Sucesos - 12/8/19 - 12:00 AM

Lo dejan tendido en una cuneta en Gonzalillo con dos tiros

Los primeros informes policiales señalan que fue víctima de los delincuentes, quienes en medio del asalto acabaron con su vida.

 

Por: Jean Carlos Díaz/Crítica -

 

Frank José Oses Sánchez, de 45 años de edad, fue asesinado a eso de las 10:40 de la noche de este sábado, en la vía principal del sector 10 de Gonzalillo, corregimiento Ernesto Córdoba Campos, en Panamá Norte.

Datos preliminares indican que el hombre falleció, supuestamente, en medio de un asalto del cual fue víctima.

El cadáver fue ubicado por residentes del sector y un taxista, quien transitaba por el sitio, logró observar el cuerpo del hombre tirado en una cuneta ubicada a un costado de la vía, en la calle de asfalto en una zona sin iluminación.

 

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Recibió dos balazos

El occiso tenía dos heridas por arma de fuego en su anatomía, una en el hombro izquierdo con entrada de atrás hacia adelante y uno con salida en la cabeza, con entrada por un costado del mentón.

En la escena se recolectaron dos indicios; un casquillo de proyectil y un plomo de proyectil de arma de fuego.

Unidades de la Policía Nacional llegaron al lugar para verificar la información, luego de recibir una llamada de alerta. Estos acordonaron el área para preservar los indicios que les pudieran ayudar a los especialistas a determinar cómo ocurrió el suceso. A las 10:52 p.m., paramédicos del Sistema Único de Manejo de Emergencias (SUME) 911, dictaminaron el deceso.

Durante la diligencia de levantamiento del cadáver, que culminó pasada la 1:00 de la madrugada de ayer, los peritos del Ministerio Público solo lograron ubicar documentos personales y algunas llaves, pero el impactado no mantenía dinero.

 

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Analizarán la causa de muerte

Concluidas las diligencias en la escena del crimen, el cadáver fue enviado a la Morgue Judicial, donde se determinará la causa de la muerte.

Se pudo conocer que la víctima no reside en dicho sector. Probablemente sus verdugos lo llevaron hasta ese punto para lograr su fechoría.

El hombre de tez trigueña, contextura gruesa, vestía un suéter de cuello color turquesa, pantalón gris y zapatos chocolates.

Quedó tendido boca arriba, sobre la línea de seguridad que da aviso al final de la vía, muy cercano a él había un herbazal. Sus ojos estaban medio abiertos y su cabeza reposaba sobre un charco de sangre. La parte posterior del suéter también estaba manchada del líquido de color rojizo.

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