A qué llamamos “Red Flags” o alertas rojas dentro de una relación
Siempre es importante conocer los antecedentes del otro y si bien no podemos definir a una persona por su pasado es importante valorar los elementos de la vida de las personas con quienes esperamos establecer una relación.
Cuando estamos en el proceso de conocer a alguien para iniciar una relación sentimental muchas veces no nos detenemos a pensar en esos patrones de conducta que pueden ser perjudiciales para la potencial relación o que bien nos puede ayudar a descubrir aquellos pros and contras.
Recordando que en la fase de cortejo en donde todo parece color de rosa y en donde ambas partes se “descubren” mutuamente, pasamos por alto o más bien nos rehusamos a reconocer algunos comportamientos de la otra persona que no van a acorde a nuestro gusto a fin de no estropear o terminar prematuramente algo que en principio consideramos prometedor.
Estas llamadas alertas o bien conocidos como “red flags” pueden ir desde cosas superficiales como la manera de vestir, masticar, reír hasta conductas más profundas y complejas como despliegues de comportamientos impositivos celos, invalidación del otro, no poder admitir sus propios errores entre otros.
Algunas personas considerarían que la manera en que la persona se relaciona con sus familiares puede ser un referente de cómo será su conducta durante la relación y más allá: cómo sería esta persona si llegasen a formar una familia juntos. Otros consideran que actitudes narcisistas (hablar constantemente de sí mismo), la falta de responsabilidad afectiva es un “no-no” al momento de invertir el tiempo con alguien a quien vemos como potencial pareja.
Siempre es importante conocer los antecedentes del otro y si bien no podemos definir a una persona por su pasado es importante valorar los elementos de la vida de las personas con quienes esperamos establecer una relación. Revisar las conductas no sólo en el otro sino en nosotros mismos con el propósito de poder ser nuestra mejor versión para en pareja, pero antes y principalmente para uno mismo ya que sin una autoestima y un autoconcepto fortalecido difícilmente podremos compartirnos saludablemente en una relación con alguien más.
Al final del día, por más que examinemos estos denominados “Red Flags” o “Green Flags”, nada realmente garantiza cómo se desarrollara el vínculo puesto que, una relación sentimental es un trabajo de cada día entre ambas partes, basado en la confianza, pero sobre todo en la comunicación.
Ahora bien, si eres capaz de reconocer tus propios red flags, o has podido identificarlos producto de relaciones pasadas y deseas trabajar en ellos a fin de construir la mejor versión de ti mismo, no dudes en acudir a terapia e iniciar tu proceso con profesional idóneo de la psicología.