Show - 22/1/24 - 09:30 AM
Sobreviviente dice que "La sociedad de la nieve" es muy real
“Esta es la que me gusta absolutamente. Esta es la historia contada como siempre esperé que se contara, al final cayó en manos de este maravilloso Bayona y se cuenta como se tiene que haber contado siempre, como la real historia”, dijo.
Eduardo Strauch, uno de los 16 uruguayos que sobrevivió durante 72 días en la cordillera de los Andes, afirmó este domingo a EFE que el film “La sociedad de la nieve” del español Juan Anonio Bayona, candidat al Oscar a mejor Película Internacional, narra aquella tragedia como siempre debió ser contada.
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En entrevista durante una visita a Guadalajara (oeste de México), Strauch (Montevideo, 1947) afirmó que de las tres cintas que han sido rodadas en torno a la historia de los jugadores de rugby cuyo avión se estrelló en la cordillera de Los Andes, la de Bayona es la que realmente le gustó a él y a los otros sobrevivientes.
“Esta es la que me gusta absolutamente. Esta es la historia contada como siempre esperé que se contara, al final cayó en manos de este maravilloso Bayona y se cuenta como se tiene que haber contado siempre, como la real historia”, dijo al referirse al filme mexicano de 1976 y a la norteamericana “Alive”, de 1993.
“La sociedad de la nieve” relata la hazaña de los supervivientes del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que transportaba a los integrantes del club de rugby Old Christians Club de Montevideo a amigos, familiares y cinco tripulantes hacia Chile.
El avión se estrelló el 13 de octubre de 1972 en un páramo de la cordillera andina alejado y hostil en el que los 16 sobrevivientes pasaron 72 días bajo temperaturas extremas, avalanchas y tormentas de nieve y alimentándose con los cadáveres de sus compañeros fallecidos.
Strauch alabó el ambiente que refleja la película, producto del trabajo de Pablo Vierci, autor del libro del mismo nombre que dio origen a la cinta, y del director, quien consultó con los sobrevivientes aspectos como el color del tapiz de los asientos, los olores del lugar y las sensaciones que experimentaron.
Afirmó que la película ayudó a sanar a las familias de las 29 personas que fallecieron durante o después del accidente, pues les mostró cómo pasaron sus últimas horas.
“(Ayudó) para sanarse. Las familias de los muertos, 50 años después, todavía tenían heridas y al ver la película, que es tan real, es como si hubieran estado metidos ahí dentro, comprendieron una cantidad de cosas y se dieron cuenta de todo lo que habíamos sufrido y eso les ayudó mucho”, expresó.
UNA ODISEA
Strauch, en la actualidad arqutecto, tenía 25 años cuando ocurrió lo que él llama “la odisea”. Era uno de los jugadores con más edad y, junto a sus dos primos sobrevivientes, Adolfo Strauch y Daniel Fernández, convenció a los demás de la necesidad de alimentarse de la carne de los fallecidos para sobrevivir.
“Los tres estuvimos de acuerdo que era la única manera de sobrevivir y nos convencimos bastante rápido de que era la única solución. Adolfo fue el primero que se ofreció a cortar, después Daniel y yo, y también colaboramos en la distribución del alimento, fue difícil vencer el tabú, pero una vez que lo vencimos fue claro que era lo que teníamos que hacer para vivir”, dijo.
Recordó que aunque algunos compañeros no aceptaron esa solución, ver que los demás se ofrecían para servir de alimento en caso de morir, los ayudó a convencerse.
“Fue un gesto tan maravilloso de solidaridad, algunos habían muerto ya, otros no y nadie sabía quién iba a ser el alimento de quién y cuando nos ofrecimos unos a otros, se terminó de convencer todo el mundo”, narró.
El uruguayo ahora cuenta lo sucedido sin reparo, pero confesó que hubo un tiempo en que prefirió callar para no herir a las familias de los fallecidos en la montaña y porque muchas personas querían saber la historia por morbo y no por la “hazaña humana” que fue.
Aunque ha vuelto al lugar de los hechos, aseguró que ver la película ha revivido sensaciones como cuando su compañero Antonio Vizintín tomó las fotografías días antes de ser rescatados y que son recreadas en la película más reciente.
“Es todo tan real y tan preciso, me acuerdo perfecto de lo que sentía cuando me sacaban las fotos y pensaba ¿para qué?, ¿quién las verá?, ¿las verá alguien algún día? Siempre tenía una sensación… uff, muy rara y fea”, expresó.
Strauch confesó que los sobrevivientes están sorprendidos del furor que la nueva película ha causado entre las generaciones más jóvenes y considera que es parte de su necesidad de saber que personas de su misma edad pueden luchar y trascender.
“Los chicos están buscando eso que se ha disipado en esta sociedad, andan como locos buscando el inmediatismo, la felicidad con el consumismo y se dan cuenta que no llegan a nada, esto les hace ver lo que somos los seres humanos y cuál es el real camino que hay que seguir para ser felices y cuántos valores y capacidades tenemos”, concluyó.
En entrevista durante una visita a Guadalajara (oeste de México), Strauch (Montevideo, 1947) afirmó que de las tres cintas que han sido rodadas en torno a la historia de los jugadores de rugby cuyo avión se estrelló en la cordillera de Los Andes, la de Bayona es la que realmente le gustó a él y a los otros sobrevivientes.
“Esta es la que me gusta absolutamente. Esta es la historia contada como siempre esperé que se contara, al final cayó en manos de este maravilloso Bayona y se cuenta como se tiene que haber contado siempre, como la real historia”, dijo al referirse al filme mexicano de 1976 y a la norteamericana “Alive”, de 1993.
“La sociedad de la nieve” relata la hazaña de los supervivientes del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que transportaba a los integrantes del club de rugby Old Christians Club de Montevideo a amigos, familiares y cinco tripulantes hacia Chile.
El avión se estrelló el 13 de octubre de 1972 en un páramo de la cordillera andina alejado y hostil en el que los 16 sobrevivientes pasaron 72 días bajo temperaturas extremas, avalanchas y tormentas de nieve y alimentándose con los cadáveres de sus compañeros fallecidos.
Strauch alabó el ambiente que refleja la película, producto del trabajo de Pablo Vierci, autor del libro del mismo nombre que dio origen a la cinta, y del director, quien consultó con los sobrevivientes aspectos como el color del tapiz de los asientos, los olores del lugar y las sensaciones que experimentaron.
Afirmó que la película ayudó a sanar a las familias de las 29 personas que fallecieron durante o después del accidente, pues les mostró cómo pasaron sus últimas horas.
“(Ayudó) para sanarse. Las familias de los muertos, 50 años después, todavía tenían heridas y al ver la película, que es tan real, es como si hubieran estado metidos ahí dentro, comprendieron una cantidad de cosas y se dieron cuenta de todo lo que habíamos sufrido y eso les ayudó mucho”, expresó.
UNA ODISEA
Strauch, en la actualidad arqutecto, tenía 25 años cuando ocurrió lo que él llama “la odisea”. Era uno de los jugadores con más edad y, junto a sus dos primos sobrevivientes, Adolfo Strauch y Daniel Fernández, convenció a los demás de la necesidad de alimentarse de la carne de los fallecidos para sobrevivir.
“Los tres estuvimos de acuerdo que era la única manera de sobrevivir y nos convencimos bastante rápido de que era la única solución. Adolfo fue el primero que se ofreció a cortar, después Daniel y yo, y también colaboramos en la distribución del alimento, fue difícil vencer el tabú, pero una vez que lo vencimos fue claro que era lo que teníamos que hacer para vivir”, dijo.
Recordó que aunque algunos compañeros no aceptaron esa solución, ver que los demás se ofrecían para servir de alimento en caso de morir, los ayudó a convencerse.
“Fue un gesto tan maravilloso de solidaridad, algunos habían muerto ya, otros no y nadie sabía quién iba a ser el alimento de quién y cuando nos ofrecimos unos a otros, se terminó de convencer todo el mundo”, narró.
El uruguayo ahora cuenta lo sucedido sin reparo, pero confesó que hubo un tiempo en que prefirió callar para no herir a las familias de los fallecidos en la montaña y porque muchas personas querían saber la historia por morbo y no por la “hazaña humana” que fue.
Aunque ha vuelto al lugar de los hechos, aseguró que ver la película ha revivido sensaciones como cuando su compañero Antonio Vizintín tomó las fotografías días antes de ser rescatados y que son recreadas en la película más reciente.
“Es todo tan real y tan preciso, me acuerdo perfecto de lo que sentía cuando me sacaban las fotos y pensaba ¿para qué?, ¿quién las verá?, ¿las verá alguien algún día? Siempre tenía una sensación… uff, muy rara y fea”, expresó.
Strauch confesó que los sobrevivientes están sorprendidos del furor que la nueva película ha causado entre las generaciones más jóvenes y considera que es parte de su necesidad de saber que personas de su misma edad pueden luchar y trascender.
“Los chicos están buscando eso que se ha disipado en esta sociedad, andan como locos buscando el inmediatismo, la felicidad con el consumismo y se dan cuenta que no llegan a nada, esto les hace ver lo que somos los seres humanos y cuál es el real camino que hay que seguir para ser felices y cuántos valores y capacidades tenemos”, concluyó.