Sara Carbonero, impactada tras su viaje a Darién
Compartió con niños que cruzan la selva de Darién, no entiende cómo un lugar tan paradisíaco pueda albergar tanto sufrimiento.
La presentadora y embajadora de la Unicef España, Sara Carbonero, contó a través de sus redes sociales su experiencia en su viaje para conocer la situación que viven muchos niños que cruzan la selva del Darién.
Antes de regresar a su país natal, compartió con sus seguidores algunas reflexiones. En su visita a Bajo Chiquito y Lajas Blancas, la española conoció de primer mano las historias de niños y adultos. Contó que en lugar "las personas llegaban extenuadas, algunas no eran capaces de responder ni del país del que venían", algo que para ella movió mucho sus sentimientos.
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"Recuerdo especialmente a un señor de unos 70 años muy bien vestido que viajaba solo y apenas podía subir la escalera. También a una madre que venía con su bebé de pocos meses en brazos. A otro hombre que llegó con el tobillo completamente roto, cojeando. Recuerdo cada una de sus miradas. Qué difícil poner una sonrisa en esa situación y decirles: 'tranquilos, aquí todo va a estar bien'", dijo en el escrito de su cuenta de Instagram.
Carbonero señaló que cada una de las historias que escuchó fueron desgarradoras.
Reflexionó que "el tapón del Darién no es lugar para niños. Muchos de ellos han muerto en este peligroso viaje. Muchas mujeres han dado a luz durante la travesía, trayendo una nueva vida al mundo en las circunstancias más difíciles. Muchos de los que sobreviven al viaje llegan enfermos, hambrientos y deshidratados, con heridas o infecciones y necesitando ayuda desesperadamente", dijo.
Añadió: "No podemos permitir una vulneración de derechos de la infancia de esta magnitud. Para cada infancia, protección A modo personal, no es un viaje más . Resulta imposible entender que un lugar tan paradisíaco pueda albergar tanto sufrimiento".
Por otro lado, destacó que no pudo visitar mucho de Panamá, porque no tuvo suficiente tiempo.
"Gracias Panamá y a su gente maravillosa. Enamoradas nos vamos. Nos quedamos con ganas de visitar sus playas (sobre todo San Blas y Bocas del toro) y sus preciosos rincones y museos . Disfrutar de su gastronomía, su folklore y su naturaleza maravillosa. Y de conocer un poco más a los panameños y panameñas que nos trataron genial", señaló.