Show - 12/3/22 - 02:15 PM
"Plaza Catedral", la cinta panameña que arroja luz sobre un abismo
"Se trata de dos personas que se necesitan y se pueden ayudar", subraya, pero la línea divisoria entre la riqueza y la pobreza extrema, como se muestra en el filme, "no se va a borrar con una película".
El director de cine panameño Abner Benaim, que cierra oficialmente este sábado el 39 Festival de Cine de Miami con "Plaza Catedral (2021), afirma que su película no logra borrar la línea de las diferencias sociales en Latinoamérica, pero sí "arrojar un poco de luz sobre un tema difícil del que la gente no quiere hablar".
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El filme, que trata sobre el tema de la violencia juvenil y es producido por el cantautor panameño Rubén Blades, tiene en los roles principales a la actriz mexicana Ilse Salas, el colombiano Manolo Cardona y el actor juvenil panameño Fernando Xavier de Casta, quien en junio pasado fue asesinado.
"El tema de las injusticias sociales en Latinoamérica se ve claramente en Panamá porque es un país pequeño. Lo pensé como un fondo pues me interesaba hacer una película sobre dos persona más allá de las diferencias sociales, intentar borrar esa línea", dice Benaim, de 50 años, en una entrevista con Efe en Miami.
"Se trata de dos personas que se necesitan y se pueden ayudar", subraya, pero la línea divisoria entre la riqueza y la pobreza extrema, como se muestra en el filme, "no se va a borrar con una película".
"Plaza Catedral" comienza con un sugerente plano donde una cámara capta las modernas infraestructuras de Ciudad Panamá en el ascenso a un edifico en construcción, para luego presentar a pie de calle un mundo común donde los niños se ganan la vida reservando sitios para aparcar automóviles.
"Ese alto contraste es real en Panamá, por suerte todavía se vive en relativa paz pero pasan cosas todos los días", comenta Benaim, cuya comedia "Chance", de 2010, tuvo el honor de ser la primera película panameña en estrenarse luego de 60 años.
"Hay un contraste muy alto y una consecuencia de muchos años de una estructura que permite eso, y la gente lo ve normal. Eso es lo que me parece preocupante", dice como reflexión sobre su película, una producción de Panamá, Colombia y México y estrenada en octubre pasado.
LA REALIDAD HA HECHO QUE ESTA PELÍCULA NO SE PUEDA IGNORAR
Ilse Salas, "una de las mejores actrices latinoamericanas", interpreta a una arquitecta y vendedora de bienes raíces sumida en la tristeza por haber perdido a un hijo accidentalmente, mientras entabla una amistad con un chico de la calle relacionado con pandillas juveniles.
El joven parqueador, que en la ficción es herido en la calle y levado al hospital por la arquitecta, Alicia, logra que ésta libere un poco del cargo de conciencia que lleva por la muerte de su hijo en un accidente.
Como sucede a veces cuando la realidad supera la ficción, el joven actor Fernando Xavier de Casta, elegido en un cásting entre unos 250 niños aspirantes al papel, murió tiroteado "en un barrio que no era el suyo, en una circunstancia violenta", dice Benaim.
"Eso fue lo más raro, es como si la realidad terminara la película, le dio un final que no está en la película pero es más fuerte", comentó.
Con un nudo en la garganta, Benaim dice que ese hecho "le hizo algo a la película que ya no se puede ignorar, va más allá del documental. Pasa todos los días en la realidad, es algo de lo que me di cuenta cuando murió Fernando, pero todos los demás que mueren nadie los cita en un periódico", lamentó.
Sobre la protagonista Ilse Salas, en cuyos hombros descansa el ritmo intimista del filme, las recurrentes zonas de silencio y el hacer creíble una historia de polos opuestos, dice que "hace mucho con poco, tiene una manera de actuar muy contenida, con solo una mirada dice mucho".
La película es una de los más de 120 largos, cortos y documentales de 35 países que forman parte de la programación de este año del Miami Film Festival.
TOCA EL TURNO A LOS PAÍSES PEQUEÑOS
La cinta de Benaim, que abrió en diciembre pasado la décima edición del Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF), que le otorgó el Premio del Público, fue una de las 15 semifinalistas en la categoría de Mejor Película Internacional en los Óscar.
"De ahí no pasamos, pero llegar a los 15 fue muy importante para la película. La votaron la gente de la academia de Estados Unidos, tuvo mucha prensa, con distribución en Latinoamérica", comenta orgulloso.
"Ahora estamos prenominados para los Premios Platino en 12 categorías, es un premio iberoamericano, es como un Oscar latinoamericano", adelantó sobre el certamen que se fallará el próximo 1 de mayo en Madrid (España).
Benaim está convencido de que ahora "le toca el turno" a países "pequeños" centroamericanos como Panamá contar sus historias en el cine.
"Le toca el turno a Centromérica y países como Panamá, Guatemala, Costa Rica mostrar que tienen un voz, porque la tienen pero no la habían usado en el cine, mientras en la música sí".
"Estamos empezando, hay millones de historias por contar, esta todo por contar", redondeó.
"El tema de las injusticias sociales en Latinoamérica se ve claramente en Panamá porque es un país pequeño. Lo pensé como un fondo pues me interesaba hacer una película sobre dos persona más allá de las diferencias sociales, intentar borrar esa línea", dice Benaim, de 50 años, en una entrevista con Efe en Miami.
"Se trata de dos personas que se necesitan y se pueden ayudar", subraya, pero la línea divisoria entre la riqueza y la pobreza extrema, como se muestra en el filme, "no se va a borrar con una película".
"Plaza Catedral" comienza con un sugerente plano donde una cámara capta las modernas infraestructuras de Ciudad Panamá en el ascenso a un edifico en construcción, para luego presentar a pie de calle un mundo común donde los niños se ganan la vida reservando sitios para aparcar automóviles.
"Ese alto contraste es real en Panamá, por suerte todavía se vive en relativa paz pero pasan cosas todos los días", comenta Benaim, cuya comedia "Chance", de 2010, tuvo el honor de ser la primera película panameña en estrenarse luego de 60 años.
"Hay un contraste muy alto y una consecuencia de muchos años de una estructura que permite eso, y la gente lo ve normal. Eso es lo que me parece preocupante", dice como reflexión sobre su película, una producción de Panamá, Colombia y México y estrenada en octubre pasado.
LA REALIDAD HA HECHO QUE ESTA PELÍCULA NO SE PUEDA IGNORAR
Ilse Salas, "una de las mejores actrices latinoamericanas", interpreta a una arquitecta y vendedora de bienes raíces sumida en la tristeza por haber perdido a un hijo accidentalmente, mientras entabla una amistad con un chico de la calle relacionado con pandillas juveniles.
El joven parqueador, que en la ficción es herido en la calle y levado al hospital por la arquitecta, Alicia, logra que ésta libere un poco del cargo de conciencia que lleva por la muerte de su hijo en un accidente.
Como sucede a veces cuando la realidad supera la ficción, el joven actor Fernando Xavier de Casta, elegido en un cásting entre unos 250 niños aspirantes al papel, murió tiroteado "en un barrio que no era el suyo, en una circunstancia violenta", dice Benaim.
"Eso fue lo más raro, es como si la realidad terminara la película, le dio un final que no está en la película pero es más fuerte", comentó.
Con un nudo en la garganta, Benaim dice que ese hecho "le hizo algo a la película que ya no se puede ignorar, va más allá del documental. Pasa todos los días en la realidad, es algo de lo que me di cuenta cuando murió Fernando, pero todos los demás que mueren nadie los cita en un periódico", lamentó.
Sobre la protagonista Ilse Salas, en cuyos hombros descansa el ritmo intimista del filme, las recurrentes zonas de silencio y el hacer creíble una historia de polos opuestos, dice que "hace mucho con poco, tiene una manera de actuar muy contenida, con solo una mirada dice mucho".
La película es una de los más de 120 largos, cortos y documentales de 35 países que forman parte de la programación de este año del Miami Film Festival.
TOCA EL TURNO A LOS PAÍSES PEQUEÑOS
La cinta de Benaim, que abrió en diciembre pasado la décima edición del Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF), que le otorgó el Premio del Público, fue una de las 15 semifinalistas en la categoría de Mejor Película Internacional en los Óscar.
"De ahí no pasamos, pero llegar a los 15 fue muy importante para la película. La votaron la gente de la academia de Estados Unidos, tuvo mucha prensa, con distribución en Latinoamérica", comenta orgulloso.
"Ahora estamos prenominados para los Premios Platino en 12 categorías, es un premio iberoamericano, es como un Oscar latinoamericano", adelantó sobre el certamen que se fallará el próximo 1 de mayo en Madrid (España).
Benaim está convencido de que ahora "le toca el turno" a países "pequeños" centroamericanos como Panamá contar sus historias en el cine.
"Le toca el turno a Centromérica y países como Panamá, Guatemala, Costa Rica mostrar que tienen un voz, porque la tienen pero no la habían usado en el cine, mientras en la música sí".
"Estamos empezando, hay millones de historias por contar, esta todo por contar", redondeó.