Destapan un nuevo escándalo que involucra a dos albergues de Panamá (Video)
Este nuevo escándalo, que también involucra al Hogar San Jose de Malambo, ubicado en Arraiján, salió a la luz pública la madrugada de este jueves, en un 'En Vivo' ('Live'), que realizó la abogada Wyznick Ortega, a través de su cuenta de Instagram.
Dos niñas se escaparon ayer, a eso de las 4:00 de la tarde, de un albergue ubicado en Tocumen, por supuestos abusos físicos y maltratos que le propinaron cuidadores del lugar.
Este nuevo escándalo, que también involucra al Hogar San Jose de Malambo, ubicado en Arraiján, salió a la luz pública la madrugada de este jueves, en un 'En Vivo' ('Live'), que realizó la abogada Wyznick Ortega, a través de su cuenta de Instagram, en el que la madre de una de las niñas, a la que se identificó como Delia, explicó los hechos.
En la emisión, la señora Delia cuenta que se enteró de que su hija de 12 años se enamoró sin que ella lo supiera. Sustentó que ella había notado que su niña iba mucho a la tienda y que la había visto con un joven, razón por la cual le llamó la atención, pero que su hija le aseguró, en ese momento, que "no estaba pasando nada".
A pesar de esa afirmación que le hizo su hija, la señora Delia habló con la mamá del muchacho y ella también le aseguró que no estaba pasando nada. Poco después "me doy cuenta de que andaban de noviecitos", situación que no fue de su agrado.
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Fue tanto el malestar de la señora Delia que interpuso una denuncia ante la Fiscalía de Niñez y Adolescencia, en La Chorrera, y durante el proceso se le solicitó su autorización para realizarle una revisión forense con un médico ginecólogo a su hija, porque le había llegado "el run run de que estaba embarazada".
Ante este hecho la señora Delia, dijo que ella y su esposo se desesperaron y pusieron en conocimiento del caso a las autoridades, por lo que su propia hija se puso en contra de ella, alegando que ella era mala, además no la respetaba ni a ella ni al papá, e incluso "le quería pegar a los hermanitos más chiquitos".
Puntualizó que el día 23 de marzo de este año, su hija le pidió permiso para salir de la casa para hablar con una menor que vendía legumbres. "Para dónde tú vas si tú no tienes permiso para salir de aquí". Para ese entonces ya la Fiscalía había emitido la boleta correspondiente contra del muchacho involucrado, y además tenían restricción de verse, llamarse "y sin embargo ellos se chateaban", sin que ella lo supiera. Por esta razón ella volvió y llevó el caso ante la Fiscalía "y qué pasó, hasta el sol de hoy al muchacho nunca le hicieron nada", dijo.
Aseguró que ese mismo día su hija Katerine se escapó de la casa, alrededor del mediodía. Pasaban las horas y nada que la niña aparecía, por lo que ella llamó a la mañana de la niña con la cual su hija había conversado horas antes y esta le dijo que Katerine se había subido a una chiva "y dijo que se iba para la Fiscalía a interponer una denuncia por maltrato".
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Luego de llamar a varios lugares, entre ellos a la Policía de Menores, la señora Delia aseguró que se fue con su esposo a la Fiscalía de Menores a investigar si su hija había ido allá. Al llegar al lugar las personas que la atendieron le confirmaron que la niña se había presentado a interponer una denuncia por maltrato y que después el fiscal que la atendió la remitió al Hogar Malambo, ubicado en Arraiján.
"¿Con qué permiso el fiscal mandó a la niña a Malambo, sin antes llamarnos a nosotros que somos sus papás y sin llevarla ante un médico forense para ver si tenía golpes?", se preguntó.
Pocos días después la señora Delia logró contactar a la directora del albergue y esta le informó que su hija había sido trasladada otro albergue, porque había intentado fugarse.
"Al día siguiente nos fuimos a las oficinas del Juzgado de La Chorrera, de ahí nos mandaron para el Senniaf (Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia), nos tenían como una pelota de pin pon, para allá y para acá", y en ambos lugares los trataron muy mal como si fueran criminales, alegó.
"A estas alturas me vienen a tratar a mí como si yo fuera una madre que maltratara a sus hijos, yo tengo 8 hijos y jamás he maltratado a ninguno", dijo.
A pesar de todo eso las autoridades le quitaron a Katerine y aunque solicitó conversar con ella, aunque fuera por videollamada, se lo negaron, mencionó.
Aseguró que después de tanto insistir, ella dejó de tratar de que la dejaran ver a su hija por espacio de un mes, porque la Fiscal de Niñez y Adolescencia de La Chorrera la trataba muy mal.
Pasó el tiempo y Katerine le envió una carta a su mamá en la que decía estar arrepentida por lo que había hecho, y que ella lo único que quería era experimentar qué era un internado, porque ella se portaba mal, pero que no fue nada fácil, que quería salir de allí, ya que sentía que había cambiado.
La menor fue traslada del Hogar Malambo, a donde había sido remitida inicialmente, hasta un albergue en Tocumen y de allí se escapó. Regresó con un pearcing en una oreja, el cabello teñido y contó que incluso se lo querían cortar. "Allí hubo una de ellas (otra menor), que la tenía amenazada que le iba a rajar la cabeza, como le había hecho a su mamá", regresó golpeada "yo le tengo foto de eso y todo", aseguró la señora Delia.
Destacó que otra menor se enamoró de su hija mientras estuvo en el albergue y que "la quería tocar" y que como Katerine no se dejó la mordió en la espalda".
Ortega le solicitó permiso a la señora Delia para hablar con su hija Katerine y esta se lo dio. Durante los primeros minutos de conversación la niña narró cómo hizo para regresar a su casa.
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Indicó que tomó un taxi que pagó con la plata que le dio un señor desconocido que la ayudó, porque la vio descalza y toda golpeada. La menor aseguró que ella decidió fugarse, porque se cansó que "la madre Neisa Roviera", una de las cuidadoras en el albergue de Tocumen, la estuviera amenazando que la iba a matar, entre otras cosas.
Ortega le preguntó directamente a la niña si era verdad que su mamá la maltrataba, y la niña dijo que no, por lo cual la abogada insistió y repreguntó "¿y por qué mentiste Katerine?". Ante el cuestionamiento la menor indicó que el muchacho que a ella le gustaba la tenía amenazada y que le había dicho que si no denunciaba a su mamá, la mataba.
La letrada lepreguntó por qué estuvo tres meses en el albergue sin hablar con su mamá, y ella respondió que no la dejaban hablar con ella.
Aseguró que se escapó del albergue de Tocumen, donde hay un total de 7 menores, porque la madre Neisa Rovira, le jalaba el cabello si no se quería levantar a las 4:00 de madrugada o si no quería hacer oficios. Que fue ella quien le pintó el cabello y quien se lo quería cortar, pero ella no se dejó.
Alegó que la cuidadora Rovira le aseguró que la quería adoptar y que le decía que sus papás no la querían.
La menor también mencionó que otra muchacha, la cual la tenía amenazada, fue la que le puso el pearcing y que ella se dejó porque la amenazó con "rajarle la cabeza" y que incluso esa misma chica se la llevaba a hablar con los menores infractores del Centro Integral Arcoiris, que está ubicado al lado del albergue, pero que a ella no le gustaba, porque las otras niñas se ponían a enseñarles a los chicos los senos y los glúteos.
Habló también de un niño de 10 años que sufre convulsiones y que cuando está feliz le da por "nalguear" a todos los niños del albergue, y "la madre lo cacheteaba en la cara y lo empujaba" y le decía que respetara.
Entre otras cosas, Katerine también habló de los siete días que pasó en el Hogar Malambo y aseguró que la pusieron a dormir en una cuna, porque le dijeron que no había camas. Que la amarraban con una soga a la hora de dormir, porque se ponía a llorar, porque se quería ir.
Además, Katerine denunció que a los niños en el Hogar Malambo le dan comida dañada, pese a que reciben donaciones. Que aunque les entregan tablets para que los niños estudien, estas no llegan a los menores, ya que las mantienen guardadas o se las daban a familiares de las cuidadoras del lugar.
Ante esta situación la señora Delia, madre de la menor supuestamente maltratada, sustentó que ella quiere a su hija con ella, luego de lo cual Ortega le realizó una serie de señalamientos en relación con el caso.
Ortega le recomendó a la señora Delia, madre de Katerine, interponer una denuncia contra todas las personas que maltrataron a su hija ante la Fiscalía de Familia de Panamá, región en donde ocurrieron los hechos más graves.