creencias o experiencia personales. En ocasiones, a pesar de ser pseudoterapias utilizan términos científicos los cuales en primera instancia podrían sonar como una técnica formal tal cual es el caso de la programación neurolingüística, al usar el prefijo neuro ofrece al cliente una brisa de seguridad respecto a la eficacia de esta pseudoterapia.

En conclusión, nadie está exento de sufrir en algún momento, afectaciones a salud mental, pero resulta de suprema importancia el acudir a profesionales idóneos y consultar respecto a su preparación académica y especialidad.

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