Aumentan significativamente las denuncias de abuso sexual a menores
"La mayoría de las víctimas se encuentran en estratos sociales con carencias económicas muy marcadas y suelen estar en edad escolar", comentó la fiscal Castroverde.
Las denuncias de abuso sexual a menores aumentaron un 68 % entre 2017 y 2018 en Panamá, lo que revela una mayor concienciación sobre una lacra que ha permanecido invisibilizada, dijeron Efe fuentes del Ministerio Público y Unicef.
Estas estadísticas, sin embargo no permiten "afirmar categóricamente que haya aumentado el número de víctimas de abuso sexual: lo que podemos afirmar es que el registro de denuncias es mayor", aclara la oficina de Unicef en Panamá.
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"Estamos comenzando a percibir otra actitud por parte de los padres y madres, pues están empezando a recurrir a las autoridades para cesar este tipo de abusos", dijo a Efe la fiscal Maruquel Castroverde, miembro del equipo del Ministerio Público encargado de las denuncias de delitos sexuales.
En el 2018 las autoridades recibieron 6.256 denuncias de delitos contra la libertad e integridad sexual e identificaron que en 4.015 de ellas la víctima era un menor de edad, un 68 % más que en el 2017, cuando se presentaron 6.621 denuncias pero en solo 2.385 de ellas la víctima era un infante o adolescente.
La violencia sexual se ceba en las niñas, quienes constituyen el 91 % de las víctimas identificadas.
Esas estadísticas del Ministerio Público son recogidas por la oficina de Unicef en el país en su "Análisis de Situación de la Niñez en Panamá", un informe que se encuentra en elaboración pero que el organismo mundial compartió parcialmente con Efe.
De las 4.015 víctimas menores de edad identificadas por el Ministerio Público el año pasado, 1.513 fueron por casos de violación; 148 por corrupción de personas menores de edad; 15 por explotación sexual comercial y 7 por proxenetismo, entre otros, indica el informe de Unicef con base a datos del Ministerio Público.
El ente mundial resalta que hay casos en los que las víctimas no pueden ser identificadas con precisión, una situación que se presenta por ejemplo en el delito de pornografía infantil: en 2018 se denunciaron 131 casos pero solo se pudo establecer en 24 de ellos que los perjudicados eran menores de edad.
"Con el material pornográfico infantil se capta el hecho pero no se pueden identificar a los perjudicados, y en otras ocasiones son desestimadas las denuncias sin establecer claramente una víctima", dijo a Efe la oficina de Unicef en Panamá.
EL LUGAR DONDE HAY MÁS RIESGO DE SUFRIR ABUSOS ES EN EL PROPIO HOGAR
Cuando se miran de cerca las cifras de víctimas de violencia sexual -independientemente de la edad- se descubre que la gran mayoría son niñas y mujeres de los estratos más desfavorecidos.
"La mayoría de las víctimas se encuentran en estratos sociales con carencias económicas muy marcadas y suelen estar en edad escolar", comentó la fiscal Castroverde al referirse en específico a la violencia sexual contra menores.
Los agresores suelen ser personas del círculo familiar de la víctima o muy cercanas al mismo.
"En muchas ocasiones el agresor es el propio padrastro o el padre biológico, sobre todo cuando mayormente son casos proveniente de grupos étnicos en donde las prácticas culturales admiten este tipo de iniciación sexual", dijo Castroverde.
Al darse estos delitos principalmente en el entorno familiar los niños que son víctimas son ingresados a una institución de cuidado, lo que puede provocar otras vulneraciones de derechos y los marca de por vida, dijo la oficina de Unicef en Panamá.
La pena más grave por un delito de tipo sexual es de 18 años de cárcel en Panamá, dijo la fiscal Castroverde. Unicef considera que la legislación penal aplicable a esta materia cumple con los estándares internacionales.
Pero el ente mundial valora "que el sistema de justicia es aún muy débil en la atención a las víctimas del delito, débil en su marco regulatorio y débil en sus capacidades de atención e intervención para proteger a las personas y en especial a los niños, niñas y adolescentes, y prevenir la ocurrencia de delitos".
ARTE PARA COMBATIR ESTA LACRA SOCIAL
Como destacó la fiscal y como reflejan los datos, la sociedad panameña parece estar despertando y denunciando esta realidad que no es ajena al resto de la región. El arte se ha sumado a la iniciativa de dar visibilidad a esta tragedia que sufre la infancia.
Los artistas panameños Miguel Lombardo y Susana González-Revilla reflejan la violencia sexual contra los menores en sus obras "para darle luz al problema".
"Panamá Canibal" es el nombre de la exposición que han montado en el Centro Cultural Internacional, ubicado en el populoso barrio de El Chorrillo, en la capital, con el objetivo de "traer a la mesa la problemática" de la violencia sexual contra los menores y "abrir diálogos que nos inviten a reflexionar".
"Diálogos que nos lleven a cuestionarnos y a razonar sobre esas problemáticas que son muy reales y que siempre han sido vistas como un tabú. Confío en que esta obra nos permita abrirnos a que hay temas que deben ser abordados tanto desde el individuo como a nivel colectivo", dijo a Efe Lombardo.