Ajusticiado en calle 50 tenía nexos con el Tren de Aragua
Mulino confirmó que el sujeto, de nacionalidad colombiana, tenía deudas pendientes con estos poderosos carteles.
El presidente José Raúl Mulino confirmó que el hombre que fue ajusticiado y lanzado el plena calle 50, el miércoles en la noche, estaba ligado con el temido Tren de Aragua y el Clan del Golfo.
Mulino confirmó que Sebastián Ortiz, de 29 años, de nacionalidad colombiana, tenía deudas pendientes con estos poderosos carteles.
“El Tren de Aragua sí, el informe que me dieron hoy de inteligencia policial es que estaba muy vinculado a este cartel, y también trabajaba con el Clan del Golfo, que es colombiano”, reveló el mandatario, en . declaraciones a Telemetro,
Mulino advirtió que este aterrador escenario es nuevo en Panamá: “Nunca habíamos visto un espectáculo tan dantesco como el que pasó en Calle 50. Tiraron a un muerto en plena calle, y eso demuestra cómo está evolucionando el narcotráfico para mal”.
El mandatario agregó que :“Este país está lleno de droga, y no me voy a esconder para decirlo. Miren las incautaciones que se hacen, ¡es una locura! Pero hay un factor que preocupa aún más: nuestras pandillas locales, que ya suman unas 200, y están trabajando para ambos carteles, el Tren de Aragua y el Clan del Golfo. Tenemos dos ‘empleadores’ manejando la región.
Mulino cerró con una advertencia contundente: “Hoy la droga entra porque Colombia ha triplicado la producción, y estamos sintiendo ese golpe.”
Ante este panorama, Mulino asegura que en temas de seguridad van cambiando la estrategia.
TREN DE ARAUGA Y CÓMO OPERA
El terror tiene nombre y apellido en América Latina: El Tren de Aragua. Lo que comenzó como un grupo de matones en Venezuela, ahora es una organización criminal despiadada que se expande a lo largo de todo el continente, y hasta Estados Unidos.
Nadie está a salvo de su red de violencia, extorsión, y tráfico de personas. Según el exvicepresidente de Colombia, Óscar Naranjo, este grupo es “la organización criminal más disruptiva que opera hoy en día en América Latina", y lo llaman "el monstruo de mil cabezas".
El origen de la pesadilla
Nacida en las entrañas de la prisión de Tocorón, en el estado Aragua, Venezuela, esta pandilla arrancó como una simple mafia de extorsionistas dentro de un sindicato local. Pero lo que parecía una operación de bajo nivel pronto mutó en una de las mafias más peligrosas del continente. El "Niño Guerrero", alias de Héctor Guerrero Flores, es el pran detrás de esta bestia que se expande como un virus desde las prisiones venezolanas, controlando desde las sombras a miles de delincuentes.
Con más de una década de terror, la organización se ha apoderado de sectores enteros en Venezuela. Pero su ambición no tiene fronteras: han llevado su reino del miedo a países como Colombia, Chile, Bolivia, Perú, y, ahora Panamá.
El tren de la muerte se internacionaliza
Los tentáculos del Tren de Aragua no se conforman solo con Venezuela. En Colombia, están en plena guerra con el ELN por el control de la frontera, donde trafican de todo: drogas, armas, y personas. En el norte de Santander, las autoridades han descubierto cómo estos delincuentes manejan redes de tráfico sexual, explotando a migrantes venezolanos que huyen del caos de su país.
El periodista Luis Izquiel afirma que esta megabanda no se detiene en un solo crimen: “Ellos están donde haya oportunidad: narcotráfico, minería ilegal, secuestros, trata de personas... Todo lo que les dé dinero rápido y poder, ellos lo controlan”.
¿Y ahora están en Estados Unidos?
Sí, el Tren de Aragua llegó a EE.UU., y no solo para pasear. Las autoridades locales y federales han empezado a notar la huella de esta pandilla en crímenes que antes parecían aislados: un misterioso asesinato en Florida, redes de prostitución forzada, y hasta ataques a policías en Nueva York. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y el FBI ya tienen a este grupo en su radar, y varios congresistas republicanos están exigiendo que se declare formalmente como una organización criminal transnacional.
No está claro cuántos miembros del Tren de Aragua operan en Estados Unidos, pero su presencia ya inquieta a las autoridades. Son expertos en traficar migrantes y convertir la desesperación en su arma más letal.
Una red criminal adaptable y letal
A diferencia de otros grupos delictivos, el Tren de Aragua no se especializa en un solo negocio. Esta banda tiene una habilidad camaleónica para adaptarse a lo que le conviene en cada territorio. Ronna Rísquez, autora del libro El Tren de Aragua, describe cómo su capacidad para aprovechar cada oportunidad los hace casi imparables. "No tienen las armas ni la experiencia de los carteles mexicanos o las FARC, pero se adaptan rápido y saben explotar brechas", señala.
Desde el cobro de extorsiones en las cárceles venezolanas, hasta el control de rutas de tráfico de drogas y personas en Colombia, la brutalidad de esta banda ha alcanzado niveles alarmantes. Se estima que cuentan con entre 2,500 y 5,000 miembros en sus filas, y su influencia sigue creciendo como una plaga que infecta todo a su paso.
Una lucha por el control del terror
El Tren de Aragua no solo enfrenta a las autoridades; también combate con otros grupos criminales por el control de territorios estratégicos. En la frontera entre Venezuela y Colombia, la disputa con el ELN es feroz. Los enfrentamientos por el tráfico ilegal de minerales y el control de las rutas de contrabando han dejado una estela de muerte y destrucción.
Los gobiernos de América Latina están en alerta máxima, pero parece que nadie puede detener el tren de la muerte que sigue avanzando, sin frenos, a lo largo del continente.