Opinión - 25/8/19 - 12:15 PM

La tormenta que se avecina

Tras la intensa intervención de la diputada perredista Zulay Rodríguez en la el periodo de incidencias de la Asamblea Nacional, es difícil no pensar en resultados fronterizos.

 

Por: Julio Bermúdez Valdés / Web -

Tras una semana relativamente tranquila, y que The Washington Post casi altera, la venidera podría tener en su centro una confrontación de consecuencias impredecibles.

Tras la intensa intervención de la diputada perredista Zulay Rodríguez en la el periodo de incidencias de la Asamblea Nacional, es difícil no pensar en resultados fronterizos.
Son tan serios los señalamientos de la parlamentaria contra la procuradora Kenia Porcell, que muchas son las voces que coinciden en señalar que las palabras de Rodríguez solo pueden encontrar aval en la posesión de evidencias irrefutables.
“Nadie se lanzaría a un ataque tan feroz, de no tener algo en la mano, verdaderamente contundente” precisó a este periodista un analista que prefirió el anonimato.
No solo los calificativos fuertes de la diputada alarman a los analistas, sino las acusaciones de encubrimiento y la incapacidad para sancionar delitos que dejan mal parado al país ante organismos internacionales.
O Zulay sucumbe en la proyección política que ha mostrado hasta ahora, o la jefa del Ministerio Público estructura la mejor de las apologías para no ser barrida por este huracán.
En ese contexto, llama la atención esta mañana, las respuestas frágiles del periódico La Prensa, aliado sostenido de la procuradora, que en lugar de refutar las acusaciones opta por tratar de descalificarlas con adjetivos pueriles como los de “cantinflas”, como si el célebre cómico mexicano no hubiese sentado cátedra en más de uno de sus mensajes respecto a la burla de los burócratas a la sociedad.
¿Hubo un encubrimiento premeditado del Ministerio Público en el caso Odebrecht? Resulta difícil pensar que una profesional del derecho arriesgase así su reputación y su futuro en una profesión como esa.
Lo cierto es, sin embargo, que, después de los años que lleva investigando, la procuraduría no haya arrojado más resultados que unas cuantas detenciones, y que en el caso no hayan aparecido los llamados peces gordos.
En el propio caso Martinelli, que tanto revuelo ha causado después del fallo de “no culpable”, es dable preguntarse por qué si siempre se sostuvo que el expresidente había robado al erario, ¿Por qué no se le llevó a juicio acusado de robo y se optó por los pinchazos? En qué se fundamentó la estrategia de la principal fiscalía del país.
Es posible que hasta ayer, muchos observadores consideraran caprichosos los señalamientos de Zulay Rodríguez, pero después de la vehemencia presentada en el hemiciclo lo que si ha logrado la diputada ha sido sembrar y ampliar serias dudas sobre la gestión de la procuradora Porcell.

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