Show - 24/6/23 - 01:00 PM
Rammstein reúne a 51 mil en Madrid a pesar de la polémica de abusos
Tampoco ha habido protestas en la puerta del concierto, como ha ocurrido en otras ocasiones, ni mención alguna por parte de la banda germana, que apenas ha cruzado palabras con los asistentes al concierto.
Las llamas y los fuegos artificiales han tomado este viernes el estadio Cívitas Metropolitano de Madrid con la actuación de la banda alemana de metal industrial Rammstein, que no ha notado en taquilla la reciente polémica por los presuntos abusos sexuales cometidos por su líder, Till Lindemann.
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El pasado 14 de junio, la Fiscalía de Berlín confirmó la apertura de diligencias contra Lindemann por el escándalo de presuntos abusos sexuales y de poder contra algunas seguidoras del grupo, que se han ido haciendo públicas en los últimos meses.
Sin embargo, las denuncias y el escándalo generado no han disuadido a las 51.000 personas que, según la organización, han hecho acto de presencia en el Metropolitano, muchas de ellas venidas de otros países de Europa, en el retorno del grupo berlinés a España después de 10 años.
Tampoco ha habido protestas en la puerta del concierto, como ha ocurrido en otras ocasiones, ni mención alguna por parte de la banda germana, que apenas ha cruzado palabras con los asistentes al concierto.
Lindemann, con un atuendo negro de cuero y un maquillaje que ha engrandecido el aura siniestra de su personaje, ha sido el encargado de dirigir un concierto en el que la pirotecnia y el fuego han sido constantes a lo largo de las dos horas que ha durado.
El ‘show’ ha danzado entre lo excesivo y lo macabro en algunas escenas del concierto, en el que un carro de bebé de grandes dimensiones ha ardido en su interior durante la canción ‘Puppe’.
De hecho, se han atrevido a rociar, primero con un lanzallamas y luego con un cañón, a uno de los miembros, que se ha refugiado en un cubo ignífugo para evitar daños mayores, escondiéndose y asomándose en una suerte de juego infantil de la muerte que el público ha disfrutado entre caras de estupefacción.
Los alemanes han desplegado un repertorio nutrido de temas míticos de distintos álbumes de finales de los 90 y principios de los 2000, su época dorada, como ‘Mein Teil’, ‘Ohne Dich’, ‘Radio’, ‘Mein Herz brennt’ o ‘Bestrafe mich’, logrando que el grueso de los asistentes coreara cada una de las frases al unísono, en un espectáculo ensordecedor.
Pero ha sido ‘Du hast’ y su inconfundible teclado sintetizado el que ha puesto del revés a las 51.000 personas del Cívitas Metropolitano, que han visto volar por encima de las cabezas a una bandada de pájaros en forma de fuegos artificiales y se han desprendido de los últimos coletazos de autocontrol.
Y ‘Sonne’, otro clásico, ha transformado el estadio en una puerta al infierno, con un juego de llamaradas que ha elevado la temperatura a cada pequeña explosión coincidente con los golpes del bajo, lo que ha provocado que cada bocanada de aire se sintiera como una brasa en los pulmones.
También ha habido tiempo para regresar a la escena electrónica de Berlín con el remix de techno industrial de ‘Deutschland’, que ha aportado una nota distendida y bailable en medio del estruendo de las guitarras eléctricas, que han vuelto para interpretar la canción original, una de las más celebradas por parte de los asistentes, continuamente excitados por los músicos.
Y no se han dejado canciones como ‘Ausländer’, ‘Du riechst so gut’, ‘Pussy’, ‘Rammstein’ o ‘Zeit’, esta última incorporando un piano que ha calmado momentáneamente los ánimos de los presentes.
El grupo se ha despedido con ‘Ich will’ y ‘Adieu’ con el enésimo estallido de fuegos artificiales y ha puesto punto y final a su parada en Madrid, para encarrilar, en adelante, el resto de su gira europea de estadios, que pasará por Portugal, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia, Alemania, Hungría, Austria y Bélgica.
Sin embargo, las denuncias y el escándalo generado no han disuadido a las 51.000 personas que, según la organización, han hecho acto de presencia en el Metropolitano, muchas de ellas venidas de otros países de Europa, en el retorno del grupo berlinés a España después de 10 años.
Tampoco ha habido protestas en la puerta del concierto, como ha ocurrido en otras ocasiones, ni mención alguna por parte de la banda germana, que apenas ha cruzado palabras con los asistentes al concierto.
Lindemann, con un atuendo negro de cuero y un maquillaje que ha engrandecido el aura siniestra de su personaje, ha sido el encargado de dirigir un concierto en el que la pirotecnia y el fuego han sido constantes a lo largo de las dos horas que ha durado.
El ‘show’ ha danzado entre lo excesivo y lo macabro en algunas escenas del concierto, en el que un carro de bebé de grandes dimensiones ha ardido en su interior durante la canción ‘Puppe’.
De hecho, se han atrevido a rociar, primero con un lanzallamas y luego con un cañón, a uno de los miembros, que se ha refugiado en un cubo ignífugo para evitar daños mayores, escondiéndose y asomándose en una suerte de juego infantil de la muerte que el público ha disfrutado entre caras de estupefacción.
Los alemanes han desplegado un repertorio nutrido de temas míticos de distintos álbumes de finales de los 90 y principios de los 2000, su época dorada, como ‘Mein Teil’, ‘Ohne Dich’, ‘Radio’, ‘Mein Herz brennt’ o ‘Bestrafe mich’, logrando que el grueso de los asistentes coreara cada una de las frases al unísono, en un espectáculo ensordecedor.
Pero ha sido ‘Du hast’ y su inconfundible teclado sintetizado el que ha puesto del revés a las 51.000 personas del Cívitas Metropolitano, que han visto volar por encima de las cabezas a una bandada de pájaros en forma de fuegos artificiales y se han desprendido de los últimos coletazos de autocontrol.
Y ‘Sonne’, otro clásico, ha transformado el estadio en una puerta al infierno, con un juego de llamaradas que ha elevado la temperatura a cada pequeña explosión coincidente con los golpes del bajo, lo que ha provocado que cada bocanada de aire se sintiera como una brasa en los pulmones.
También ha habido tiempo para regresar a la escena electrónica de Berlín con el remix de techno industrial de ‘Deutschland’, que ha aportado una nota distendida y bailable en medio del estruendo de las guitarras eléctricas, que han vuelto para interpretar la canción original, una de las más celebradas por parte de los asistentes, continuamente excitados por los músicos.
Y no se han dejado canciones como ‘Ausländer’, ‘Du riechst so gut’, ‘Pussy’, ‘Rammstein’ o ‘Zeit’, esta última incorporando un piano que ha calmado momentáneamente los ánimos de los presentes.
El grupo se ha despedido con ‘Ich will’ y ‘Adieu’ con el enésimo estallido de fuegos artificiales y ha puesto punto y final a su parada en Madrid, para encarrilar, en adelante, el resto de su gira europea de estadios, que pasará por Portugal, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia, Alemania, Hungría, Austria y Bélgica.