Polémica papeleta
El discurso presidencial el 2 de enero sorprendió por la "propuesta" de consulta popular. Consultar al soberano jamás puede tener nada malo, siempre que prime buena fe y propósito de escucharlo con seriedad. Estando en tiempo de béisbol, fue una jugada de doble “play” al sacar en una misma entrada, dos jugadores importantes, cerrando así el episodio. Salió el Tribunal Electoral y la Asamblea de escena, quedando el Ejecutivo como hombre en base.
La Quinta Papeleta no es una iniciativa nueva. En la campaña del 2004, si recuerdo bien, se movilizó la recolección de firmas para habilitarla. Todos los candidatos de la época firmaron la iniciativa que no prosperó. De allá a la fecha, la misma no había tenido plataforma. Tampoco creo que vaya avanzar más de lo que ya avanzó.
Al emitir el Tribunal Electoral su opinión rogada, pasa la iniciativa a la Asamblea, a donde irá a parar luego de que el Ejecutivo envíe el proyecto de ley. Al respecto, las dos fuerzas políticas opositoras que controlan la Asamblea: CD y PRD, ya se manifestaron en contra, por lo que no existirán los votos para hacerla posible dentro de la premura del tiempo. Juego cerrado.
Varela ha desaprovechado cuatro años y medio para formular las iniciativas para convocar la constituyente con la que se comprometió desde su rol en el Frente Guacho. Cuando tuvo el control de la Asamblea producto del cogobierno con el PRD por 42 meses, nada hizo. Al gobierno ni al PRD le convenía. Cambios profundos no estaban, ni está en la agenda de los partidos bajo el control de diputados, ni para otros factores de poder que ven en los "cambios puntuales" cambiar para que nada les cambie.
Pasado el 1 de julio tampoco lo veo en el panorama de los candidatos de la hoy oposición. El tema constitucional no siento que despierta ninguna pasión ni compromiso más allá de su mera mención. La constituyente no tiene hoy apoyo en los cogollos de los partidos, ni de sectores con influencia económica en estos y en la sociedad. Triste realidad de quienes aspiran a gobernar y peor aún de quienes se la pasan criticando al sistema desde todos sus ángulos.
He escrito en exceso del tema. Si es por el tema de liberar responsabilidades la mía lo está. Sin embargo, no se trata de eso, se trata de que no se piensa sobre el futuro del país con ninguna visión de reales cambios, hasta que lo que queda de sistema nos caiga encima y entonces vendrá la consabida improvisación.
La campaña electoral arranca en mitad de los carnavales, momento bueno para guaro y campana, pero no para enfoques serios en medio de lo que será una campaña de 60 días, en la que puede prevalecer más la propaganda electorera que el fondo de la solución de los profundos problemas de la Nación. Estoy convencido que la crisis de institucionalidad no es molestia para la gran mayoría de las fuerzas que aspiran a gobernar. Una lástima, pero es lo que tenemos. El tiempo dirá, inexorablemente.
¡Mientras, el reloj sigue su marcha y cada día que pasa es uno menos de todos ellos allá!