Opinión - 10/5/23 - 10:45 AM

Tres hombres que se jugaron la vida por la democracia

 

Por: René Hernández González -

Hoy, me referiré a ese diez de mayo de 1989. La locura y los excesos de Noriega se desbordaron. Apreciados jóvenes, en especial los que ahora están en mis cátedras de la Facultad de Comunicación Social, lean con calma, reflexionen y después hagan los análisis sobre el tema. ¿Sabían ustedes que dentro de los requisitos para la firma de los tratados canaleros se exigieron el retorno a la civilidad, la apertura de medios independientes, la llegada de los exiliados y la elección de las autoridades por el voto popular? Con este panorama, y luego de las reformas a la Constitución en 1983, fuimos a las primeras elecciones directas el 6 de mayo de 1984. Allí, el PRD y los militares dirigidos por Manuel Antonio Noriega, se burlaron de la decisión mayoritaria. Impusieron a su candidato Nicolás Ardito Barletta a través de un fraude. De esto he hablado hasta la saciedad. Cierto es que en las actas que llegaron a la junta nacional de escrutinios los números favorecían al doctor Ardito Barleta. Lo que nunca supo, en ese momento el candidato, fue que esas actas llegaban con los números maquillados, alterados, según confesaron militares cercanos a Noriega.

Jóvenes, luego fuimos a las elecciones del 7 de mayo de 1989. Me cuentan que el proceso llegó a ese día gracias a la presencia del candidato Guillermo Endara Galimay a quien el sistema represivo lo veía como bonachón, falta de carácter. Me afirman que, si el candidato hubiese sido Arias Calderón, las elecciones no se habrían realizado. El PRD y los militares les tenían un terror. Y llegamos al 7 de mayo de 1989. Los votantes salieron en masa para escoger a los tres caballeros que se jugaron la vida. La Alianza Democrática de Oposición Civilista, ADOC le ganó a la Coordinadora de Liberación Nacional, COLINA. Varias frases se hicieron famosas en ese proceso electoral. Tal vez, la más vibrante y emblemática fue… “Los vamos a ahogar.” También surgieron otras como… “Ni un día más.” “Sácate el clavo, Habla pueblo habla y Estamos hasta aquí.” Jóvenes que me siguen en las redes y en las aulas universitarias… ¿Saben lo que hizo el PRD y los militares? Atacaron, de la forma más vil y cobarde a los candidatos ganadores de ese proceso del 7 de mayo de 1989. Los batalloneros y los criminales del sistema le hicieron una encerrona en el parque de Santa Ana. Allí, a mansalva, le dispararon a la gente; con bates y varillas en mano arremetieron contra ese pueblo noble que exigía el respeto a ese voto que depositaron en las urnas.

Casi matan a Guillermo Endara Galimany con un varillazo en la cabeza; casi dejan lisiado a Ricardo Arias Calderón cuando recibió un batazo en las piernas y casi mandan para el más allá a Guillermo Ford Boyd quien fue el ícono de ese acto barbárico liderado por batalloneros, civiles del PRD y militares que se vistieron de maleantes. Uno de los que participó de ese acto criminal me confesó, años después, que fue obligado a estar allí. “René eran los momentos en que tenías que poner en práctica lo de la obediencia debida. Así mataron al cura Héctor Gallego y a Hugo Spadafora”, me dijo. ¡Sí, apreciada juventud, esa es la historia reciente donde aquellos ganadores de las elecciones del 7 de mayo casi mueren en esa caravana que recorrió las principales calles de la ciudad capital, en defensa del triunfo! Y mientras la oposición se paseaba por calles y avenidas ya, ese día, Noriega y sus aliados fraguaban el plan de anular las elecciones. El propio Ernesto Pérez Balladares me confesó que fue invitado por el candidato oficialista Carlos Duque Jaén a una reunión con Noriega. Cuando le pidieron la opinión sobre lo que se debía hacer, Pérez Balladares afirmó que se tenía que aceptar el triunfo de la ADOC y comenzar con un plan de negociación para la transición. Frente a ese planteamiento, dijo Pérez Balladares, Noriega le pidió a Duque Jaén que por favor no llevara más ante su presencia al caballero que es conocido como El Toro.

¡Así es mis amigos, Noriega, el PRD y el Tribunal Electoral sacaron lo peor que tenían en sus vientres! De nuevo pusieron a Panamá en el mapa mundial de la sinvergüenzura. La foto de Ford con la camisa ensangrentada recorrió el mundo entero y se convirtió en la portada de muchas revistas internacionales. Aquella imagen torrijista de la lucha por la recuperación del canal fue reemplazada por fotos y películas de narcotráficos, asesinatos, teniendo como punto negativo más fulminante la detención, tortura y decapitación de Hugo Spadafora. Voy a tratar de acercarme a Yolanda Pulice, quien era la presidenta del Tribunal Electoral, para qué me diga por qué esa institución suspendió el proceso aquella noche del diez de mayo de 1989. ¿De dónde vino la orden y cómo se sintió ella cuando, después de la invasión, tuvo que validar el triunfo de los tres candidatos? Ella debe decirle a la nación qué fue lo que pasó. Esa parte de la historia no se puede quedar en una laguna… Seguiré con mi esfuerzo de escribir sobre este y otros hechos que mancharon a la Patria. Abrazos y recuerden que hoy habrá bacalao en Cafetear. ¡Abrazos!

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