Opinión - 25/3/19 - 12:00 AM

Todo pasa

 

Por: José Raúl Mulino Q. / Exministro de Seguridad Pública -

Entre el cinismo de sus alergias y el transcurso de los años, estamos próximos a arribar al final del quinquenio de Varela, distinguido por su ineptitud, maldad, carencia de visión y gran hipocresía. Se sentía Mesías y lo respaldaron quienes hicieron de la venganza su norte. Acabó con mucho y con muchos, creyéndose eterno en el ejercicio del poder. Se llenó con esmero digno de mejor causa de poderosos enemigos que, como me dijo uno hace unos días, espera que el nuevo presidente no interfiera en el camino de la justicia porque mucho se ha de reclamar por distintas razones. Igual pienso yo, vienen los tiempos que pensaron no llegarían.

Poco a poco los casos han ido desenmascarando las bajezas procesales cometidas. Las auditorías manipuladas, las doble auditorías, las valoraciones carentes de veracidad, las detenciones preventivas muchas forzadas, en fin, todo lo que fue capaz de hacer desde los tiempos en que Saltarín comenzó hacer su "consultoría". Cierto es que se dieron abusos y algunos pagan hoy esas acciones, pero el manto fue grande y arropó por referencias más que por reales acciones a muchos. El tiempo pasó a pesar de todo ello y hoy estamos aquí esperando ese 1 de julio en el que independientemente de quien gane, celebraremos todos la salida del poder de Varela y sus incapaces. Ojalá alguien convoque una vigilia de celebración en la Cinta Costera el 30 de junio en la noche.

Pero lo que viene, que será duro sin duda, no debe atrasar los reales esfuerzos del nuevo gobierno en hacer sus tareas. Al cúmulo de acciones legales se sumarán las que la sociedad exigirá respecto de los latrocinios legislativos, coimas confesadas, concesiones vulneradas, entre otras. El nuevo Presidente debe dejar que esos tiempos corran en paralelo. No meta su gobierno en eso y caiga en lo mismo que hizo Varela. Con una nueva estructura de investigación de delitos, que se impone, se debe terminar un trabajo inconcluso e iniciar los que correspondan. Que los jueces no sientan la presión de nadie para decir que alguien es inocente, que se respete el debido proceso y todas las garantías de todos, inclusive la de ellos, los artífices de tanta maldad, que los periódicos y televisoras que han sido plataformas de linchamiento suspendan esa práctica y permitan la información sin los sesgos propios de su obvia participación en la venganza. Aspiro que sea la verdadera justicia la que calme al país, no la manipulación de ella.

Hay quienes creen y con cierto grado de razón, que nada pasará, que a nadie le exigirán nada, que Varela será ganador de todos modos porque apostó a ocultar sus temores con su apoyo. Puede ser. Pero es demasiado y tanta basura no se puede esconder debajo de la alfombra. Para entonces, ya CD no será el gobierno anterior, comenzará la congracia con el nuevo y he allí lo medular de todo, que se maneje la justicia sin la política para que volvamos a creer en esa balanza cuya venda hace rato no porta.

En lo personal, el tiempo me ha dado la razón. Estos escritos que espero que alguien lea dan fe de ello. He procurado en todo este tiempo hacer anotaciones varias de mucho de lo que vivimos y que viviremos si el sistema no se reforma. He aportado mi visión y experiencia. Ahora toca a otros hacerlo si no quieren ser presa de su indolencia política.

¡Mientras, el reloj sigue su marcha y cada día que pasa es uno menos de todos ellos allá

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